Querido Diario:
Hola, soy Evelyn.
Antes eras uno de los cuadernos de dibujo de John, pero ahora te has convertido en mi diario, lo siento.
Él me dijo que pensaba que tenía mucho que contar, que debía soltarlo porque puede hacer mucho daño guardarte las cosas para tí mismo, así que tú fuiste mi obsequio.
Tuviste mala suerte, lo siento.
Ya no albergarás hermosos y coloridos dibujos, tendrás que escuchar mis dramas de adolescente toda tu vida.
Hay cosas que no puedo contarle al psicólogo, secretos que me llevaré a la tumba. Porque si te los cuento a tí, me aseguraré que nadie pueda leerte jamás.
Pero no temas, no comenzaré con eso hoy. Mejor hablemos de Grace, Grace Wanninkhopf.
No es de extrañar que un bicho raro como yo sufra de bullying, ¿no?
El problema es que esto ya se está volviendo más de lo que puedo soportar. Estoy harta de recibir maltrato. Quiero que mis heridas sanen de una vez, quiero que esos moretones desparezcan, pero ellas parecen estar ensañadas conmigo. Aunque que estas heridas sanen no dependa únicamente de ellas...
No hice nada, no hago nada, no me defiendo, y eso es lo que las incentiva a seguir haciéndolo todos los días.
No lo hago porque temo que se vuelva peor pero también porque sé lo que pasa cuando pierdo el control.
Hace un tiempo leí en el diario una noticia que relataba cómo una artista se quedó quieta en una galería de arte con un cartel que decía que, básicamente, podrían hacerle lo que quisieran.
«Soy un objeto. Me hago responsable de todo lo que pueda suceder en este espacio de tiempo.»
Frente a ella, una mesa con muchos objetos que provocarían placer... o dolor. Ella no se movería pasase lo que pasase.
La gente comenzó haciéndole cosquillas o pintándole la cara, pero luego tomaron confianza y comenzaron a herirla con los objetos de la mesa.
Ella fue agredida sexualmente, según decía el diario.
Un hombre hasta le quitó la camisa, hizo un corte en el cuello y bebió su sangre.
También le apuntaron con un arma en la cabeza.
Cuando leí el artículo recuerdo que pensé: "¿Por qué no se movió con todo lo horrible que le estaban haciendo? ¿Cómo pudo soportarlo?"
Años después, me encuentro en la misma situación, pero sin querer probar nada.
Pasadas las horas y cuando ella volvió a moverse, la gente no sabía cómo mirarla. Su experimento probó hasta qué punto es fácil deshumanizar a alguien que no se defiende.
Mi caso.
Me siento al fondo de mi clase. En un principio planeaba no llamar la atención, pero en mi interior sabía que sería feliz si hacía algún amigo.
Cuando Grace se volteó a mirarme supe que las cosas saldrían mal y estaba en lo correcto.
Ella me empujó contra la cerámica de la pared del baño de mujeres ése mismo día y me rompió el labio. Siempre ataca rodeada de su grupo de amigas.
Nunca nadie la contradice, le temen. Tiene mucha fuerza y es agresiva.
No quiero decírselo a mamá, ella diría que soy una perdedora y se burlaría.
La señora Stella es una madre desnaturalizada. Como esas gatas que rechazan a sus hijos y los abandonan. Tal vez hubiese sido mejor que fuera del tipo de las que se los comen.
Bueno, en fin. Ya me había acostumbrado un poco a las golpizas, pero Grace encontró una nueva manera de hacerme miserable.
Y después soy yo la loca que necesita ayuda psicológica, ¡ella es una psicópata!
El viernes fue un día realmente angustiante. Sabía que algo se traía entre manos. Ése día se la pasó mirándome (aún más que de costumbre) pero no me hizo nada (o al menos dentro del colegio). Ni siquiera me dirigió la palabra.
Estaba a unas pocas calles de mi casa cuando me interceptaron.
Estuve cerca de anotarlo en el calendario.
Viernes 24 de marzo de 2006: ¡Hoy Grace no me golpeó!
Pero casi.
Me atacaron con unas tijeras, me asusté mucho cuando se las ví, pero por suerte solo cortaron mi cabello.
John sintió pena por mí y me ayudó a emparejarlo después. Le dije que había intentado un nuevo corte de cabello que ví en una revista pero que salió mal.
Creo que no se lo tragó.
No sé porqué es tan amable conmigo después de lo cruel que fuí (y soy, a veces) con él. Tal vez me vé como un animal abandonado e indefenso al que debe proteger.
Cómo sea.
Sonia (amiga de Grace) intentó golpearme, pero ella la detuvo. Detuvo su puño. Nadie allí entendía nada, hasta que Wanninkhopf dijo:
«No la toques. Samett y yo tenemos un acuerdo. Y yo soy la única que la toca»
No estaba enterada de ése acuerdo.
Ella se inclinó hacia mí (que estaba en el suelo) y me besó. Se robó mi primer beso.
Se atrevió.
«La única que la toca» repitió.
No dije nada, sólo nos quedamos así, cara a cara. Viéndonos a los ojos. Ni sus amigas comprendían qué fue eso.
Luego se marcharon, me dejaron sola y yo sentí que estaba temblando.
En cualquier momento voy a perder el control y no quiero que eso suceda otra vez.
En fin.
Papá quiere que baje a poner la mesa. Realmente me siento mejor luego de haberlo soltado, aunque sea a un pedazo de papel. Él tenía razón.
Hasta la próxima, querido diario.
...,......
Editado en junio de 2020.
Sí, volví. Tardé muchisímo, lo siento ): Estaba intentando entrar en la universidad, jajaja.
Estoy en la Universidad de Buenos Aires de Argentina en donde tenés que aprobar primero el Ciclo Básico Común para entrar a tu primer año. Son 6 materias. Ya las aprobé, estoy dentro. Peeero, vino este virus, jaja.