Todo esta en la Mente.

14. Pequeña muñeca rota.

14. Pequeña muñeca rota.

Érase una vez, una muñeca de porcelana de rasgos finos y delicados, con su vestido siempre arreglado y con un peinado refinado. Aquella muñeca se encontraba en una tienda no muy conocida. La pequeña muñeca era muy hermosa, con sus labios tan rojos como una manzana y tan sonrojada como el pétalo de una rosa recién regada.

 La delicada y hermosa muñeca se encontraba a la vista de cualquiera que pasase cerca. Allí sentada con una pequeña sonrisa en su delicado rostro; toda persona que la notase la alagaba por su belleza. Aunque claro estaba que no recibían respuesta a ninguno de sus comentarios de elogió, pues tan solo era una muñeca.

 La muñeca nunca estaba desarreglada, siempre bien vestida y bien peinada, nunca se la veía sucia ni mal cuidada, ya que siempre la limpiaban y arreglaban a la pequeña muñeca.

 Un día - como otros -  llega a la tienda un hombre de buen porte con una pequeña niña, que desde lejos se le  se notaba lo caprichosa que debía de ser. Una niña que siempre obtenía lo que pedía. La niña vio a la pequeña muñeca de porcelana sentada en la pequeña esquina y de una vez pidió. No. Le exigió a su padre que le comprara esa muñeca; el padre - como siempre -  le dijo un "Lo que quieras" y le pregunto al vendedor cuanto por la pequeña muñeca. El vendedor simplemente le contesto:

VENDEDOR: Me disculpara buen hombre, pero esa muñeca no esta a la venta

 El padre le contesto al vendedor.

PADRE: ¿Como no? ¿No se encuentra allí justamente para vender? - Le dijo de manera obvia al vendedor.

VENDEDOR: Le puedo dar lo que usted y la pequeña dama deseen de esta tienda, excepto esa pequeña muñeca, ella solo esta como decoración.

 El padre al ver que el vendedor no le iba dar la muñeca se giro y le habló a su hija:

 PADRE: No puedes tener esa muñeca.

 La niña molesta al ver que no le daban lo que deseaba le vocifero a su padre:

NIÑA: ¡QUIERO ESA MUÑECA!

PADRE: No puedes tenerla. - Le habló con una voz tan severa que hizo que se callara la niña.

 El padre se puso a hablar con el vendedor del porque el había llegado a su tienda, dejando así a su hija explorar la tienda, sin tener cuidado de ella. 

 Gran error.

 La niña se fue acercando a la esquina en donde se encontraba la muñeca, sin que su padre y el vendedor se diesen cuenta. Al ver que no se fijaban ya de ella o de la esquina de la muñeca, se acerco a esta y la tomo. Observo lo delicada y hermosa que era esa muñeca, pero recordó que no podía ser suya la pequeña muñeca de porcelana y con todo el enojo y rabia que podía tener una pequeña malcriada, la batuqueo en el suelo, haciendo un gran eco en toda la tienda.

 El vendedor y el padre al escuchar el estruendo y el eco que hizo la pequeña al romper la muñeca, se giraron para ver lo que hizo la pequeña malcriada.

 El vendedor horrorizado se acerco para ver a la hermosa muñeca - la cual cuidaba día y noche - destrozada.  La levanto con cuidado, y en estado de shock se le quedo viendo.

PADREYo le pago la muñeca. - Dijo el padre de la pequeña malcriada, que se había salido con la suya.

VENDEDOR: No... - Dijo en un tono de voz apenas audible.

PADRE: ¿Perdón? -  Preguntó el hombre al no escucharle.

VENDEDOR: No me puede pagar algo que no tiene precio... - dijo el vendedor tratando de recoger las piezas de la muñeca.

PADRE: No sea ridículo, todo tiene un precio. - respondió.

VENDEDOR: Se equivoca... Ahora le pido humildemente, que me haga el favor de retirarse de mi tienda.  Dijo el vendedor con voz neutra.

PADRE: Pero... - Comenzó el hombre, pues aun no le terminaba de contar porque se encontraba allí, pero el vendedor no le dejo terminar su oración.

VENDEDOR: ¡RETÍRESE! -  le exigió el vendedor.

 El padre con su hija se retiraron de la tienda, el vendedor se paro del suelo y puso un cartel en la puerta de la tienda, en el cual se leía "Cerrado".

 El vendedor se volvió a donde estaban la piezas de porcelana de la muñeca, para recogerlas mientras que gotas de agua salada mojaban las piezas de la muñeca.

 Lo que no sabia nadie era que, esa era la muñeca de porcelana de su pequeña hija, que murió en un accidente de auto junto con su esposa, y esa pequeña muñeca de porcelana se lo había dado su esposa a su hija por el simple hecho de que al mirar a la pequeña muñeca se había acordado de su pequeña.



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En el texto hay: miedo psicológico, vida, mente

Editado: 24.03.2019

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