Capítulo 2:
SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Keah
—Por favor, todos nos están mirando —dije avergonzada. Erandi aún seguía abrazándome y me estaba incomodando.
—Oh vamos deja que me quede así un rato más — hice lo que me pidió porque yo también la extrañaba y necesitaba un abrazo de ella.
Cuando al fin me soltó pude ver su cara sonriente con esos característicos ojos llenos de luz. Erandi era todo lo contrario a mi, ella era divertida, expresiva, tierna y de corazón muy noble. Y yo, pues yo era una persona orgullosa, callada, a la cual le importan poco las otras personas.
Puedo parecer alguien muy tierna y amable a simple vista, pero una vez que conocen lo que realmente soy, la mayoría de personas sale corriendo. Ese es el motivo por el cual casi no tengo muchos amigos.
—¿Qué haces aquí? Se suponía que tu estabas en otra escuela — dije.
—Ya se, pero resulta que hubo un error y entre a esta escuela
—¡Que bien!
—Si, ahora podremos estudiar juntas, regresar a casa juntas como solíamos hacer
—Si
—¿Estás bien? Te noto un poco distraída
—Estoy bien, sólo es que odio levantarme tan temprano
—Tendrás que acostumbrarte
—Siempre lo hago
Después caminamos juntas hacia nuestros salones, por desgracia no nos habíamos quedado en el mismo grupo, así que debíamos separarnos lo cual odiaba mucho.
Porque últimamente no sé lo que siento, no me encuentro bien y no se como hacer que este sentimiento pare. Intentó reprimirlo para no lastimar a los que me rodean, en especial a Erandi ella es mi único apoyo. Ya no quiero sentirme así, quiero volver a ser quien era antes.
Desde hace tiempo que notaba que ya no me sentía como yo, así que Investige sobre que podía ser y aparentemente se trataba de depresión. No quise fiarme de el Internet y decidí ir a ver un psicólogo y él confirmó lo que yo no quería. Eso fue hace unos meses y desde entonces estoy medicada y tengo que ir una vez a la semana.
Erandi no sabe esto porque no la quiero preocupar y además no es algo que me llene de orgullo decir, prefiero mantener esto en secreto.
—¿Keah, estás aquí? —Erandi me saco de mis pensamientos
—Si, perdón. Estaba distraída
—Ya te dije que no me gusta que pidas perdón por tonterías
—Lo siento
Erandi me lanzó una mirada asesina, no podía evitar disculparme.
Al fin llegamos a el salón de Erandi, le di un beso en la mejilla y me despedí. Acordamos que más tarde nos encontraríamos en la explanada para almorzar juntas.
Erandi
Me encantaba cuando Keah me besaba, aunque sólo fuera en la mejilla. Amaba tenerla cerca y sentir su calor acariciandome suavemente.
Siempre me cuesta volver al mundo real después de un beso de Keah es como si volara por las nubes, me fascinaba esa sensación.
Sin más entre al salón para conocer a mi nuevo grupo, cuando entre ya casi todos los asientos estaban llenos, sólo había uno al lado de un chico.
—Hola me llamo Erandi, ¿Puedo sentarme?— el chico sólo me miró y asintió con la cabeza, sonriente.
—Soy Demian. Un gusto conocerte Erandi
—El gusto es mío
Continuamos hablando hasta que llegó el profesor. Después él me acompañó a ver a Keah.