Nick
Por alguna extraña razón al día siguiente me levanté con más energía de la que solía tener.
Me aliste para salir a correr como de costumbre, nadie de mi familia se había despertado aún, cuando mire el reloj vi que eran las 4 de la madrugada, así que no perdí más el tiempo y comencé mi ejercicio, al salir de mi casa sentí el frío de golpe aunque, después de estar corriendo por un rato el frío se me fue quitando.
Las calles estaban solitarias y sumergidas todavía en la oscuridad, una vez que me coloque mis audífonos comencé a trotar hasta perderme en mi propia mente junto a las notas de la música. Al poco rato comencé a ver los primeros rayos del sol y fue que preferí regresar a casa.
Me quité los audífonos al entrar y dirigirme a mi habitación para darme una ducha y cambiarme, bajé a desayunar cuando escuché a mis padres en la cocina y así estuvimos charlando por un rato hasta que ambos se despidieron para luego irse a trabajar.
Le grité un par de veces a mi hermana, pero esta seguía durmiendo como oso, no me sorprendí cuando la estuve agitando varias veces y no despertaba.
Livia es de esa clase de personas a las cuales pueden pasarle un terremoto por encima y ni se darían cuenta.
Después de un rato comenzó a ser irritante el hecho de que no se despertará y por un momento me preocupé, pero aquella preocupación se había ido cuando la escuché roncar.
Me crucé de brazos mirando a todos lados pensando en que hacer, hasta que mis ojos se enfocaron en el objeto que estaba en su mesa de noche y sin más lo levanté.
—Llegaremos tarde —le hice saber después de arrojarle el vaso de agua que estaba a un lado de ella.
— ¡¿Pero qué…?!
—Después discutimos —me dirigí a la puerta de su habitación — Ahora vístete o me voy sin ti.
La escuché azotar la puerta de su habitación, pero al poco rato bajó ya cambiada y así por fin nos pudimos subir al blazer e ir a la escuela.
Unos minutos después dejé a mi hermana en su escuela y yo me dirigí a la mía, el trayecto fue tranquilo, conducía sin presiones hasta que llegué al estacionamiento de mi escuela.
Esta vez había llegado temprano a mis clases, incluso mi maestra de orientación se sorprendió de haberme visto en su clase completa, tome unas clases más y aproveche a ir a comer con mis amigos ya que ese día no teníamos entrenamiento, al poco rato recibí un mensaje Padme ya que hace unos días habíamos intercambiado números, su mensaje era corto diciendo que ya estaba en los comedores, entonces me apresure a llegar.
Cuando llegué la observé sentada en una de las mesas atenta haciendo algo en su cuaderno.
—Otra vez llegas tarde.
—Lo siento, estaba…
—No me interesa —me cortó sin haber quitado la vista de lo que hacía.
—Bien —me senté frente a ella abriendo la computadora esperando a que cualquier rayo de luz me iluminara.
— ¿Problemas? —exclamó con burla.
No le respondí aunque mi silencio también fue una respuesta.
—Sí, bueno, quizá deberías concentrarte más en tus proyectos y no stalkear a la gente desde su Instagram. —se acercó un poco hacia mi puesto para decir algo en voz baja —Puedes parecer un acosador, ¿lo sabías?
—No te estaba acosando.
—Como digas, acosador —acotó —Continua con tu tarea, anda, no te distraigas.
—Sabes, en vez de burlarte deberías ayudarme, eres mi asesora.
—Puedes hacerlo solo, se te ocurrirá algo —dejó de hablar y volvió la vista hasta el libro que traía en manos.
Y otra vez nada se me ocurrió que incluso pasaron horas y yo seguía en blanco.
Al poco rato Padme se fue otra vez sin decir nada más dejándome como idiota así que, decidí irme a casa cuando noté que comenzaba a atardecer.
♠ ♠ ♠
Los días se estaban convirtiendo en un bucle y eso era algo que comenzaba a fastidiarme.
Levantarme, salir a correr, dejar a Livia, estar en clases, mis supuestas asesorías con Padme, que ella se fuera sin decir nada, volver a casa y al otro día todo nuevamente.
Al cruzar la entrada de la escuela sentí como alguien tiro de mí hasta dejarme rodeado por los hombros.
— ¿En dónde te has metido, amigo? —giré la cabeza hasta toparme con Víctor que era el proveniente de la pregunta.
—Lo siento, solo… He estado muy apurado con las clases, entrenamientos y mi proyecto de orientación que aún no termino.
—Por cierto, ¿cómo te va con eso?
—Pues… llevo el título.
—Es un avance —se encogió de hombro.
—Lo sé.
— ¿Y cómo vas con Padme?
—Excelente. —Bueno, se sienta a leer sin prestarme atención, se va sin decir nada más y solo se burla de mí —Siento que hemos avanzado demasiado.
—Woah, eso es… Interesante —por un momento me miró fijamente y conocía esas miradas, trataba de buscar algo, aunque no sé qué era.
—Vaya, Nick, ¿en dónde te habías metido? Hace semanas que no te vemos —llegó Axel abrazándome por la espalda.
—Sí, es que… —me detuve justo en el momento de ver llegar a la persona que menos esperaba en estos momentos y que me dejo congelado al instante.
—Hola chicos —saludó inocentemente y tranquila la chica de cabello oscuro que me miraba con esos ojos tan claros — ¿Por qué me miran así?
Sentí como la garganta se me secaba al instante y antes de que pudiera decir algo sentí un tirón de mi brazo hasta que choque con el pequeño cuerpo de alguien y para cuando volteé me di cuenta de que se trataba de Grace quien por primera vez me alegraba de verla.