Te conozco a la perfección.
Conozco cada uno de tus enojos.
Conozco cada una de tus sonrisas.
Conozco cada una de tu manías.
Te conozco mejor a ti, de lo que me conozco a mi.
Me encanta conocerte tan bien.
¿Sabes por qué?
Porque ahora que no hablamos, con solo mirarte puedo saber si estas bien o mal.
Y eso me reconforta.
Aunque sea un poco...