Todo lo que él nunca sabrá

Veintiuno

Luego de aquella discusión.

Luego de cortar aquella llamada.

Me fui a una plaza.

Quería estar sola.

Necesitaba estar sola.

Necesitaba pensar en lo que acaba de hacer.

Le había hecho daño a mi mejor amigo.

Eso era lo que menos quería.

Es decir, ¿A quién le gusta dañar a una persona que se quiere?

Estuve al rededor de 3 horas sentaba en ese columpio.

Pensando.

Llorando.

Escuchando música.

Intentando calmar el dolor que sentía.

Seguía sin lograrlo.

Me era imposible pensar en otra cosa que no fueras tú.

No sabía como arreglar todo esto.

Pero necesitaba arreglarlo.



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En el texto hay: historiacorta, mejoresamigos, historia real

Editado: 11.06.2018

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