Llevábamos poco tiempo de novios.
Me encantaba pasar tiempo contigo.
Me encantaba que subieras a mi sala.
Me encantaba abrazarte.
Esos abrazos que me hacían sentir protegida.
Hubo un día que como nunca fui yo a verte.
Gran error.
Ese día comenzó mi inseguridad.
Estábamos abajo.
Estábamos abrazados.
Pero llego ella.
Aquella chica que te gustaba.
Aquella chica con la que estuviste antes de irte de viaje.
Nunca te lo dije, pero ella me hacia sentir insegura.
Cuando ella llego me sentí como una niña de 5 años.
Cuando ella llego sentí que yo no debía estar ahí.
Me sentía incómoda.
Era como si ella estuviera en un nivel mucho más alto que yo.
Pero, ¿sabes?
Quizás es así, quizás ella si estaba o esta a un nivel más alto que yo.
Era tanta mi incomodidad en ese momento que entre a tu sala a saludar a una compañera.
Ella ya había entrado a tu sala un momento atrás.
Tú entraste atrás mío.
Pensé que irías conmigo.
Pero, no.
Fuiste y te sentaste con ella.
Eso me hizo sentir aun más insegura.
No tenía nada más que hacer en tu sala.
Te mire mientras conversabas con ella.
No lo notaste.
No dije nada.
Simplemente caminé a la puerta y me fui.
Tu ni cuenta te diste.