Nick estaba frente a mí mirándome como un idiota. Estábamos en un pequeño restaurante esperando las hamburguesas que solicitamos.
―¿Qué? ¿Por qué no dejas de mirarme? Me miras como una chica que sale por primera vez con el chico que le gusta. ¿Te gusto Nick? ―bromeo.
―No, no. Es que. ¡Estas vivo! ¿Qué sucedió?
―Jonathan trabaja para la delincuencia organizada, hizo lavado de dinero con mi nombre y no dudo que también con otros de los socios, pero la policía ya investiga el caso desde hace un año antes de mi secuestro, y quienes sí están trabajando para él con plena conciencia y quienes no.
―¿Él te secuestro?
―Sí.
―¿Por qué no lo han aprendido?
―Porque necesito pruebas de mi inocencia y porque quieren atraparlos a todos. Necesito aliados dentro de la firma y mi pregunta es, si tú eres mi amigo o mi enemigo.
―Tu amigo, pero ¿cómo puedo ayudarte? Digo, si él hizo eso contigo lo hará con cualquiera de nosotros. Sinceramente prefiero estar del lado de la justicia.
―Exacto. Necesito la información contable de la firma y de las empresas desde que él las fundó, también otros datos, pero lo primordial es eso.
―¿Qué hay de Elena? ¿Crees que no te ayudará?
―No quiero ponerla en peligro. Sobre todo, porque está trabajando directamente con Jonathan. Él podría sospechar algo y… estaríamos jodidos. Además, la han seguido varias veces.
―¿Y Oliver?
―Ese cabrón anda tras ella.
Nick sonrió.
―Es que no puedes culparlo. Está soltero, ella es bonita y viuda… Nada los ata, creo que encuentran consuelo ante tu recuerdo.
―Nick… ¡Vete a la mierda!
La mesera se acerca con nuestras hamburguesas. Llevo una gorra y con mi uniforme de mecánico ella me ignora y mejor mira a mi amigo con ojos soñadores.
―¿Algo más señor? ―pregunta la joven con tono coqueto a Nick.
―No, señorita gracias.
Ella le dedica una sonrisa y un asentimiento y se retira.
―Enserió Nick ¿una prostituta?
―¡Sí! ¡Soy un estúpido!
―Haré esto por ti, Nick. Vamos a quitártela de encima, solo por favor no vuelvas a engañar a tu mujer. Si lo haces y por eso te metes en problemas yo mismo se lo diré a ella. ¿De acuerdo?
―¿De verdad harías eso?
―Sí. ¿Para qué son los amigos entonces?
―Estoy feliz de que estés vivo. Aunque trabajando de mecánico…
―¡Idiota! Soy policía. Tengo mi propia arma…
―Sí la noté.
―Y mi placa ―se la muestro. Lo sé eso ha sido inmaduro y tonto, pero hemos sido amigos desde la universidad.
―¡Y es de verdad! ―me dice emocionado como un niño. La verdad es que yo también me siento mocionado, pero por volver hablar con alguien que es de mi pasado, uno de mis mejores amigos. Eso me pone… estúpidamente sentimental y él lo nota.
―Sí, es de verdad.
―Te ayudaré a volver.
―No podré volver. Soy agente encubierto, por ahora. Pero tan pronto como acabe la misión, seré testigo y van a volver a desaparecerme. Es por eso que es importante que nadie sepa que estoy vivo. Si ya saben que estoy muerto, no hay que desmentirlo.
―¿Dejarás de nuevo a Elena?
―Ella está mejor sin mí.
Suelto con tristeza, aunque… Demonios ya me he tardado lo suficiente para ir corriendo a ella y decirle que estoy vivo. Tal vez, si la amó más que a mí mismo.
―¿Por eso no le dijiste a Oliver?
Asentí.
―¿Realmente piensas que puede existir algo entre ellos?
―Preferiría que no, pero los muertos no hablan y ni opinan sobre nada.
NOTA:
Quiero agradecer a todos los lectores de esta plataforma por leerme. Les dejo el último capítulo que escribiré en esta plataforma, por razones personales no la continuaré aquí pero pueden leerla desde mi grupo de Facebook, Historias Rakel Luvre. Gracias.
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Editado: 28.02.2022