Todo por el maldito contrato (ae #1)

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03: Bancarrota

Aveces no nos damos cuenta de lo que tenemos hasta que estamos a punto de perderlo, no valoramos los pequeños detalles como un abrazo, un beso, un te quiero, un te extraño, o hasta un hola es importante si es que es de una persona querida.

Mi padre, mi héroe, mi todo, por él yo soy capaz de hacer lo que sea, no se que haría si él me faltase. Él y sus locuras hacen que mi dia sea mejor, por personas como él es que me dan ganas de vivir.

En momentos como estos es que me arrepiento de todo lo que no le dije, todo lo que no hicimos juntos por motivos de tiempo o cansancio. En momentos como estos es que quiero mandar todo a la mierda y encerrarme en una burbuja con los recuerdos de mi padre cuando era pequeña. Cuando le contaba mis miedo y él me hacía ver qué a su lado no me iba a pasar nada malo. Quiero a mi padre conmigo. Amo a mi padre y no quiero perderlo.

- ¿Familiares de Eduardo Brown?—. Un médico salió de la habitación preguntando por los familiares de mi padre, al instante yo y mi madre nos levantamos de nuestros asientos, ella un poco débil, ya que ella no sabría que hacer si le falta su alma gemela.

- Somos nosotros, díganos doctor ¿Cómo está mi padre?—. Mejor hablo yo porque se que si mi mamá habla de quebrara.

- El señor Brown se encuentra estable, sufrió un paro cardíaco leve, en estos momentos ya logramos establecerlo, sólo le recomiendo no darle grandes noticias que afecten su estado, necesita mucho reposo—. ¿Qué? ¿Paro cardíaco? Que habrá pasado para que a mi padre le de eso.

- Disculpe doctor, pero en mi padre no es muy común este tipo de reacción—. Debe haber un error. Si eso es debe ser un error.

- Señorita, su padre recibió una noticia chocante por lo que me cuenta su madre—. La miro y ella agacha la cabeza.— Así que debido a eso es que su corazón no resistió, pero logramos atenderlo a tiempo, no se preocupe está fuera de peligro.

- ¿Podemos pasar a verlo?—. Pregunte interesada.

- Está preguntando por Miranda, le recomiendo que pase primero ella—. Yo miro a mi madre y le hago una seña para que pase, ella asiente y entra.— Luego entra usted señorita, si no tiene más preguntas me pasó a retirar, sólo haga caso a mis indicaciones—. Dicho esto se da la vuelta y se pierde en el gran pasillo.

- Marianne creo que deberías sentarte—. Si Joshua también está conmigo, ya que cuando le dije, no perdió tiempo y me acompañó hasta el hospital, lo vuelvo a mencionar por alguna rara razón él y mi familia se llevan bien, así que se preocupó y me acompañó.

Lo miró y asiento, él me dirige hacia los muebles y nos sentamos.

- Marianne, no deberías ocultar tus sentimientos, llora si quieres, nadie te va ha juzgar—. No había llorado ni un poco cuando mi mamá me dió la noticia, no por qué no me halla afectado, si no porque me quedé en shock analizando las cosas.

De pronto siento sus brazos alrededor mío y nos fundimos en un cálido abrazo, justo ahí me rompo y lloro, lloro de angustia, lloro de impotencia, pero sobre todo lloro de miedo, miedo de perder a una persona tan importante para mí. Joshua solo me abraza más fuerte y yo lloro en su pecho.

- Tranquila pequeña todo va ha estar bien—. Me tranquiliza, pero el sonido de su celular hace que nos separemos nuevamente. YA SON TRES VECES EN ESTE DIA (contando con la vez en su coche con mi celular) , ESTOY EMPEZANDO A ODIAR LOS CELULARES.

- Joshua O' Donell—. Su típico saludo profesional.— Cierto, lo había olvidado, voy en unos 30 minutos—. Se despide y cuelga. Me mira fijamente.— Lo siento Marianne no puedo quedarme, olvidé totalmente la reunión con el abogado de mi abuelo. Nos vemos mañana ¿Te parece?.

Yo asiento y el se levanta, me da un beso en la cabeza y se va hacia la salida, antes de llegar a esta voltea a mirarme y me giña un ojo, yo solo me río y niego con la cabeza.

Después de un rato me levanto de mi asiento y me aproximó a la puerta ya que escucho gritos.

- ¡Tenemos que decirle Eduardo! ¡Marianne necesita saber!—. Mi mamá parece alterada.

- Se lo diremos en su momento—. La voz de mi padre se escucha calmada.

- ¿En su momento? ¿Cuando? ¿Cuando sus padres nos quedemos sin un techo en el que vivir?—. Espera... ¿Que?

- Eso no va ha pasar Miranda, yo solucionaré esto—. ¿Solucionar que?.

- Sabemos muy bien que tu no puedes Eduardo, no debes exigirte mucho. Mira como te dejo recibir la noticia de que estamos en bancarrota—. Se prendió está mierda.




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