18: Preparativos
- No voy ha dormir contigo Joshua -. Aseguré.
- ¿Que? ¿Por que? Tenemos que hacer que se vea real, mi prometida no puede dormir en otra habitación -. Joshua se cruzo de brazos molesto.
Parecía un nene haciendo berrinche.
Lo pensé un rato y al final suspire rendida, él tenía razón, sería muy sospechoso.
Pero él dijo en la misma habitación, no en la misma cama.
- Esta bien -. Él dejó de hacer el pequeño puchero que había comenzado hace rato y sonrió victorioso .- Pero yo voy ha dormir en el sofá.
Su sonrisa desapareció, a continuación frunció en ceño y habló: - ¡Que terca eres! -. Suspiro frustrado .- ¿No puede dormir en la misma cama que yo? -. Negué con la cabeza .- ¡Vale! Yo voy ha dormir en el sofá.
- No puedo permitir eso Joshua, es tu casa, es tu dormitorio, es tu cama; no puedo dejar que duermas en el sofá.
- ¿Entonces que propones? Por que te aseguro que no te voy ya dejar dormir en el sofá -. Que pesado.
- ¿Tú en un lado y yo en el otro? -. Pregunté con una sonrisa.
- ¡Gracias Dios por dejarla razonar! -. Gritó Joshua elevando los brazos hacia en techo.
- ¿Chicos? ¿Todo bien? -. Preguntó la madre de Joshua a través de la puerta.
Me había olvidado de mis futuros suegros. Joshua me llevo a su habitación para "charlar" acerca de las habitaciones.
- Si madre, ya vamos -. Respondió Joshua de manera cansada.
- ¡Recuerden que aún no quiero nietos! -. Se escucha como su voz va perdiendo fuerza, lo que significa que se fue.
Mi cara esta hecha un tomate por su insinuación.
- ¿Ella pensaba que nosotros estábamos haciendo...? -. Joshua asiente y contiene una risa al ver mi cara, que de seguro es de pánico total.
***
Luego de unas horas de charla con los padres de Joshua, ya me siento cansada, pero sé que si lo digo va ha sonar descortés.
Joshua se me adelanta como si pudiera leer mis pensamientos: - Bueno nosotros nos retiramos. ¿Les indicó donde están sus habitaciones?
- No hijo, nosotros ya la conocemos.
- Buenas noches -. Decimos Joshua y yo al mismo tiempo.
Ambos nos dirigimos hacia la habitación de Joshua. Dentro de esta me apresure a ir al baño para ponerme un pijama, el mas decente que encontré, ya que yo pensé que estaríamos en habitaciones separadas por lo que iba a dormir en camisa y con mis bragas.
Una vez lista asome mi cabeza fuera del cuarto del baño.
No hay moros en la costa -. Pensé.
Salí caminando de puntitas para evitar hacer ruido, pero por culpa de una voz casi caigo de bruces contra el suelo.
- ¿Enserio trajiste esas pijamas? -. Preguntó Joshua burlón.
- Se supones que íbamos a estar en habitaciones separ...
- No Anne, eso lo asumiste tú sola, ni siquiera me lo preguntaste -. Joshua se encogió de hombros aun con la mueca burlona en sus labios.
- ¿Vas ha dormir así? -. Entre en pánico, estaba con unos shorts y sin camisa, dejando a la vista su hermoso y sexy abdomen... Esperen ¿Yo dije eso?
- Usualmente duermo en bóxer, pero como soy una caballero voy ha dormir en shorts, pero sin camisa, eso si no lo aguanto -. Me miro con una sonrisa ladina .- Es que soy muy caliente, digo tengo la sangre caliente.
Ignore su comentario innecesario y me apresure a ir a un lado de la cama y acostarme. Una vez bajo las mantas, cerré los ojos tratando de conciliar el sueño. Pocos segundos después sentí como la cama se hundía, indicando que Joshua se había acostado.
- Buenas noches -. Dijo aún consiente de que yo estaba despierta repasando todos sus movimientos.
A los minutos me levante comencé a juntar todas la almohadas. Las puse en fila como haciendo una muralla entre Joshua y yo.
- ¿Que demonios haces Marianne? -. Preguntó Joshua con la voz soñolienta.
- ¿Que te parece que hago? -. Contemplé mi construcción y le di una sonrisa de satisfacción, para luego acostarme en mi parte de la cama .- Ahora si buenas noches.
Lo último que escuche fue una leve carcajada, luego de eso caí en los brazos de Morfeo.
***
Sentía un repentino aumento de la temperatura, me desperté con ganas de quitarme la blusa, un brazo me impidió moverme, un brazo que yo conocía perfectamente, y que en estos momentos se encontraba adherido a mi cintura como si fuera la última hamburguesa en el mundo (amo la comida).
¿Donde quedo mi barrera de almohadas? Pues por alguna parte de la cama.
Trate de liberar mi cuerpo de su agarre, pero fue en vano, ya que cuanto más lo forzaba más me apretaba contra su cuerpo.
Gruñi frustrada y empecé a hacerle cosquillas en su cuello, este empezó a zarandearse.
Bien dicen que los que son cosquilludos son bien celosos.
Como estaba diciendo logre salirme de su agarre y me levante después de reír por ver que Joshua al tratar de reemplazarme agarro una almohada y la apachuro contra su cuerpo.
Pobre almohada.