25: Cita.
Narrador omnisciente:
- ¿A donde me llevas? -. Preguntó temerosa.
- Es una sorpresa -. Le aseguró su prometido mientras la guiaba.
- Haz que recuerde por que estoy aquí, con una venda en los ojos y contigo -. Marianne chilló cuando su frente se chocó contra algo duro.
- Ups -. Se disculpó Joshua mientras guardada su teléfono y le indicaba al mesero, que había chocado con su prometida, que guardara silencio y se alejara.
- ¿Donde estamos, Joshua? Todo está en silencio y me está empezando a dar miedo -. Marianne fingió estremecerse .- Parece una escena sacada de una película de terror, en la que el protagonista quiere matar a la bella chica por no hacerle caso -. Marianne se calló al imaginar a su prometido con un arma en la mano y apuntándole, se estremeció .- ¡¿Piensas matarme?! No por favor Joshua. Te juro que voy ha comportarme bien, dejare de tirarte pan en las mañanas, ya no le pondré sal a tus cafés y prometo lavar el traje que manche con marcador indelebl...
Joshua detuvo el paso cuando su prometida empezó a hiperventilar.
- ¿Nunca dejas de hablar? No voy ha matarte Anne, aunque con todas las cosas que me dijiste estoy empezando a reconsiderarlo -. Se burló Joshua pero luego recordó que había confesado que mancho su traje favorito, tal como él había sospechado .- ¡Tenía razón! Si fuiste tú, pequeña traviesa.
- Si, pero te juro que fue accidental.
- ¿Accidentalmente escribiste "Estúpido arrogante"? -. Acusó Joshua mientras recordaba las palabras escritas en su bello traje.
- En mi defensa ese día mi mano tenía vida propia.
Joshua carcajeó, sabía que Anne nunca perdería su chispa.
- Entonces... ¿No me dirás a donde me llevas? -. Prosiguió Marianne.
- No -. Joshua volvió a carcajear al ver a Anne hacer pucheros .- Deberías verlo tu misma.
La venda que llevaba Marianne en los ojos cayó por competo, dejando expuesta la hermosa vista. Estaban en la azotea del edificio más alto de la ciudad, la vista era simplemente magnífica y que decir de la decoración, estaba perfectamente diseñado para una cena romántica.
Marianne abrió la boca asombrada por tal espectáculo y la volvió a cerrar cuando se encontró con la mirada de su prometido quien la miraba expectante.
- ¿Por que no me lo dijiste? -. Preguntó la rubia al cabo de unos segundos.
- No hubiera sido una sorpresa si te lo hubiera dicho -. Joshua tomó la mano de Marianne y la guió hacia la mesa que habían preparados los meseros que él contrató.
Marianne aún confundida por los sucesos, se dejó guiar sin rechistar.
- ¿Por que estas haciendo esto? -. Preguntó ella cuando ambos estuvieron sentados.
- ¿Tiene algo de malo? Solo estoy cenando con mi prometida.
- Sabes que no es solo eso.
Joshua suspiró cansado: - Disfrutemos de la cena, luego tendremos tiempo para las preguntas.
Luego de eso ambos se quedaron en absoluto silencio, ninguno sabía que decir o por donde empezar.
- ¿Como va la inversión con la empresa Crash? -. Preguntó Marianne queriendo aligerar el ambiente.
Y así fue como se internaron en una cómoda conversación. Poco tiempo después, unos meseros se acercaron hacia donde estaba la pareja, trayendo consigo platos exquisitos de comida.
Marianne le dio una mirada divertida a Joshua: - ¿Tenia todo planeado, cierto?
Joshua le regaló una sus más hermosas sonrisas: - Claro, nunca hago nada sin tener un plan.
Marianne rió negando con la cabeza. Ambos se concentraron en acabar con su comida y hablaron de temas comunes.
El ambiente se sentía tan cálido que Marianne se empezó a asustar por sentirse así. Pero lo atribuyó a que era porque Joshua era su amigo y por eso se sentía tan cómoda con él. ¿Cierto?
~Sabes que no es cierto, pequeña bodoque -. Susurro esa odiosa voz en su cabeza.
Oh Ruperta, hace tiempo que no te escuchaba.
~Soy como tu Pepe Grillo, cuando haces o dices una burrada aparezco pero no me cambies de tema, sabes que sientes algo por tu jefe.
¡Que cosas dices! Eso no es cierto, Joshua y yo solo somos amigos.
~Ajam si claro y Joshua no te esta viendo la cara de retrasada que tienes cuando hablas conmigo.
¡¿Que?!
Marianne reaccionó y se dio cuenta que Joshua le había preguntado algo.
- Lo siento, me perdí un rato en mis pensamientos ¿Que dijiste?.
- Si ya veo -. Comentó burlón .- Te decía que si deseas postre.
Marianne se sorprendió al ver su plato vacío. ¿En que momento había comido tanto? No se sentía llena, pero por alguna razón tampoco quería postre.
- No gracias. Ya se esta haciendo tarde... ¿Volvemos a tu departamento? -. Susurró Anne un poco cohibida.