Toma mi alma

XXII

Seguimos hablando un rato más. Me conto que recuerda haber aparecido en este lugar hace poco más de un mes. Su mente no conservaba  nada anterior a eso. Cuando no estoy, dice que siempre está intentando rememorar su pasado pero no ha podido acordarse de algo. No sale del parque porque le gusta estar solo y únicamente puede hacerse visible cuando él lo decide.
Al pasar una hora, decidí que era momento de regresar a mi casa. No quería que mi madre se percatara de que me estaba quedando por allí luego de salir de clases, porque empezaría a hacerme preguntas y era lo que menos quería.
¿Cómo podría contarle aquello?
<<Mamá, he llegado tarde porque estaba intentando averiguar el pasado de un no vivo que he conocido en un parque abandonado>>
Era una locura. Y mejor que no me tocara mentir porque lo hacía muy mal.
Así pues, regrese a casa con cierto hormigueo por el cuerpo. Sentía que no debía seguirlo viendo, pero no podía pensar en otra cosa que no fuera estar junto a él.
Era una sensación extraña y nueva para mí, pero a decir verdad, me gustaba como se sentía.




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