98 días antes
Los días después de las fechas navideñas fueron muy tranquilos, la oficina poco a poco iba recuperando el ritmo, como si fuera un carro viejo por fin avanzando después de 20 intentos.
Nara estaba apoyando y aprendiendo en otras campañas que aún estaban abiertas, yo estaba apoyando a Lea de igual forma, no habíamos estado en contacto como en la campaña que llevamos de Bonfire.
Janet nos metió a un grupo, con otros compañeros, para recordarnos de la pre-fashion week que ya estaba a un par de semanas a distancia.
No soy de fijarme en fotos de perfil. O al menos eso me gusta decir.
Pero a veces… la casualidad se pone coqueta.
Fue en ese momento cuando un mensaje de Nara, confirmando su asistencia, me llamó la atención. Ahí estaba Nara, con su ya icónico suéter blanco con líneas negras, sola.
Sola.
La foto de perfil que tenía antes con su novio, ya no estaba.
Solo ella. Con una sonrisa que realmente daban ganas de provocar. En esa pequeña burbuja redonda, parecía que nada había pasado.
Mi dedo tardó menos de lo que debería en ir a su chat personal.
Escribí sin pensarlo mucho, pero con ese tono que ya era casi nuestra firma compartida:
J. ¿Se acabó el amor o qué pasó con tu otra foto?
Dime si tengo que ensayar mi cara de “Lo siento” o la de “Te lo dije”
No pasaron ni dos minutos.
A veces pienso que nuestras conversaciones ocurrían antes en la cabeza que en el teléfono.
N. ¿Cuántas veces me pueden engañar? JAJAJA
Y ahí entendí que detrás de esa broma, se estaba escondiendo dolor
J. ¿Tacos?
N. Si, por favor.
Nos pusimos de acuerdo para ir por tacos a la hora del almuerzo, en verdad quería apoyarla y animarla un poco, no es fácil pasar por una ruptura, para ejemplo este libro ¿No?, pero, aun así, una parte mí, la más egoísta, por cierto, sintió cierta emoción al recibir ese mensaje.
Llegada la hora del almuerzo, fuimos al foodtruck de tacos al que habíamos ido aquel día que nos quedamos hasta tarde para terminar la presentación de Bonfire.
- Entonces. ¿Terminaron? – pregunté con medio taco aún en mi boca.
- Así es – respondió mientras le ponía salsa a su taco.
- ¿Qué pasó?
- Bueno, no era algo que no hubiera pasado antes, pero entre en alcohol y su enojo, no pudo ocultarlo más. Me estaba engañando.
- ¿Ya lo había hecho antes?
- Si, pero fue hace mucho tiempo. Fue la razón por la que terminamos la vez pasada.
- ¿Entonces podrían regresar?
- La verdad es que no… pasaron cosas entre la última vez que terminamos y volvimos. Cosas que me siguió recriminando aun cuando todo eso no pasó mientras fuimos novios.
- ¿Conociste a alguien?
- Si, pero no fue algo más que casual. Pero el jamás lo entendió y lo sacaba a flote cada vez que teníamos una pelea.
- Supongo que usaba esa culpa para justificar sus acciones, ¿No?
- Efectivamente, pero eso se acabó.
- ¿Por ahora o definitivamente?
- Para mí, definitivamente.
- ¿No ha intentado arreglar las cosas?
- Claro que sí, pero para mí, es definitivo.
- Entiendo, lamento mucho haberte molestado con ese mensaje, no pensé que estuviera pasando todo eso detrás de que quitaras tu foto de perfil.
- Por cierto, ¡Que atento! No había pasado mucho de que había cambiado mi foto cuando me llegó tu mensaje.
- A mí me gusta llamarle destino.
- No empieces, no salgo con viejos.
- ¡Que no estoy tan viejo!
- Dices – tomó su agua de horchata y procedió a mover sus ojos de un lado a otro ignorando mi existencia – ya después te tocará contarme de tu ex a mí.
- Esta vez estamos a mano, así que si, ya te contaré de ella.
Terminamos de comer y nos fuimos a la oficina. El día continuó con la monotonía de los primeros días de regreso a la escuela, solo que algo no dejaba de rondar en mi cabeza, o más bien, alguien.
Nara.
No era solo lo de la foto.
Era todo lo que ya no estaba con ella… y todo lo que podía asomarse entre nosotros.
82 días antes
Durante las últimas semanas, la cercanía entre Nara y yo fue creciendo más y más. Nuestros escritorios pasaron de llenarse de post-its con cosas pendientes a notas con dedicatoria, las mañanas comenzaban compartiendo un café en la sala de descanso, compartíamos un paquete de papas mientras resolvíamos algo en la sala creativa, enmarcábamos nuestros almuerzos con un postre al regresar a la oficina.