Tormento

6

Era horrible estar sentado en aquella habitación sin poder hacer nada. Levi llevaba horas tratando de idear un plan para poder salir de aquella situación, pero sus ideas parecían agotarse poco a poco con forme el tiempo pasaba. Observó detenidamente cada rincón de su habitación, pero no había nada.

¿Cómo un lugar el cual había sido tu hogar por toda tu vida podía verse tan ajeno después de unos días?

No podía usar sus poderes, ya lo había confirmado tratando de ampliar el sonido de uno de los lápices de su escritorio al caer. No tenía nada, estaba solo. Completamente solo.

Sus ojos verdes comenzaban a llenarse de lágrimas al recodar aquello vivido con sus amigos. Aquello también parecía tan externo a él en aquel momento. ¿Qué demonios estaba pasando en todo el búnker? O ¿Acaso era él el del problema?

Levó sus manos al rostro y se talló son la palma de estas. Debía actuar rápido, si quería salir de aquel lugar como probablemente lo harían sus amigos. ¿Cómo hacerlo estando solo?

La puerta del cuarte se abrió, y reveló el rostro del hombre que había cuidado de él por muchos años. Levi se levantó de la cama y corrió a abrazar a Milo como si la vida le fuese en ello.

— Oh por dios, no puedo creer que estés aquí — dijo el hombre al mantener al chico en sus brazos.

— Tampoco yo... — contestó con desanimo el chico.

Milo se separó de Levi y lo miró a los ojos al borde del llanto — No quiero que pienses que estaba de su lado pero, iban muy bien, casi...

— Casi nos atrapan a todos. — Interrumpió el de ojos verdes — Espero que mis amigos estén bien a pesar de todo.

— ¿Por qué lo hiciste Levi? — El chico levantó una ceja ante la pregunta del hombre.

— Odio este lugar, nos tratan de una manera horrible. No tenemos libertad, no nos tratan como seres humanos. Quería salir de este lugar con la esperanza de poder vivir de una manera mejor. No que jueguen con la delgada línea de mi muerte una y otra vez.

Levi se soltó del agarre de Milo y caminó a la cama para volver a sentarse ahí. El hombre de ojos rasgados se acercó al chico — No me refería a eso. — Levi lo miró extrañado — ¿Por qué dejaste que te atraparan?

Ni siquiera él sabía la respuesta a aquella pregunta. Suspiró y trató de formular bien la respuesta en su cabeza. O más bien de pensar en una respuesta.

— Creí que todo mundo me vería como un héroe. Bueno, con todo el mundo me refiero a los demás: Ryder, Piper, Daren, Chloe, Ela... No pensé mucho en el momento y solo actué a lo tonto. No sé muy bien lo que quería lograr con aquello.

Ambos se quedaron en silencio, no sabían que decirle al otro, debido a las cosas que habían pasado y todo lo que habían dicho. Milo observaba sus manos nerviosas danzar por todo lo largo de sus piernas.

— ¿A qué has venido, Milo? — inquirió el chico reaccionando a la presencia de su moderador.

— Quería ver que el hecho de que estuvieras aquí no fuese una mentira. — Levi observó el piso aun escuchando detenidamente — La gente en este lugar es una maldita.

— ¿Qué fue lo que sucedió? — salió de sus labios casi sin pensar — Solo recuerdo el rostro de Ela, mucho ruido, dolor y es todo. ¿Me trajeron en contra de mi voluntad?

— Sí, — dijo por inercia Milo — pero no es de la manera en la cual piensas tú. — Levi regresó la vista a Milo intrigado — Te comenzaron a disparar en el momento en el que abrieron la puerta — la boca de Levi se abrió ligeramente al escuchar aquello — Te mataron, después de eso llamaron a una persona especializada en regresar personas a la vida y te trajeron del otro mundo a la fuerza.

Todo aquello daba vuelta en la cabeza de Levi. ¿Cómo podía ser que todo aquello fuese verdad? Sí sabía para que lo querían con ello. Para revelar la ubicación de los demás, pero había un error en los cálculos e ellos. Él no conocía donde estaban exactamente los chicos.

Una persona especializada en regresar personas a la vida ¿Un médico? Si era un especialista ¿Por qué no llamarlo por su nombre profesional?

— ¿Quién es esa "Persona especializada" que me trajo a la vida? — Milo abrió los ojos, no esperaba que el chico se interesara tanto por aquello. Suspiró fuerte tragó saliva antes de decirlo.

— Un Omega.

* * *

Varios años atrás, tres para ser exactos, una chica de cabello rojo borgoña y mirada curiosa llegó al búnker con solo veinticuatro años de edad. La joven había sido calificada como la mejor en su carrera de ciencias de computación, no solo en su generación, sino en toda su universidad. Fue llamada un año antes por el gobierno para reclutarla en uno de los bunkers para ser la encargada del sistema computacional central de todo aquel lugar.

Al cumplir la edad de veinticuatro fue llevada a las afueras de la trinidad con Pegaso para ser ingresada a su nuevo empleo. Seis meses después haberse integrado, fue mostrado al equipo del búnker los prototipos de los nuevos brazaletes. Con una serie de modificaciones a lo que eran los anteriores; un rastreador más exacto, videoconferencias entre los brazaletes de los moderadores y los demás componentes del bunker, conexiones fijas de los brazaletes de moderador-ahijado con una serie de colores, y la cual les era más importante a todos; contador de pulsos para los sujetos, siendo que si sobrepasaban el mínimo o el máximo era notificado al moderador.



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En el texto hay: escape, secretos, poderes

Editado: 17.12.2018

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