Tormento

7

A penas y logró llegar a tiempo a la junta, todos estaban esperando la llegada de Hart, por lo cual nadie notó la estrepitosa entrada de Byron a la sala. Observó una silla sola junto a Wyatt y caminó hasta ella para poder sentarse a un costado del rubio. Wyatt lo miró curioso e inclinó la cabeza en su dirección.

— ¿Algo más importante que hacer? — Dijo de manera divertida el hombre junto a Byron — No es muy tu estilo llegar tarde.

— Tuve asuntos que atender antes de venir — Byron acomodó sus planta M. y qryé5lones estirándolos lo más posible para que no estuviesen arrugado, también acomodó su bata — ¿De qué se trata todo esto?

Wyatt entrecerró los ojos, y supo que su amigo estaba muy distraído aquel día — El intento 2 está fuera del mapa, y todavía preguntas de que puede tratar todo esto ¿Seguro que te sientes bien? Deberías ir con Corinne para que te revise.

— Estoy bien, Putnam — le habló por su apellido.

— Muy bien, Rowling — respondió de la misma manera cargando más la voz en el apellido de Byron.

Una mujer extremadamente alta, rubia y de facciones algo toscas entró en la habitación llamando la atención de todos en el cuarto — Ethan Hart no podrá asistir a esta reunión. — comenzó la mujer con un tono de voz duro — Pero en su lugar me mandó a mí para ponerlos al tanto del nuevo plan que se llevará a cabo en todo el búnker para la búsqueda de... — Ella levantó su mano derecha, donde había un pequeño control remoto con el cual encendió la pantalla al otro lado de la sala frente a ella. Presionó un botón y en menos de un segundo las fotos de los chicos tomadas antes de que se escaparan aparecieron en ella — los sujetos del 007 al 012.

— Ellos tienen un nombre — soltó Byron al aire sin pensar que la mujer pusiese escucharlo.

— Desde el momento que comenzaron a matar al personal del estas instalaciones dejaron de tener valor como persona para nosotros — contratacó la rubia.

— Para ti tal vez, pero para nosotros siguen siendo aquellos niños que vimos crecer, todos y cada uno de nosotros en esta sala — La mirada de la mujer se endureció — Llámalos por su nombre.

— ¿O qué? — contestó desde el extremo de la mesa, lista para dar un paso a delante si era necesario.

— Ya lo veremos — Byron estuvo a punto de levantarse de la silla donde reposaba, pero fue detenido por la mano de Wyatt en su hombro. Él lo miró y pudo ver a su colega negar lentamente con la cabeza.

Byron no volvió a hacer otro comentario aquella reunión. La cual solo trataba de como gracias a la ayuda de Nuha Reed podrían hacerlo de una mejor manera. Bla, bla, bla. Palabrerías que Byron sabía que no se cumplirían, debido a que conocía Nuha y ella estaba empeñada a ayudar a los chicos y ayudarlo a él.

Cuando la reunión acabó todos comenzaron a salir de la sala como si la vida se les fuera en ello, pero el pelinegro se quedó sentado en la silla con los pulgares en la sienes y los codos en la mesa. No había recibido ningún mensaje de Nuha en toda la reunión, la cual había durado aproximadamente una hora. Estaba comenzando a preocuparse.

Una mano delgada comenzó a tocar su hombro lo cual lo hizo saltar en su silla por lo sumido que estaba en sus pensamientos. Giró por completo la silla y observó los ojos claros y cabello castaño pertenecientes a Nelly. Ella lo miró preocupada.

— Lo lamento, no era mi intención asustarte — se disculpó Nelly — Casi es el toque de queda — Byron se sorprende ante esto.

— ¿Tan tarde es? — Nelly asiente — Vaya, creí que sería más temprano.

¿Por qué le costaba tanto a Nelly seguir la conversación con él? Días atrás era fácil poder charlar con él de cualquier tema, pero de un momento a otro lo sentía muy distante. Como si estuviesen caminando en direcciones distintas con metas diferentes ¿qué había pasado con ellos dos? No podía explicárselo de ninguna manera. Podrían pasar de tener un buen tema de charla a que ella ya no supiera como conseguir su atención; lo trataba de hacer, pero no quería caer en lo ridículo tratando de atraer su atención cada dos segundos.

Ella no quería ser una empalagosa para él. Ella solo quería ser perfecta para él. Pero a cómo iban las cosas, y como probablemente irían, ya no sabía cómo seguir con todo aquello sin querer arrancarse los cabellos de la desesperación.

— ¿Quieres que te acompañe a tu habitación? — Preguntó Nelly de manera amable — Sabes que me queda de pasada.



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En el texto hay: escape, secretos, poderes

Editado: 17.12.2018

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