-Cassandra muévete que llegaremos tarde- grito Connor desde la entrada de la mansión en la que vivíamos con todo el equipo de caería, bostece tomando mi taza de café de la encimera, y corriendo hacia la entrada del lugar, en donde ya me estaba esperando una de mis parejas.
Hace un mes habíamos vuelto de Alaska y una montaña de trabajo nos esperaba, los ataques habían sido más certeros luego del desalojo de la bodega y gracias a que habíamos recuperado los libros sagrados, habíamos descubierto los verdaderos planes de Tisius y Natasha; en aquellos textos se consignaba magia pura, en donde se describía de manera perfecta como eliminar esencias en el mundo, y destruirlas para que jamás lograran regresar; un detalle que ellos había pasado por alto y que yo había aprovechado para estudiar.
Ellos solo estaban concentrados en incrementar su poder, en esos libros se detallaba perfectamente como los seres oscuros podían hacerse inmunes a sus debilidades y como los puros podían incrementar su poder; también habíamos descubierto a su topo, que resulto siendo Violet; ella inmediatamente fue retirada de su cargo y llevada hacia Azagord.
-Ya estoy- dije llegando hacia la entrada de la casa, Connor tenía su ceño fruncido y estaba bastante frustrado de estarme rogando, no era una persona tan impuntual, solo que mi novio se superaba completamente con su puntualidad, siempre debíamos llegar diez minutos antes a cada compromiso que tuviéramos o él enloquecería.
-Joder eres más difícil de sacar de la casa que a Travis- dijo dejando un casto beso en mis labios y rodando sus ojos para acercarse a la camioneta que se había comprado para transportarse por Azaurus, me subí en el puesto del copiloto revisando mi móvil por si había un mensaje de Travis.
Él había salido de cacería con su equipo por un aparente ataque en el clan de las druidas, y me había dejado bajo el cuidado de Connor, que había rechazado continuar con ese trabajo, no lo soportaba y cada vez se frustraba más con aquello, por lo tanto se había quedado en Azaurus conmigo; desde que me marcaron aquel día su nivel de sobreprotección era absurdo y dulce; siempre que Travis salía de cacería dejaba una gran lista de recomendaciones a su hermano, y de la misma manera siempre que Connor tenía que irse a trabajar al hospital a turnos extremadamente largos, le dejaba una larga lista de recomendaciones a Travis.
- ¿Hoy tienes que ir al hospital? - le pregunte a Connor que miraba atentamente la carretera, él negó girándose para regalarme una rápida mirada, por fin había podido cumplir su sueño en convertirse en un excelente cardiocirujano y ahora era el jefe en uno de los hospitales principales de Nightmare; en sus días libres se pasaba por el complejo para hacer su trabajo, Trenton y Samantha lo cubrían bastante bien.
-Debo ir al complejo a cubrir a Samantha |y Trenton- dijo él mirando fijamente la carretera, en Azaurus no había señalizaciones como en el mundo humano y quienes conducían siempre debían ir con cuidado para no atropellar a alguien, además Connor era muy responsable- aparte sabes que Travis me rompería el hocico de enterarse que me fui al hospital y te perdí un segundo de vista- dijo, bufe cruzando mis brazos sobre mi pecho.
-Ahora soy una inútil que no sabe cuidarse- dije enojada, él soltó una risita de burla- no te rías, ambos son unos idiotas- dije ofendida, él se detuvo girándose para tomar mi mano.
-Quiero que entiendas una cosa- dijo Connor con una sonrisa- eres nuestra pareja, nuestro mayor tesoro y la mujer que se supone debe salvar al mundo- dijo haciéndome entrar en razón- están detrás de tu cabeza y lo sabes- dijo acercándose para besarme- no queremos perderte mi amor- dijo él, mis barreras se derrumbaron como siempre.
-Está bien- dije apretando los dientes, girándome enojada, no podía negarles nada cuando se comportaban tan dulces y atentos.
-Así me gusta- dijo él apretando mi pierna, encendiendo el auto nuevamente, durante el recorrido me dedique a pensar en cómo estaría Travis, y por qué no se había reportado, hace tres días se había ido y no sabíamos nada de él- deja de preocuparte sabes que está bien- dijo Connor, me estremecí por sus palabras, era aterrador como los tres podíamos sentirnos sin expresar palabras.
-Lo sé, solo que no hay ningún reporte- dije estresada- ni una llamada, ni una señal de vida- dije mordiendo mi labio- ¿y si le paso algo y bloquearon nuestro vinculo? - pregunte casi enferma de lo que podía pasar, y Connor giro sus ojos.
-Luego te quejas de nosotros- dijo él riéndose de mi comportamiento- cariño es mi gemelo sabría si algo le hubiera sucedido- me dijo para tranquilizarme- ahora deja de preocuparte que ya llegamos- dijo deteniéndose frente al complejo, suspire abriendo la puerta, y bajándome detrás de él, que ya estaba esperándome para estirarme su mano y guiarme por todo el lugar.
Me había abstenido de ir a cacerías y era Travis quien se encargaba de ello, debía primero aprender todo lo que tenía que ver con los libros sagrados; Gabriel, Lucifer, Miguel Ángel, y Nathaniel, me estaban entrenando, así ellos no pudieran ejecutar el poder que dichos libros relataban, si me instruían para que yo pudiera hacerlo.
El padre de Abadon por su parte se había encargado de rehabilitar a todas las criaturas que habíamos recuperado y sacarles información con el resto de la corte celestial; mi antiguo equipo se había encargado de potenciar el poder entre los grupos de caería principal, Gregorio al ser un Esphigal podía perfectamente manejar la magia de los libros sagrados y con ayuda de Abadon, habían potenciado el poder de todos los grupos de cacería principal, para hacerle frente a las legiones modificadas de Tisius. Connor se detuvo frente a las salas de entrenamiento que habían asignado para mí, y me beso a modo de despedida, luego de las rutinarias seis horas de entrenamiento, iba a trabajar a la oficina para luego ir a casa.
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Editado: 25.01.2021