Lo habíamos logrado, habíamos logrado mantener su corazón con vida a pesar de ella estar en coma, Connor con esfuerzo había reparado su corazón y le había dado a una posibilidad no solo a nuestros hijos de crecer con la sangre de su madre, si no a nuestra mujer de volver a la vida; desde aquel día en el que Tisius falleció y la guerra acabo, todo empezó a ponerse en su lugar, Azaurus volvía a estar habitado, Belafor había sido eliminado y las muertes por fin habían cesado.
Hace una semana mi hermano había logrado salvar la vida de Cassandra y junto a él, éramos los únicos que nos aferrábamos a la vida de nuestra mujer, estudiábamos día y noche buscando una solución, alguien que le devolviera la fuerza de despertar a nuestra amada, habíamos viajado al Edén y hablado con la esencia de Alec, quien no tenía una respuesta de que había sucedido.
-Travis, Connor, por favor- suplico nuestra madre tras nosotros, ambos estábamos de camino a Nightmare debíamos solucionar algunos problemas que teníamos, Gregorio se estaba haciendo cargo en este momento de cuidar de todo Nightmare y de llevar las riendas de todo Azaurus, junto con la familia White y los arcángeles.
-No quiero hablar contigo madre- dije enojado, no quería ser grosero con ella, no quería explotar en su contra, en el fondo trataba de entenderla y me era imposible, no sabía cómo había podido tomar esa decisión tan estúpida, poniendo en riesgo la vida de todos, y de la mujer que no solo nosotros amábamos- por tu bien te aconsejo que te alejes de mi ahora- dije furioso.
Connor ni siquiera le dirigió la palabra, no podía evitar mirarla con odio, mi hermano no era una persona impulsiva, solo era quien más protegía a Cassandra, y que nuestra madre fuera la principal responsable de su casi muerte nos ponía los pelos de punta, ella intento acercarse nuevamente y negamos.
-Soy su madre deben escucharme- grito ella con enojo, mi hermano la tomo del brazo, llamando no solo mi atención, si no la de nuestro padre, quien como todo lobo alfa sobreprotector se acercó a su mujer, mi hermano arrastro a nuestra madre hasta una sala de juntas, y mi padre ingreso al lugar de igual forma.
-Connor ¿Qué haces? es tu madre, suéltala ahora- dijo mi padre, mi hermano se giró y pude ver que quien tenía control de su cuerpo no era más que su lobo, uno muy enojado y lleno de terror por perder a su alma gemela- hijo- dijo nuestro padre sorprendido, Connor soltó a nuestra madre que revisaba su brazo en busca de algún hematoma.
- ¿Qué quieres hablar Johanna? - dije mirándola con frialdad, ella abrió su boca dispuesta a refutar y pedir respeto de mi parte- no nos hagas perder el tiempo, tenemos cosas más importantes que hacer – dije revisando mi reloj, teníamos una reunión con los líderes de Azaurus, en menos de media hora.
-Yo quería explicarles porque- dijo ella tratando de hablar y simplemente las palabras no salieron- lo siento, solo los extrañaba tanto que no pensé que- dijo agachando su mirada y una furia increíble estallo en mi interior.
- ¿No pensaste que madre? - le pregunté irónico, iba a soltar tanta mierda que dudaba de mi buen juicio en este momento- fuiste una completa estúpida - dije con frialdad, ella soltó un jadeo de dolor- ¿Cómo se te ocurrió abandonar Belafor con una guerra?, acababas de tener a mi hermana, una que por cierto dejaste a cargo de los abuelos para aventurarte en algo que no sabias como enfrentar- dije furioso- no tenías la fuerza ni la preparación para enfrentar algo como Tisius.
-Hijo yo solo extrañaba a tu padre – dijo ella tratando de justificarse- en su tiempo era igual de fuerte a Casandra yo creí- dijo y Connor soltó una fuerte carcajada dejándonos a todos confundidos.
- ¿Qué creíste? ¿Qué después de convertirte en la muñequita de porcelana del alfa ibas a poder hacerle frente a demonios a los que ni cazadores experimentados han podido derrotar? - le pregunto con ironía- madre creí que eras imprudente y estúpida, pero no a este nivel- dijo él, los ojos de ella se llenaron de lágrimas al sentir como su propio hijo desprendía odio por ella- casi morimos porque tu creíste que podías ser fuerte y enfrentar esto, ¿creíste que nos quedamos jugando a la casita y no entrenando? para que lo arruinaras todo.
-No más- escuche el grito de nuestro padre en nuestra dirección – no les permito hablarle así a su madre- grito mi padre- sigo siendo su alfa, su padre y su autoridad – dijo él imponiendo su poder, nuestros lobos se estremecieron asustados, y al recordar a nuestra mujer relucieron valientes.
-No más tú- le devolví el grito y él me observo sorprendido- si no quieres que le digamos la maldita verdad en la cara, aléjala de nosotros y de nuestra mujer- le exigí mirando a mi madre con desdén- no soy de tu manada, no soy un lobo común, soy la pareja de la guardiana, un simple título de alfa no me va a detener- grite furioso, un increíble poder que desconocía surgió en mi interior- rechazo ser de tu estúpida manada si crees que de ese modo podrás cambiar el hecho de que por culpa de tu mujer la mía está en esa cama.
-Que sentirías tu ¿ah? - le pregunto Connor llenándose de la misma valentía con la que yo había enfrentado a mi padre- si fuera ella quien estuviera en esa cama, sin saber si algún día despertara- dijo él y su tono de voz empezó a quebrarse provocando que mi padre bajara la guardia- si fueran tus hijos los que estuvieran en el cuerpo inerte de su madre- dijo con su mirada llena de dolor- no tienes una mierda de idea de lo que es perder a tu mujer, porque te recuerdo padre que hasta en nuestro parto Cassandra salvo la vida de la mujer que hoy defiendes- dijo mi hermano- no tienes una mierda de lo que se siente vivir sin saber si ella despertara, porque es gracias a su sacrifico que hoy tienes a una mujer a quien defender.
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Editado: 25.01.2021