Ana
Sentí un bultito en mi pecho moverse, abrí poco a poco los ojos hasta que observé a la criaturita hermosa de la que soy niñera moviendo sus manitas mientras toma a su peluche de tortuga que le había regalado. La noche anterior la cambié a su pijama de Winnie Pooh y cuando la dejé en su cuna no se separaba de mi cuello, traté de soltarla pero no quería y se empezaba a quejar. Busqué una luz de noche y la llevé a, mi ahora, habitación, tomé el peluche y dormí con la pequeña. Estaba a un lado mio pero en la noche debió ponerse encima de mi pero era muy tierna, su cabellito rizado, sus ojitos color miel, su piel blanca, era muy linda Ivannita.
La observaba mientras se seguía acomodando, se sentía calientita y su olor a bebé era para quedarse otro ratito con ella. Tomé el celular y ya eran las ocho de la mañana. Tenía dos opciones, la primera era quedarnos dormidas hasta la tarde y la segunda era levantarnos y hacer un maratón de peliculas con ella.
Yo opto por la primera. Estuve por un segundo de escuchar a mi conciencia pero me decidí por la segunda, tengo que ser buena niñera con la bebé.
Moví un poquito a Ivanna para que pudiera levantarse, pero su única opción fue tomar una almohada y acomodarse mejor en la cama con las sábanas.
¿Quién lo diría? Se parece mucho a ti querida. Estas en lo correcto.
—Ya es hora de levantarse, pequeñita— le dije a la niña mientras sola empezaba a despertar hasta que se sentó y empezaba a abrir los ojos hasta que me observó y me hizo bracitos para que la tomara en brazos —Ven, vamos a bañarte y ponerte muy linda— la cargué y nos fuimos a su habitación, no sin antes tomar mi ropa para también arreglarme. Una vez que estuvimos tomé varias cosas para que ella eligiera su ropa, mientras la puse a caminar un rato mientras acomodaba su shampoo, la toalla, el jabón y regulaba la temperatura del agua. Le había dejado mi teléfono con algunas caricaturas para niños que yo veía de pequeña, como los Backyardigans, ella estaba viendolos concentrada y cuando había alguna canción se movía al ritmo de la música. Cuando estaba todo listo tomé a la pequeña y empecé a quitarle su ropa para meterla al agua tibia.
—Vamos a poner algo de música— tomé mi celular y entré a mi playlist de Spotify para ponerle algunas canciones de Sam Smith, Taylor Swift, The Weekend y Adele. La reproducí en aleatorio y empezaba a bailar y al parecer le agraban.
La niña tiene que crecer con buenos gustos de cultura general, luego le enseñamos a Michael Jackson, Avril Lavigne y Lady Gaga. Desde luego, ella tiene que tener una gran selección en gustos musicales.
Una vez terminé de bañarla, tomé su toalla morada y la envolví mientras la llevé a la cama para secarla. Tomé un pañal de una cajita enfrente de su closet y proseguí a alistarla y cuando estuvo lista se veía hermosa. La había dejado con un oberól azul, una camisa amarilla y le hice dos colitas a los lados.
Parece Bob el de minions. Reí ante las ocurrencias de mi conciencia.
Mientras yo tomaba un baño la deje con mi celular viendo los Minions, deje la puerta abierta para verla mientras me apuraba. Una vez terminé me coloqué mi ropa interior y salí afuera para terminar de cambiarme mientras la pequeña castaña estaba riendo con las criaturas amarillas, hasta que me vió pero en el hombro algo le llamó la atención. Mi tatuaje de tortuga.
—¿Te gusta?— hizo un gesto de manitas y cuando me senté lo tocó y se asombró —Me gustan mucho las tortugas, en especial las de mar. Esta muy bonito, ¿verdad?— ella asintió y después la deje viendo los minions para terminar de alistarme y de pronto se me ocurrió una idea —Este día nos divertiremos mucho.
Tomé unos tenis para ponerselos y luego la bajé para que me acompañara a mi habitación. Me puse mis converse y luego la tomé en brazos para bajar al primer piso.
—Buenos días Ana— saludó George, estaba con el semblante tranquilo que le conozco.
—Buenos días George— respondí —Una pregunta, ¿tienes trabajo ahora?— pensó un momento y luego negó —Perfecto, necesito que me acompañes a un lugar.
—Esta bien, solo deja hago una cosa— asentí y busqué el porta-bebé para Ivanna. Algo que se me hizo buena idea era que dejaban una carreola, el porta-bebé y una maleta listas cerca de la entrada, así que tomé solo el porta-bebé, lo demás no lo usaría pues regresaríamos pronto. George se fue a dar indicaciones a otros hombres en la mansión y asintieron. El hombre de seguridad me acompañó al auto y puse a la niña en su asiento y la acompañé detrás mientras George iba de conductor.
Llegamos a una tienda de manualidades y fuimos directamente a buscar marcadores amarillos, azules, morados y negros. Mientras seguiamls en la tienda, le pedí a George que buscara hojas blancas y un pedazo de foami gris.
—Listo, aquí esta lo que me pediste— respondió llegando a nosotras.
—Perfecto, vamos a pagar y regresamos a la Mansión.
Llegó la hora de nuestro plan.
Una vez que nos fuimos a la camioneta y regresamos. Al llegar dejé a Ivanna en la sala y saqué las cosas en la mesita de la sala. Tomé el celular y busqué en Google varias fotos de los minions.
—Hoy haremos una gran cosa— mencioné asombrando a la pequeña —¡Hoy nos convertiremos en Minions!— Ivanna empezó a agitar sus manitas de felicidad y se acercó tomando el telefono— Con los marcadores haremos a los minions y bailaremos para celebrar que somos minions y comeremos bananas.
—¡Badadas!— respondió la bebé. Ayer cuando estaba la abuela, la señora Jessica, me dijo que le gustaba hablar mucho, por lo general balbuseaba pero algunas palabras las lograba pronunciar. Sabia algunos nombres de frutas, animales, modales, pero las que siempre repetia eran: Papá, Tita (referencia a su abuela) y Agua.
Ambas empezamos a dibujar a los minions mientras escuchabamos las canciones de la pelicula. Mientras ella dibujaba, yo estaba haciendo unas gafas parecidas a las de minions, cuando ambas terminamos ella se puso de pie y me enseñó sus minions.
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jefe y empleada romance, padre soltero y millonario, pasion amor verdadero
Editado: 27.07.2023