Pov Allison:
Desperté por los gritos de mi madre, la cual me estaba apurando para que comenzara con mis labores diarias, eran apenas las 6Am y mi día está dando por comenzado.
Mientras me quitaba la pijama y me ponía de pie, recordé que hoy tenía que ir al hospital por mi primera sesión de quimioterapia y si se lo preguntan, efectivamente tengo cáncer y es muy probable que no sobreviva, así que mis padres decidieron esconder mis enfermedad y seguir Tratándome como la mierda hasta el día que la vida decida matarme.
—¡Alisson ven aquí rápido, tu padre debe ir a trabajar y su desayuno aún no está hecho!- Exclamó mi madre, siendo sincera en mi cabeza pasaban mil insultos para este tipo de situaciones que eran el pan de cada día, los prejuicios de mi padre hacia las mujeres era lo que más odiaba en el mundo.
—¡Ya voy mamá!
Bajé rápido a la cocina, hice el desayuno lo más rápido que pude y al salir corriendo de la cocina para entregarle el desayuno a mi padre tropecé con un par de zapatos que estaban tirados en la sala, lo cual hizo que me llevara una severa reprimenda por parte de él.
—¡Que las mujeres no pueden hacer nada bien! Dejé esos malditos zapatos anoche para que los acomodaran, pero veo que no te importó, espero que pienses en eso cuando me recuerdes que pague tu maldito tratamiento.
—Cariño tranquilo, ella lo recogerá y limpiará toda la casa si es necesario, pero por favor no te enojes—
Mi madre era lo que se decía una sumisa, pensaba que el maltrato significaba amor y por más que le hacía entender que eso no era lo correcto, solo me recordaba que llegué a arruinar su vida y que solo soy una maldita hija del cuerno, que nunca debió nacer.
—Espero encontrar todo realmente reluciente cuando regrese— Tomó mi cara entre sus manos.
—Ya que no creo que el morado convine con el color de tus ojos.
Solo tragué en seco y asentí con la cabeza, hasta que al fin se marchara.
Mi madre me dio una reprimenda por "Retar a mi padre y ponerlo de mal humor"
Comencé mis labores domésticas, hasta que la hora de mi cita médica se acercaba, así que guarde todo y me dirigí a la habitación de mi madre para avisarle que tenía que ir al hospital.
Toqué su puerta y entré.
—Madre, en dos horas tengo que ir al hospital por la quimioterapia, ya acabé mis tareas.
—Esta bien, esta noche iremos a casa de Nicole, saliendo del hospital ve allí.
—De acuerdo, me retiro entonces.
—¡Espera!— por un momento pensé que me iba a abrazar y decirme que todo estaría bien, como he estado esperando desde que me diagnosticaron.
—¿Si mamá?
—Recuerda no decirle a nadie de tu enfermedad, de por si eres la burla de la familia, no quiero recibir las humillación por tu culpa.
Mis ojos se cristalizaron en ese momento, asentí y salí corriendo a mi habitación a cambiarme de ropa y tomar algunas cosas para entretenerme en el tiempo que esté ahí.