XLI

Hace 6 años

Un pequeño niño de 9 años llegaba emocionado a casa después de la escuela aferrando en sus pequeñas manitas un dibujo el cual había realizado con todo su esfuerzo teniendo la esperanza que sus padres lo vieran y se sintieran orgullosos colgándolo en el refrigerador como había visto que hacían anteriormente con su hermano el cual se quito la vida unos meses atrás. Una perdida importante para la gran familia Zabini, una de las familias mas acaudaladas de la ciudad de puebla.

Emmanuel llegó de la escuela gritando por la atención de sus padres, atención que no ha obtenido desde que su hermano se fue.

—¡Mamá! ¡Papá! ¿Pueden mirar mi dibujo? — El niño alzaba sus brazos en busca de atención.

—Emmanuel guarda silencio por favor, entiende que estamos ocupados.

—¡Miren dibujé a esteban! Ahora soy un gran artista como él. —Dijo aquel niño el cual con orgullo alzaba su dibujo cada vez más alto.

—Lo hice porque hoy es su cumpleaños, ¿Cuándo volverá? Extraño mucho jugar con mi hermanito— Sus padres voltearon a verlo con rencor, pero que podría saber un niño tan pequeño sobre la muerte y el suicidio.

Su madre se acercó a verlo y de un manotazo arrancó el dibujo de sus manos —Tu hermano nunca volverá, ¡esta muerto! Él nunca te quiso y por eso se colgó del techo y decidió abandonarte porque eres malditamente insoportable— Los pequeños ojos del niño se llenaban de lagrimas y la gran sonrisa desaparecía a mediados que su madre hablaba. —Yo solo quería ser como él y que pusieran mi dibujo junto a los de esteban— Su voz se rompía en pedazos y sus padres solo enfurecían más y más.

—Nunca serás como tu hermano— Exclamó su padre con una voz serena y fría que cortaba el aire con cada palabra expulsada de su boca.

Emmanuel salió corriendo de su casa, algo dentro de él se sentía roto, no entendía lo que ocurría en ese momento, ¿Por qué sus padres estaban tan furiosos? Solo podía pensar en que aquel día cuando vio a su hermano dormido dentro de aquella caja plateada y a las personas vestidas de arcoíris siendo retiradas de aquel salón, cuando vio por ultima vez a su hermano y a sus padres llorar por primera vez desde que tiene uso de razón.

Sus lágrimas seguían saliendo y el corría como si su vida dependiera de ello. No sabia a donde dirigirse y mientras mas se alejaba menos entendía lo que pasaba.

Camino por horas hasta que la noche comenzaba a llegar y la lluvia amenazaba por empezar.

Estaba tan metido en sus pensamientos que no se dio cuenta que estaba cruzando una avenida transitada y si esa persona no lo hubiera empujado fuera del camino esta historia no estaría siendo contada.

Sintió como lo empujaban fuera del camino y a ese camión pasar tan rápidamente que no entendió lo que pasó hasta que escuchó la voz de su tío, el padrastro de su prima Allison.

Y ese día fue que se enteró por parte de su hermano se quitó la vida ya que sus padres ni su familia aceptaron que él era diferente.

—¿Qué hacías fuera de casa niño?

El pequeño Emmanuel aun temblando le contó que sus padres lo rechazaron y que su hermano estaba muerto, pero eso no podía ser cierto.

—Tu hermano si está muerto Emma— su voz sonaba calmada ya que ¿Cómo le explicas a un niño que su hermano atentó contra su vida? —El se suicidó, estaba enfermo

—¡Eso no es cierto! ¡Mi hermano está vivo!

—¡Tú hermano era un maldito maricon! El se mató porque era un desviado.

—Esteban era una gran persona, el nunca le hacia daño a nadie, es completamente normal.

—A tu hermano le gustaban los hombres o ves muy normal que un hombre le guste cocinar, pintar o vestirse como mujer.

Aquel niño en ese momento no entendía lo que le trataban de decir, se le hacia incorrecto, ya que esteban le enseñó que hay que aceptar y respetar a las personas tal y como son.

Pero esteban ya no estaba, lo había abandonado en este mundo de mierda, así que ¿a quien le creía? A la idea de lo que pensaba estaba mal o a las enseñanzas que su hermano le dio.

Desde ese momento, Emmanuel comenzó a vivir una batalla eterna entre lo que esta bien y está mal, pero esto es solo el inicio de su historia.