Nos paramos de la cama, el beso y todo lo que paso después fue increíble no lo quería aceptar pero estar con el es increíble. Se escucho la música de un celular era el de Gabriel.
-Debes de contestar- dije poniéndome la blusa
Se acerco a mi.
-No es mas importante que tu- contesto dándomeun beso.
Nos paramos ambos y salimos de la casa.
-¿Y a donde iremos?- pregunte
-Te parece si vamos por algo de comer- dijo tomándome de la cintura
Caminamos hacia un restaurante donde venden malteadas, al cruzar la puerta nos encontramos con Marta.
-Un gusto verlos chicos- dijo saliendo.
Sentí las miradas de Gabriel y Marta, estaba apunto de preguntar acerca de eso pero ahora estaba en un momento feliz y no pienso arruinarlo.
-¿Que quieres?- pregunto Gabriel
-Yo una malteada de Vainilla- conteste
-Iré a pedirla tu siéntate- dijo acercándose a la barra
Me senté en uno de los lugares vacíos del lugar, siempre había mucha gente en el restaurante pues es el único en la ciudad, vi a todos los clientes y de repente reconocí una de las caras, era mi padre estaba con su esposa.
-Una malteada de vainilla para usted- dijo Gabriel llegando a la mesa
Me pare de la silla, mi padre voltio a verme, salí del lugar y detrás de mi venia Gabriel.
-Alma ¿estas bien?- pregunto Gabriel
Solté las lagrimas no lo había visto desde hace mucho tiempo y nunca creí que fuera tan fuerte verlo y recordar todo lo que había pasado lo que el me había hecho pasar