Los brazos de Samantha eran sujetados por cadenas colgando de el techo en aquel sucio cuarto, la sangre de sus heridas se deslizaba por cada una de sus extremidades para finalizar en el piso.
Su respiración era agitada, su cuerpo estaba cansado, su abdomen tenía una de las peores heridas que haya recibido y si no era curada pronto podría empeorar.
Entonces un hombre entro a la habitación que era alumbrada tan solo con una pequeña lampara colgando del techo.
—¿Lo pensaste? —inquirió burlón el hombre al ver a la joven respirar dificultosamente
—¿Pensar qué? —respondió mientras le mostraba una mirada desafiante
—Parece que los golpes te dañaron la memoria, pero bueno te lo voy a repetir, ¿vas a pedirle perdón al jefe?
Una pequeña risa salió de los labios de Samantha, y la sonrisa arrogante de el hombre se borro al escucharla.
—¿Tu enserio crees que por golpearme vas a lograr que yo Samantha O'Connor, le pida una disculpa al idiota de tu jefe? —volvió a reír molestando al hombre frente a ella —seras imbécil
—Entonces tendré que matarte —le examino toda y cada una de las herida con la mirada asta llegar a la de el abdomen —o solo hacer que sufras mas
Samantha al ver sus intenciones dejo que se acercara unos cuantos pasos mas y levanto sus piernas atrapando el cuello del hombre con ellas. Reuniendo fuerzas que no tenía comenzó a apretar mas y más, el hombre desesperado por conseguir aire intento quitar las piernas de la chica sin éxito.
La puerta fue abierta bruscamente, entrando por ella Daniel Peterson junto a dos hombres mas los cuales corrieron para tratar de ayudar a su compañero, pero Samantha se negaba a soltarlo.
—Samantha, liberalo es uno de mis mejores hombres —hablo Daniel, aunque a él le daba lo mismo que matara al inútil de su empleado, pero gozaba hacerla sufrir —no querrás que tu familia sufra las consecuencias
Samantha apretó la mandíbula por el chantaje mas bajo que usaba contra ella, sin opción soltó al hombre y este sin fuerzas callo al piso respirando dificultosamente.
—Eres inteligente —Daniel la observo detenidamente, era una mujer hermosa y el solo un viejo —pero, para que veas que te apreció te tengo noticias de tu familia —Samantha lo miro esperanzada, ella con veintidós años permaneció alejada de su familia por mas de cuatro y el solo hecho de escuchar de ellos le daba esperanza para seguir viviendo —tu madre desapareció
—¡¿Qué?! —estaba furiosa, todo lo que hacía era para protegerlos a ellos y ahora su madre no estaba, entonces ella estaba fallando en esa tarea
—Y antes de que lo pienses, no, no fui yo -se adelanto a decir Daniel, aunque no le era mala la idea de torturar a un integrante de la familia O'Connor había hecho un trató con su amada Samantha
—Liberame
Daniel complacido con hacerla enojar se dio la vuelta para comenzar a caminar fuera de la habitación sin siquiera tomar en cuenta su petición.
—¿Sabes? Tienes unos niños increíbles
El cuerpo de Daniel se tenso al escuchar sus palabras, el juraba mantener a su familia oculta dentro de su mundo.
—¿De que hablas? —estaba nervioso de lo que Samantha pudiera hacer con su familia
—Hace un par de días fui a tu casa, muy linda por cierto, me abrió tu esposa Lily una mujer encantadora, y conocí a los gemelos Brandon y Hunter niños increíbles. Nos divertimos mucho — Samantha sonrió al verlo a los ojos y descubrir el miedo que estos reflejaban
—¿Que les hiciste? —inquirió el con la voz rota, esperaba la peor de esa mujer —¡¿qué les hiciste?!
—Tranquilo, estoy sensible, baja la voz —dijo ella calmada —¿Sabes? Tan tentada en hacer que sufrieran, pero recordé que ese chantaje estaba muy usado de ti hacia mí y por mas que pasaron mil formas de hacerte sufrir por medio de tu familia, no lo hice, ¿porque? Porque es lo mas bajo que alguien puede hacer, la familia es sagrada algo que no se arriesga y es por eso que me tienes aquí porque no te daría el gusto de matar a nadie de mi familia, pero escucha y grabate mis palabras, cuanto esa razón ya no exista voy hacerte pagar lenta y dolorosamente hasta que me pidas perdón de rodillas pidiendo que te mate —sonrió —Hací que has lo imposible porque eso nunca pase
Daniel, aliviado por el hecho de que su familia estuviera a salvo pero con el miedo comiéndolo por dentro, les dio la señal a los dos hombre que solo se habían mantenido escuchando la conversación que la bajaran y sin mas salió de esa habitación.
Los días pasaron, Samantha seguía en recuperación pero siempre con la idea de que su madre no estaba y lo peor era que ella no sabía si seguía con vida.
Entonces movida por la angustia comenzó a investigar la vida de hace cuatro años a la fecha de Emma de O'Connor. Su madre.
Descubrió que no solo ella si no toda su familia había sido vigilada y amenazada por personas de las cuales se desconocía su identidad.
Estaba segura que tenía que ser alguien cerca a ellos para mantenerlos vigilados, pero no encontró motivo alguno para sospechar de los Black o los Steel, las familias de sus amigos, así que fueron descartados.
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Editado: 28.06.2018