Tras las rejas, un aroma a libertad

Prologo

En un rincón muy olvidado de la ciudad, donde las luces neon se desvanecen y los secretos flotan en el aire, existe un lugar llamado El café de los perdidos. No era un café común, sino un refugio para las almas que han perdido su camino.

El dueño Han-gyeol, de piel y ojos oscuros como como el café, conoce las historias que todos los que han entrado y salido por esa puerta. Ha vivido poco pero lo suficiente para saber que la vida no siempre va en blanco y negro, sino algo más allá de una paleta de grises. Sus manos hábiles preparan el café con amor y paciencia, como si cada taza fuera un bálsamo para el corazón roto de alguien más.

Más allá del café esta Beak yon un pelirojo con cicatrices en el cuerpo y en el alma. Beak yon paso la mayor parte de su vida en la carcel, donde las noches eran silenciosas y los secretos se compartían en susurros casi inaudibles. El siempre creyó no ser un humano,sino una sombra que se desvanecerá con el tiempo




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