Capítulo 2: Guerra

Sky sigue llorando sin parar en la tienda y lo único que se me viene a la mente es el día en que tome la decisión de no sacrificarla para darle la cura al mundo. Gary trata de consolarme, pero considero que es innecesarios lo único que se me ocurre es entregarla a Logan, pero no quiero hacerlo tengo un sentimiento de desconfianza por él.

—Vas a entregarla— dice Gary.

—No. Logan tiene unas negras intenciones con ella—

—¿Cómo lo sabes? — pregunta.

—Porque algo pasaba en la central UMG y USAC. Al parecer experimentaban con ella y no es precisamente para buscar una cura—.

Lo único que hago es dormir para recuperar energías. No sé que tenía en la mente cuando decidí que lo mejor era no entregarla a los militares, el mundo era una porquería antes de que llegará el virus a chingarnos la vida por culpa de esta situación es que perdía a mi hija la persona que más ame en este mundo.

Al dormirme solo me viene la mente los trabajos que realicé antes de cambiar mi vida, estar con Gary me ayuda a reflexionar ante todas las situaciones que viví para sobrevivir a esta era que nos ha cambiado la vida a muchos de los nacionales, toda la noche divago hasta cerrar los ojos.

Al día siguiente escucho ruidos de Jeeps en nuestro campamento tomo mi arma y al salir me doy cuenta que tienen rehenes y entre ellos Logan.

—Hola Zack— dice.

Apunto con mi arma.

—Suéltalos— replico.

—Tranquilo, solo quería hacer amigos ya que los míos me han traicionado— dice.

—¿Qué quieres de mí? — pregunto.

—La niña— responde.

Trato de pensar que Gary la está protegiendo y que nadie está en su tienda tratando de raptarla.

—¿Por qué la necesitas? — pregunto.

—Sacrificar a la humanidad por ser paternalista no es una de tus mejores decisiones—

—Esta catástrofe hizo que perdiera a mi hija y solo quería enmendar mis errores— digo.

—No podemos reparar los errores del pasado o los que vamos a cometer en el futuro y lo mejor que puedes hacer es aceptarlos y vivir con esa culpa—

—Tú no sabes que es perderlo todo—

Logan manda a uno de sus muchachos a lastimarme. Me tiran al suelo y me apunta con su arma.

—¿Dónde está? — dice Logan susurrándome al oído.

Hago mi temporal voto de silencio, no voy a cometer el mismo error. Me levanta nuevamente y me comienzan a patear para que confiese, lo único que haré es guardar silencio por protegerla.

—Déjenlo— grita Gary.

Tiene a su lado derecho a Sky y no me parece buena idea lo que tiene pensado hacer.

—No la entregues— reclamo.

—No pondré en riesgo a mi gente Zack— responde Gary.

Me siento decepcionado por la decisión tan inesperada de mi hermano, siento que no pertenezco a este lugar, pero y si es una distracción para que podamos salvar a esta gente, tengo a uno de los tipos atrás justo para desarmarlo y romperle la nariz.

Tomo de la muñeca uno de los tipos le lanzo un codazo y logro desarmarlo mientras los demás me apuntan.

—Te lo diré por última vez: no te voy a entregar a la niña—

—Mátenlos— dice Logan.

Disparo a los tipos que tengo en mis laterales y me escondo en una tienda de campaña, ráfagas de balas se escuchan el resto del campamento se coloca en trincheras, murales hechos con costales de tierras y en algunos campamentos.

Escucho ruido de bombas caseras y de gente gritando por las quemaduras de las bombas molotov.

—Tengo una ida—dice Gary.

Lo seguimos pecho a tierra para que nada nos lastime, desde ese punto comienzo apuntar a los pies de los secuaces y ahorrarle balas a los demás. Nos acercamos a uno de los vehículos mientras yo ayudo matando a un par de malotes.

—¿Qué haces Gary? — pregunto.

—Haciendo una bomba estos autos— dice.

Nos largamos del lugar y combatimos cuerpo a cuerpo con los invasores. Rompiendo narices, brazos, dando un par de golpes en las costillas poco a poco vamos disminuyendo el ataque, los montamos al carro y vemos la magia.

—Sube al auto— dice Gary a un intruso mientras lo apunta.

—Enciéndelo— dice mientras se aleja.

El auto explota con todos los chicos adentro, me quedo sorprendido con las habilidades que tiene mi hermano, nunca creí que eso pasara.

—Deberíamos de compartir conocimientos — digo.

—Algún día— responde.

—¿Dónde está Sky? — pregunto.

Los dos buscamos a los alrededores, pero no hay ninguna señal de ella, comenzamos a buscar en cada una de las tiendas y ni señales de ella. Tengo la sensación que todo esto fue un señuelo para secuestrarla. Busco en mi tiendo y lo primero que me topo es con un palo que sostiene una nota pegada.

—Creo que eres ingenuo—

Con mi puño logro hacer una bola de papel con esa nota ese hijo de puta se llevó a Sky.

—La emboscada era una trampa para capturarla— digo a Gary.

—Por eso no tenemos tantas bajas— dice.