De la ignorancia del creyente.
En este escrito quiero resaltar la ignorancia de algunos creyentes, que siendo flojos e ineptos, se dejan llevar por las cosas mas viles y contrarias a su religión.
Cabe destacar que me refiero a la católica, ya que en esta encuentro algunos seres despreciables.
Es lamentable verlos inmiscuirse en temas que poco o nada tienen que ver en su religión, verlos arrodillados hipócritamente y salir a donde el brujo o el espiritista, estos seres como tal son repugnantes y avariciosos, pues al no tener lo qur desean buscan métodos eficientes para tener las ostentaciones del vulgo. Mas es entendido que el buen creyente espera, mas no todo se le ha de cumplir, pues cosas suceden con otros fines, por eso deben tener muy en cuenta las infinidades de circunstancias que le rodean y sobre todo, cada día prepararse para morir, puesto que la muerte aparece en cualquier momento. Es aquí donde reside el verdadero mal del cristiano, ama mas su vida que la propia muerte, pues esta última indica al ser la separación de todo mal, de todo dolor y el oprobio, es aquí también cuando el individuo creyente se aferra a las personas materiales, a su cuerpo, a todo lo que le rodea, creyendo en ello que le hace mas individuo y sin darse cuenta que el verdadero valor reside en si mismo como ser.
La ignorancia del propio creyente esta en no sentarse e integrarse en las cosas que conciernen a su alma y a su creencia, vive "creyendo" y su espíritu esta vacío de la sabiduría, pues prefiere ocupar su vida en cosas que envilesen al alma y le dejan en un peor estado, prefiere las creencias del vulgo y no las cosas bellas de la virtud.