Cuando me despierto siempre me siento la mujer más afortunada de Oslo, con el chico más lindo del mundo dormido a mi lado.
Pero luego recuerdo que no soy para nada afortunada, y que él no es mi chico. Es de Amalie.
Y de paso, el hermano de mi mejor amiga.
Miro el despertador, que hace un rato sonaba con su irritante alarma.
7:42
-mierda- murmuro.
A mi lado escucho a Even protestar, aún dormido. Lo sacudo del hombro.
-Even. Despierta. Tienes que arreglarte para ir al colegio. ¡Even!
El me gruñe y se da media vuelta.Me levanto y le arranco las cobijas, dejándolo completamente desnudo.Eso hace que se despierte, y me mire sobresaltado.
Luego vuelve a cerrar los ojos y se cubre la cara con la almohada. Suspiro y me voy al baño a arreglarme.
Cuando salgo, lo encuentro en la misma posición, solo que con las cobijas encima de nuevo. Se las vuelvo a quitar, y él se abraza a sí mismo, reteniendo una cobija.
Se la halo con toda la fuerza que tengo, pero el ni se inmuta. De repente él me suelta, y me caigo al suelo.
Lo Oigo reírse y luego se incorpora un poco. Cuando me ve, se empieza a reír a carcajadas, y luego se levanta, arrastra los pies hacia mí, y con un breve movimiento, me alza en brazos y me deja en la cama.
Lo miro a los ojos y arrugo la frente.
Él inclina su rostro hacia mi, y parpadea.
-¿te pusiste brava?
Resoplo, y me suelto de sus brazos.
-vamos a llegar tarde, y no creo que nos convenga.
-uff, no me lo recuerdes.
Busca su camisa entre el reguero de ropa que está en el suelo, se la pone, y mientras me mira, recoge su maleta, y abre la puerta de mi cuarto.
-nos vemos más tarde, ¿vale?
-ajá.
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Cuando llego al colegio, veo el Impala rojo de Even parqueado frente al parque.
Me bajo de mi pobre e invisible Mustang, y la puerta suena con un gruñido al cerrarse.
-será mejor que le digas a papi que te compre un carro nuevo- dice Eska, mi principal atormentadora desde primer año-. Oh, verdad. No tienes papi.
Todos los que están alrededor de Eska Denvers se empiezan a reír, y tratan de cubrirlo tapándose las bocas. Continúo caminando hacia la escuela, y les muestro a todos el dedo corazón mientras lo hago.
-Uy- dice uno de los chicos-. Cuidado muchachos, está brava. De pronto les muerde.
Aprieto los puños y sigo caminando sin importar las risas que hay a mis espaldas. Entro en el salón, y lanzo mi maleta al suelo. Me siento y me volteo hacia mi mejor amigo.
-otra vez llegando tarde, Abby. ¿Es pura casualidad que Even también llegue a esta hora?- me dice Tibaugth Rossi, mi mejor amigo (por no decir que el único).
Es un chico Francés bellísimo, con una estatura promedio, cabello castaño, y unos dientes blanquisimos y brillantes. Sería el chico ideal si no fuera tan tímido, aunque a algunas chicas eso les parece adorable. A mí me da igual.
-claro que no me acosté con él de nuevo, si es lo que preguntas- replico, ofendida.
Luego lo miro de reojo y me río. Pongo los ojos en blanco y me tapo la cara al ver a Amelie entrar al salón seguida de Eska y sus sirvientas.
Luego entra Even, y Arianna , mi mejor amiga.
Son tan parecidos.
Even me lanza una mirada fugaz, pero la aparta inmediatamente al percibir a su novia delante. Se da vuelta y la besa tan apasionadamente que me entran ganas de vomitar.
-y me dices que no te acostaste con él esta mañana - murmura Tibaugth a mi espalda.
-chist- le digo, cuando Arianna se sienta a mi lado.
-¿qué hay?- me dice, y luego se gira - oí que te dieron una medalla en los juegos la semana pasada.
Me río ante la curiosidad de Tibaugth, y también me giro hacia él.
-¿quién les contó?- pregunta, entre nervioso y alegre.
-¿importa?- respondo, orgullosa de Tibby. No suele contarnos sobre sus méritos, pero eso no significa que no nos enteremos por otros medios. Apesar de ser tan poco popular, hasta yo me entero de lo que pasa-. Es todo un logro, ¿ no te parece?