Tres Jardines - Mirada al Oriente

LA ALIMALIAL SILMA

Regresaron a Tilús Motfals tan rápido que solo sintieron un soplido de viento en sus cabellos y ya estaban paradas en el camino rojo frente a algunos metros de la puerta sur. Silma escucho el canto alegre de bienvenida de Tilús; cualquiera que la viese pensaría que estaba loca, pero Melmones comprendía que la relación con Tilús era única y la había visto con Asgui en el pasado. Entonces con una gran sonrisa le hizo señas con la mano para que se vaya si quería y la joven desapareció en dirección a las fuentes. Para la droxirraru esa noche seria larga, se dispuso a continuar el camino con los brazos cansados y cuando llego a la entrada, vio salir la silueta de su madre, sintió paz por un segundo, pero también algo vulnerable, corrió con la devoción de un cachorro que va llegar a su amo y la abrazo envolviéndola en su enorme cuerpo.  

 

—Estoy feliz de verte hija mía —dijo palmeándole la espalda.  

 

—Yo también mamá, no veía la hora que se termine quería dormir en mi cama.  

 

—Bueno tu cama no se ido a ninguna parte —sonrieron en complicidad.  

 

—Vamos a comer algo mamá, Silma se fue a hablar con Tilus, viene al rato...  

 

—Ven estuve preparando algo para Silma y vos —caminaron hasta la cocina en la torre sur—, tuve un desfile de tus hermanos cada vez que volvía —Jalmer era la única criatura de carne que recibía mensajes del Mimilti a través de los yauieles que la visitaban, por esa razón abandona cada tanto Eorgilmunil; iba hasta los lugares del universo donde les pedían que ayude; ella era el primer movimiento de la creación, como si cayera en un planeta estéril un meteorito con aminoácidos. Siempre fue consciente de su importancia para todo lo bueno, y así como ocurrió con su hermano Jantor sabía que el Mimilti tenía reservado para ella una última labor dónde por fin en la historia de la creación su ser dejaría de ser útil.   

 

—Entonces solo me queda confirmarte lo que ya sabes…  

 

—Si Melo —y le sirvió algo de té—, después de la visita de Mumflei, decidí ir a Miriar y pedir una asamblea en Tilus Motfals a cada Ialu, será su decisión enviar un representante para que parlamente con los reinos de Korunda.  

 

—¿Iremos a la guerra con Kurlanf?  

 

—No hay otra opción, y lo he pensado tanto; los varalayines son los condenados, hasta los mutgones merecen algo de misericordia, pero… —dijo con mucha congoja—, Jantor entregó su vida por confinarlos lejos de la creación del Mimilti, solo hay que devolverlos y esa es una tarea que todavía no hemos descifrado como lograrlo. Ellos son como los yauieles que no poseen carne, no morirán, han escapado de ese destino. Aunque la carne que robaron y dañaron sí…  

 

—Mamá, Silma tiene que ser educada para tomar el cargo de Alimalial, yo no puedo hacer eso soy su eminke…  

 

—Ialu Parnil me dijo que estaría honrado por enseñarle, por eso tendrán que terminar el aprendizaje de kuindar en Olguis Calal.  

 

—Dame un respiro mamá —se quejó—, después de la presentación oficial nos iremos, si Kurlanf estuviera libre no tendríamos que andar corriendo con está nenita que merece tener un poco de paz también.  

 

—Lo sé, también me gustaría que Silma tenga una vida diferente, lo único que nos queda es aminorar su carga hasta que ella esté preparada para soportarla sola. ¿A quién tender que pedir que vaya para la ocasión? 

 

—Cuando vuelva le diré que hagamos la lista de quienes quiere invitar para la presentación. A la vieja Glandalina creo, por lo que me preguntaste. 

 

—Sera su voluntad, después de todo lo que vaya a ocurrir después de este tiempo solo pertenecerá a los pueblos de Eorgilmunil.  

 

—Ojalá mamá, el Mimilti nos dé un descanso también a nosotros.  

 

—Cuenta todo con detalles lo que te enteraste, hay tiempo para eso, pero también no podemos esperar más tiempo —Memones entrego las arquitas a Jalmer; y le relato sobre la participación de Leulin y Mumflei. La conversación duro hasta avanzada la noche; Silma fue a dormir temprano después de terminar la lista que Jalmer llevaría a los invitados.   

 

Algunas semanas después, la eiquel estuvo en su habitación preparándose para la reunión, le habían indicado que esa reunión era con el fin de terminar el misterio sobre ella y que a partir de ese momento además de llamarse Silma Yarrisol también sería Alimalial. También más adelante con frecuencia vendrían criaturas de todos lados para conocerla y ella estaría comprometida a ayudar si creyera necesario. Silma vistió las prendas que le había traído Suñime —era un vestido carmesí sencillo, pero de una hermosa tela, unas sandalias nuevas y Mela la peino para la ocasión ayudada por Merrilanis—. Jalmer y Lankanis fueron a buscarla una vez que todos estaban reunidos en el salón Mifel; salieron de la torre sur llegando el salón de la cascada de Taiyims dónde le esperaba una fila de Kurumes que acompañaron a los Ialuses y sus subordinados para presentarle respeto junto a todos los soarfres que siempre venían a ayudar en Tilus Motfals. Entre la multitud pudo reconocer a Emil Macca con sus hijos Murrayi y Yaslel, Suelcia, Golos, Melayina, Alisil, Mulai, los Kurumes Kalafil y Kamfli que estaban con Folkofi y Nolaski; también había unos Kurumes diontes Udaor y Aconkal. Estaba muy nerviosa no pensó que poner algunos nombres en su lista iba a convocar tantas criaturas y por primera vez el camino a la torre este se le hacía interminable.  




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