Seis, Boda.

Dos meses sería el tiempo que tendría que esperara para casarme con mi Verona, mi madre no podía saber nada, nadie en mi familia. Quizá era un ritual humano, pero incluso para los Lobos es irrompible. Sólo era cuestión de tiempo, Grigori me prometió ayudarme en todos los detalles, me aseguró que sería el mejor día de nuestras vidas.

Habíamos decidió que la ceremonia la realizaría la madre de Henrriette, una Loba sumamente sabía y poderosa. Además de ser la madre de la futura compañera de Grigori, digo futura porque aún no sellaban su pacto ante los dioses. Ellos, creo, estaban destinados a estar juntos desde que nacieron.

En ese momento me encontraba en casa de Grigori, estábamos todos reunidos en la gran sala interior donde se encontraba una inmensa chimenea de roca. Estábamos sentados sobre cojines en el suelo, cubriéndonos con cobertores de piel de oso. Ella estaba sentada entre mis piernas, tenía uno de sus viejos libros entre sus manos.

-¿Quién diría que al fin alguien atraparía al Lobo de hielo?

Me sobresalte al escuchar su voz, ella la mujer por la que Grigori daría su alma. Henrriette Taftian, una de las mujeres mas hermosas de la manada.

-Mi señora no diga eso.
-Sabes que es la verdad, los dioses tuvieron que crear a una mujer específicamente para ti,además sabemos quede no existir tu la habrías inventado.
-En eso tienen toda la razón mi señora.
-Bueno, en realidad he venido a ofrecerme como tu Custos Vita... si es que eso no te ofende...

Creo que la sorpresa en mi rostro se mal interpreto.

-Claro que no me ofende, eso para mi es un honor.

La sonrisa de Henriette fue de genuina felicidad, ahora entendía por que decían que podía poner a un Lobo de rodillas con solo sonreír.

-Bien entonces así sera.

Sin decir mas se retiro, me dejo pensando en que la habría hecho tomar esa decisión, el Custos Vita o guardián de vida... es quien nos acompañara el día de nuestra muerte, es quien se encarga de nuestro legado y nuestro "testamento" por decirlo de cierto modo. Me sentía muy honrado de que ella pensara en mi. En un par de horas, si los dioses estaban de mi lado, Verona seria mi mujer y nada ni nadie podría separarnos. Ni siquiera mi madre y sus insidiosas ideas de la pureza  de la sangre.

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Los nervios no me han abandonado desde que Cross me pidió que fuera su esposa, en realidad no se como es que son las bodas humanas, lo que si se, es que unir mi vida a el amor de mí vida es lo correcto. Mi hermoso vestido color blanco con pedrería he hilado plateado, fue un regalo de Aaron Maxwell, quien me ha apoyado mucho en estas semanas, incluso puso una de sus propiedades, que es donde me encuentro. En el enorme jardín trasero de la propiedad y que esta rodeado por un pequeño y frondoso bosque, se realizara las ceremonia.

Puedo ver a los hermanos Slavik, a otros Lobos del circulo mas cercano al futuro alfa acomodando cosas, trayendo y acomodando todo para el evento. Muchas cosas me gustaría que fueran diferentes, como el echo de no tener a mis padres a mi lado. Pero se que ellos me acompañaran desde el mas allá. La familia de Cross no nos acompañara, no se porque eso sera así, cada vez que se lo pregunto me evade.

Pero, es su decisión y debo respetarla, quizá será que al igual que yo esta solo. En fin, en unas horas estaremos uniendo nuestras vidas, se supone que la futura mujer de Grigori y la mujer de Adrik vendrán a ayudarme. Me encuentro en la habitación principal. Todo aquí es de madera, hecho a mano, como si hubiera sido hecho especialmente para alguien. La habitación es acogedora, en un futuro podría ser un hogar.

Deseé un lugar así para mí, un lugar al que pueda llamar hogar.

La puerta se abrió sin aviso, una mujer de no mas de cuarenta años entro. Tenia el cabello recogido y su ropa era fina, pero no la reconocí, aun cuando tenia un aire familiar. Sabia que la había visto en mis visiones alguna vez, pero ni recuerdo porque.

-De modo que es verdad, Ella no se equivocó.
-¿Quien es usted? ¿Que es verdad?
-Que eres la insignificante humana que quiere atrapar a mi hijo.
-¿Usted es la madre de Cross?
-Además de todo, eres estúpida... ¿Que te hace creer que eres digna de entrar en mi familia y contaminar la casa Rusky con tu sangre impura?

Su pregunta y el tono ácido de su voz me tomaron por sorpresa. Además, no iba a permitir que se me despreciara por ser una Latente.

-Yo no pretendo entrar a su casa, y si voy a casarme con Vladimir, es porqué el me lo pidió.
-¿Te hablo de su prometida?
-¿Que?
-Humana tonta, él esta comprometido desde antes de nacer, con una mujer de su especie, una Loba de sangre noble de nuestra propia casa. ¿Como no te dijo eso? ¿Aun así te piensas casar con él?

¿Pensaba hacerlo?

-Si, porqué él me escogió a mi.
-¡No puedes hacerlo! Tu eres un error en su vida, tu no debes existir.
-Pues lo lamento señora, voy a casarme con Vladimir, le guste o no.
-Si lo haces, el morirá.
-¿Que insensatez esta diciendo?
-¿Que crees que hará para pasar sus días a tu lado?
-No comprendo.
-A decidido envejecer a tu lado y caminar a su ultimo amanecer contigo.
-Eso usted no lo sabe.
-¿Que tan segura estas de ello?

Así como llego se fue, a los pocos minutos las dos mujeres que vendrían a ayudarme llegaron. Pero yo no podía dejar de pensar en lo que ella había dicho. No podía permitir que Cross hiciera eso, el no podía morir, no por mi.

El tiempo que pase con ellas me ví obligada a sonreír, a parecer feliz pero ya no lo era, no después de lo que me dijo esa mujer. El momento llego, salí escoltada por Grigori, como marca la tradición de los Lobos. Todo estaba preparado, él se encontraba en el centro de un circulo, no pude reconocer los símbolos. Los Lobos cercanos a ellos están allí, algunas de sus parejas también.