Tres otoños para encontrarte

1 | Tres otoños, un año.

Había pasado por momentos estresantes en mi vida, por muchos más de lo que me gustaría admitir, pero ser organizadora de eventos 一especialmente de bodas一, ya era de por sí un trabajo estresante. Las escenas fuera de control e imprevistos que surgían durante la marcha en cualquier tipo de eventos era sólo un plus al paquete.  

Podía manejar el estrés y no perder la calma en la mayoría de ocasiones. Llevaba una lista Incluso. 

• ¿Calmar a la ex pareja que irrumpe en la ceremonia? Hecho. 

• ¿Ser mediadora entre las familias que aún no resuelven sus problemas? Hecho. 

• ¿Ayudar a la novia a traer un bebé al mundo? Hecho. 

• ¿Ser un apoyo para el novio que ha estado vomitando una hora por culpa de los nervios? Hecho. 

• ¿E incluso pedir un nuevo banquete solo porque los novios decidieron que la solución a sus discusiones era una guerra de comida? Pues hecho. 

Había tenido tantos momentos estresantes a lo largo de mi trayectoria como organizadora que no podía recordarlos todos, pero sabía a ciencia cierta que mi punto fuerte era mantenerme firme ante el enemigo y darle soluciones rápidas y eficaces a mis clientes. 

Me había tomado unos buenos años ser reconocida como una de las mejores en mi campo. Me lo había ganado a pulso. Mi propia empresa fue construida a base de sudor y lágrimas. Nada podía alterar mi tranquilidad a tal punto de querer abandonar todo y sentarme a llorar en un rincón, pero lo cierto es que siempre existe una primera vez para todo y hoy justamente es el día donde finalmente, yo Violet Piers, quiere sentarse en un rincón a llorar como una niña pequeña. 

—Oh no, no harás eso —advierte Ellie en cuanto me giro hacia la puerta en busca de una solución. 

La solución ya existe, solo debo llevarla a cabo sin dejar rastro en la escena. 

—¿Qué quieres decir? —optó por mostrar indiferencia, pero es absurdo. 

Nadie me conoce mejor que Ellie Miercer. Aquella mujer tenía grabada en su mente de oro cada detalle de mi. Podría estar a kilómetros de distancia y aún así podría saber cuando algo iba mal. 

—No te hagas la tonta, Vi. Sé que esas estupendas piernas quieren salir corriendo de aquí e ir a buscar un escondite —eso era correcto—, pero para tú tranquilidad me tienes a mí. 

Eso definitivamente era algo que valoraba demasiado. 

Cuando mi hermano mellizo, Sam, decidió tomar un descanso tras innumerables conciertos con su banda, también decidió que volver a Montreal y celebrar nuestro cumpleaños número veintiséis en conjunto sería buena idea. 

Eso no solo significaba que yo debía hacerme cargo de la organización, sino que también debía tener un autocontrol de acero; porque no solo volvía mi hermano a casa, también volvía William. 

William Jones, el hombre del cuál estuve enamorada desde los diecisiete años y que luego de una relación de cinco años decidió romper conmigo por teléfono, justo cuando estaba de viaje por uno de mis mejores proyectos. Ex amigo, ex pareja y casi ex prometido. 

De esa manera, Will había roto mi corazón hace tres años, lo había destrozado para después unirse al equipo de mi hermano como fotógrafo personal de la banda y no lo había visto desde entonces. 

Habían pasado tres largos años en donde tuve que aprender a vendar los trozos de mi corazón y seguir adelante. Y hoy, después de tanto tiempo, había llegado el momento que tantas veces desee para enfrentarme a él y reclamar todo lo que se había llevado de mi. Sin embargo, nada de lo que estaba sintiendo ahora estaba dentro de mis planes, especialmente la idea de perder el control despues de mucho tiempo. 

Sam me llamó en junio, por lo que casi cuatro meses para prepararme mentalmente y repasar con Ellie los mejores insultos en francés, pero nada de eso parecía ser importante ahora. Sólo el hecho de que me estaba ahogando y necesitaba salir a tomar aire. 

一Necesito robar una buena cerveza de la cocina 一suspiro agotada, sintiendo como el pánico invade mi cuerpo y amenaza con apoderarse de mi última gota de cordura

Ellos llegarán en unas horas y ya estaba a punto de perder el control y yo jamás perdía el control, por muy difícil que fuese la situación. 

Mi mejor amiga le da las últimas instrucciones al chico encargado del sonido y se acerca para tomarme de los hombros. 

Me obliga a observar sus profundos ojos pardo.

一Cariño, necesitas respirar, estás demasiado tensa. 

Ya, eso lo sabía. Estaba segura de que mi movilidad motora no era la mejor debido a los nervios.

一¿Tienes alguna otra sugerencia? 

一Teniendo en cuenta que el idiota de tu ex estara aqui en unas dos horas, entonces una buena botella de Whisky es nuestar mejor opcion por ahora.

Me río por primera vez y un poco del peso que siento en mis hombros desaparece. Aunque la idea fuera demasiado tentadora, podría apostar que beber alcohol justo ahora sería una terrible idea.  

一Ambas sabemos que si toco esa botella esto dejará de ser un evento tranquilo antes del anochecer. 




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