Tres secretos, una verdad

Capítulo 7: Solo te miro a ti

Solo te miro a ti 

Al caer la tarde, cuando las sombras se alargaban y la noche comenzaba a adueñarse de la ciudad, Martín llamó a Nayara para conversar un rato. Tras concertar la cita, se encontraron en un antiguo parque, un lugar que frecuentaban durante sus días de novios.

Al llegar Nayara, Martín ya la esperaba sentado en un banco. La mirada llena de amor que le dirigía era digna de admirar, pero Nayara estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no se percató de los ojos que la observaban con cariño.

Cambiando de tema, Nayara comenzó a relatar lo sucedido esa tarde con el abogado y la peculiar actitud que había tomado su abuela después de la lectura del testamento. En ese momento, se dio cuenta de que aún no le había mostrado las fotos que había encontrado.

Ansiosa por compartir su nuevo descubrimiento, Nayara sacó rápidamente su teléfono y le mostró a Martín las dos imágenes que había desenterrado esa tarde. Martín, un poco sorprendido, dijo con total seguridad: "Algo muy malo o trágico debió ocurrir en el pasado que no quieren que salga a la luz".

Aún más sorprendido por la inesperada revelación de la hermana gemela de la señora Elena, Nayara le mostró otra verdad impactante. Le enseñó lo que estaba escrito en el reverso de la foto: el nombre Marie Gonzales acompañado del conmovedor mensaje "Cuida de mi amor y nunca me olvides", junto con la firma de Marie.

El descubrimiento de la existencia de Marie y el mensaje críptico en la fotografía dejaron a Martín y Nayara con más preguntas que respuestas. Estaban decididos a desentrañar la verdad sobre el pasado de la señora Elena y el destino de su hermana gemela, Marie.

Tras la revelación del contenido de la fotografía, Nayara y Martín acordaron reunirse al día siguiente con Sofía y Tomás para organizar una expedición a la mina y contarles lo que han encontrado hasta ahora. Decidieron cambiar de tema y recordar viejos tiempos, rememorando su época de novios cuando se escapaban del colegio para conversar en ese mismo parque. También recordaron las travesuras que los metían en problemas con los vecinos y todas las escapadas que en algún momento se dieron. 

Nayara al ver la hora, decidió poner fin a la conversación y Martín acompañó a Nayara a su casa. Despidiéndose con un cálido abrazo, Nayara se dirigió al interior de su viejo hogar. Al entrar, se percató de la ausencia de Elena. Intrigada, se preguntó dónde se había metido. Decidió que al día siguiente le preguntaría sutilmente sobre su paradero y aprovecharía para conversar sobre la desaparición de su hermana, un tema que parecía no interesar a nadie en la familia.

 




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