Tres de la madrugada,
botella de whisky bajo la almohada,
moretones y gritos color negro bajo éstas casi
vistas
esfumadas
por el tiempo junto a ti.
Recuerdo.
Me pregunto, (bastante cuándo Dios no me oye)
¿por qué llevó a alguien tan inalcanzable a un lugar dónde es alcanzable, con almas santas y gloriosas?
¿cuál es la dicha misericordia, Señor?
O supongo que eras tan angelical y pura que decidió tenerte
cómo arcángel,
y una de los millares de ángeles.