Jennifer se despierta por que tocaban la puerta de su cuarto.
-Despiertate floja, Tienes que ir a trabajar-le dice la madre.
Ella se levanta.
-Oye ya lo sé si ya me voy. Ahora te haré una pregunta ¿porqué vendiste las zapatillas de mi hermana para comprar tu inmunda cerveza?-le pregunta enojada.
-Ah si lo hice por que tenía ganas, soy su madre y me tendrá que obedecer quiera o no.
-Que vergüenza que me das, no mereces ser llamada madre.
-Pero lamentablemente lo soy, ya vete mejor no tengo ganas de discutir contigo.
Jennifer se abriga un poco con su campera negra y se va a el trabajo, sale de la casa y a dos cuadras de su casa ve a una niña. Ella se acerca hasta la niña.
-Hola niña ¿como estas?-pregunta Jennifer.
-Holaa, no se ni como estoy, creo que estoy en el suelo de una calle verdad.
Al instante Jennifer se dio cuenta de que ella estaba ciega.
-Si estás en una calle, ¿estás ciega verdad?-le pregunto Jennifer.
-Sii mis papás me dejaron ciega y me dejaron en esta calle.
Jennifer al escuchar éso se indigno mucho, no podía creer como un padre y una madre podían ser capaz de algo así.
-Desde hace cuanto estas aquí, has comido algo.
-Eh estado aquí desde hace unas semanas, y eh comido solamente lo que me tira al piso la gente.
Muy enojada, Jennifer la agarró del brazo y le dijo.
-Tu no mereces estar así, te llevare a casa de alguien que te va a ayudar niña-le dice Jennifer.
La niña no sabia que decirle, así que sólo le sonrió.
-Sii así quiero que estés quiero que seas feliz.
Jennifer era una chica muy buena y nunca iba a permitir que una niña viva así.
-Llegamos linda.
-A donde llegamos.
-Este lugar se llama ayuda social, no estaba tan lejos de donde estabas.
Ella y Jennifer entraron ahí
-Holaa, ustedes son ayuda social verdad-le dice Jennifer a la mujer encargada de atender a la gente.
-Si acá somos ayuda social.
-Entonces ayudan a esta niña que estaba cerca de su sucursal y curiosamente ustedes no hicieron nada-dice muy enojada.
-no es éso, es que ella no pertenece a ninguna familia
-Y que tiene que ver éso.
-Si no pertenece a ninguna familia no nos sirve para nada. Quien pagará por la ayuda que nosotros le demos-dice sonriendo.
-Son unos hijos de pu**, ojala se mueran. Vamos niña te llevare a una lugar donde si te van a ayudar.
La niña y Jennifer caminan mientras hablaban.
-¿Cómo te llamas niña?-le pregunta Jennifer.
-Me llamó Coraline y tengo 11 años.
-Muy bien Coraline, yo soy Jennifer yo te ayudaré. Tengo que ir al trabajo así que te dejare con mi abuela que es una muy buena señora no Cómo mi madre.
La niña la abraza por la espalda.
-Muchas gracias, ojala todas las personas fueran como tu, tu eres buena gracias tenía mucho miedo de seguir sola-le dice Coraline llorando de alegría.
-No agradezcas hermosa, yo se que tu harías lo mismo por mi-le dice Jennifer sonriendole y limpiandole la cara.
Llegaron a la casa de la abuela de Jennifer y la niña se cubrió atrás de Jennifer al ver que salía la abuela.
-Holaaaa ñietita hermosa de mi corazón, como estas veo que has crecido mucho princesa-dice la abuela muy feliz por verla.
-Holaa abu, te extrañe mucho estoy muy bien pero tengo a una niña que no lo esta-dice mostrándosela.
-Ayyy no, pobrecita angelito, quien le hizo esto, que clase de monstruo haria algo asi-dice la abuela indignada por como estaba esa niña.
-Siii es horrible, fueron los padres los que le hicieron éso.
-Qué padres los de hoy en día son una vergüenza, Gracias por traerla linda, yo tu abu la voy a ayudar como pueda.
-No, gracias a ti abuela por ser tan buena persona-dice dandole un abrazó.
-señora ¿usted me cuidará?-le pregunta.
-Sii angelito yo te cuidaré. Entra a casa te prepararé algo para que comas y un baño también linda.
-Muchas gracias señora, juro que se lo pagaré como sea-dice la niña muy feliz.
-No digas éso hermosa mi abuela no te pedirá nada ella lo hace por qué ama a los niños y niñas más que a nada en el mundo y tu eres una niña muy desafortunada, pero dejarás de serlo y serás muy feliz.
Coraline la abraza y le agradece Muchas veces, Jennifer sonríe y se va. Al llegar al trabajo se cambia y empieza a atender a todas las personas muy felíz por saber qué hizo muy bien en ayudar a otra persona que lo necesitaba más que nadie. Jennifer a pesar de su vida era una persona muy buena y humanitaria con todos. Todos deberían aprender de ella.