Confundida.

Siento agua en mi cara, trato de abrir los ojos y lo primero que veo es a Jamil con una cara de preocupación, me trato de levantar, pero me mareo.

Jamil: Con cuidado, no quieres que te vuelvas a desmayar.

Solixia: ¿Como llegue aquí? Y Galib.

Me sentía nerviosa y es muy raro en mi.

Jamil: Tranquila, entre a la casa a buscarte, ví estabas en el suelo y te traje aquí.

Voy recordando todo, en especial la traición de Galib.

Solixia: Y Galib me traicionó, nunca pensé eso de él, supongo que nunca tuve que confiar.

Me levanto y camine hacia....

¿A donde estoy?

Al parecer Jamil, descubrió lo que pensé y me contestó.

Jamil: Es un jardín encantado, podrás salir de aquí hasta que descanses lo suficiente.

Solixia: Ya descanse, ahora me voy.

Trate de salir, pero habían unas flores que no me dejan salir, por detrás de mi hombre ví a Jamil usando ¿!Magia!?

¿¡MAGIA!?

En el Reino hay magia, pero nunca se ha visto que gente de afuera tenga, es muy extraño.

Jamil: Te dije que es un jardín encantado no te van a dejar salir.

Solixia: Jamil no soy estúpida, tú eres el de la magia, te ví usándola, dime de donde obtuvó magia, porque que yo sepa solo los nobles lo tienen, a menos de que seas mestizo.

Un nuevo descubrimiento.

Jamil: Nose de que hablas, viste mal y no soy mestizo.

No lo va a admitir, tendré que hacerlo de la mala manera.

Solixia: Esta es mi forma de agradecer por salvarme.

Cogí un cuchillo que llevaba y me le lancé.

El no pudo reaccionar y casi lo apuñala, pero aún así no hizo nada.

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Jamil: Estas loca.

Solixia: Lo sé, pero tú estás mintiendo dime algo te interesa mi salud ya que no me dejas salir, que pasa si me hago daño.

Jamil se puso nervioso, yo estaba tranquila si no funciona pues nose, pero igual lo voy a hacer.

Me fui cortando el brazo, pero antes de que profundizará más, Sentí unas enredaderas sostener me.

Jamil: Ya estas feliz, si tengo magia como podrás ver y sigo sin ser mestizo. No puedo creer que te cortaste.

Solixia: Si, viste que no era tan difícil aceptar que tienes magia, como se llaman tus verdaderos padres.

Jamil suspiro, se que va a ser incómodo, pero ocupó saber.

Jamil: Helios es mi verdadero padre, tiene el don del agua.

Interesante.

Solixia: Y tú madre.

Jamil: Te lo diré en el momento necesario, por el momento aún no. Y algo si todos los de la realeza tienen poderes, por qué tú no tienes.

Carajo, va a descubrir algo que me perjudica.

Solixia: Porque soy mujer, la magia es más común en hombres, igual en los casos que las mujeres que tienen magia terminan muertas.

Se quedó analizando yo aproveche, para corre y huir.

Que nadie sepa tu próximo movimiento.

Eso me lo dijo mi padre y tenía razón.

Jamil: ¡Solixia! ¡No escapes!

Obvio no lo escuche, corrí lo más rápido que pude, pero en el camino me lanzaron una lanza es un Guardia, lo que me recuerda lo que pasó con Galib, estoy tan confundida por qué me traicionó.

Por estar pensando el Guardia ya está detrás mío.

Trato de agarrarme, pero le metí una patada que se cayó.

Trate de irme de nuevo, pero en eso escucho a Jamil.

Jamil: ¡Solixia cuidado!

Me volvió y ví al Guardia con una espada, no podía hacer nada.

Antes de que pudiera sentir el Corte ví unas enredaderas agarrarlo.

Solixia: Dios mío, Jamil gracias.

Jamil: De nada, estas bien ¿verdad?

Solixia: Si gracias a tí, por sierto me gusta tu magia, pero chao.

Con eso volví a correr, pero antes de que pudiera avanzar un poco sentí que algo me sostenía.

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Jamil: Tienes que descansar y dejaras de correr.

Solixia: Vete a la mierda, sueltame.

Jamil: Lo siento, pero no. Hay que volver.

Con eso me lleva con las enredaderas, como si fuera una prisionera, es ridículo.

Ví la espada del Guardia y la agarre junto con el radio, también unos suministros que tenía.

Al llegar al lugar al fin me soltó, pero no voy a descansar voy a practicar como defenderme mejor sin armas, también voy a ver si sigo teniendo las mismas habilidades con la espada que cuando era más pequeña.

Jamil: Cuidado con la espada, te puedes hacer daño.

Me empece a reír.

Solixia: Se como usar una espada desde los cinco años, no te tienes que preocupar.

Jamil: Que piensas hacer, porque sé que no vas a descansar.