46- el mundo especular

- ¿Qué diría el profesor Evans si supiera lo que piensas de él? Aunque sí, es evidente que no eres santo de su devoción…

Pero Tthor no lo escuchaba.

- ¿Qué has hecho con Asmodeus?- gritó furioso el joven.

Equs Lileproof avanzó unos pasos más y Tthor vio que sostenía en su mano izquierda una argolla, unida a una cadena de gruesos eslabones. El jovencito siguió con su vista la cadena hasta  el final y gritó desesperado:

- ¡¡¡Asmodeus!!!

El demonio yacía desmayado en el suelo, cerca de una de las columnas, a un costado del espejo. Parecía que no estaba herido pero Tthor no pudo darse cuenta si  aún respiraba.

- ¿Qué le ha hecho…?- gritó Tthor con voz temblorosa.

- ¡Nada! Comparado con lo que te haré a ti…

Tthor sintió una furia que parecía crecerle en el pecho y desbordarlo completamente.

- Solo quiero un poquito de tu sangre. La pondré en la paila y se la daré a mi Señor para que la beba. Y por fin podrá asumir el Trono, el lugar que siempre le ha correspondido.

- Muy valiente, ese señor tuyo, que manda a sus siervos para hacer el trabajo sucio. Si es tan valiente, ¿por qué no da la cara?

- Todo a su tiempo. Ya tendrás noticias  suyas. Pero primero lo primero. ¡Espejo!- gritó Equs.

Tthor y Noel sintieron a sus espaldas un viento frío que salía del espejo. Y de repente, apareció de la nada una imagen clara y brillante.

Noel se llevó las manos a la boca y ahogó un grito de terror. Lee-Won aparecía reflejado en el espejo, atado con una soga gruesa desde las muñecas, sosteniéndolo en el aire con los brazos en alto. Se balanceaba suavemente y tenía la cara empapada de sudor.

Tthor miró sobre su hombro pero no lo vio. Se dio cuenta de que no era un simple reflejo sino que ,de algún modo, estaba dentro del espejo.

- ¡Lee-Won! ¿Estás bien?

- No puede oírte ni tampoco puede verte.- dijo Equs con parcimonia – Entonces, Tthor, te diré qué haremos. Tu amigo , el sirviente y tu otro amigo, el demonio estarán bien y quedarán libres, sólo tienes que pincharte un dedo, manchar con unas gotas aquí- dijo señalando la paila- y… ¡listo!

Tthor se quedó callado. Miró primero a Asmodeus, quien todavía yacía inmóvil y luego se volvió hacia el espejo. Lee- Won parecía exhausto pero en buen estado. El muchacho era conciente de que la vida de sus amigos era su prioridad. Pero no sabía qué hacer para ayudarlos. De repente, un punto de luz blanca comenzó a agrandarse en el ángulo izquierdo inferior del espejo. Fue creciendo en tamaño; primero, haciéndose una línea gruesa vertical, luego un franja más brillante hasta acabar en una figura humana bastante nítida.

Tthor miró a Equs de reojo.

- ¿Y bien?- le urgió éste, mostrándole la paila- ¿Salvarás a tus amigos a cambio de una pequeña gota de tu sangre?

Tthor supo entonces que Equs Lileproof no había notado la figura formada en el espejo. El jovencito volvió su vista hacia allí y, a tiempo, disimuló su asombro al verse a sí mismo reflejado.

Pero el del espejo, era un Tthor de casi dos metros, con ojos más claros, el pelo rojo encendido y un pequeño espejo oval en su mano. Tthor reconoció el objeto de inmediato: era el espejo de Edeso. El Tthor del espejo alzó su mano, la que tenía vacía, y la bajó de golpe como dando una orden. El otro Tthor, instintivamente, se arrojó sobre Noel y la tiró al piso.

Un rayo de luz blanca salió disparada del espejo, justo hacia Equs, arrojándolo con violencia varios metros hacia atrás. El hombre golpeó su cabeza contra la pared y pareció quedar inconsciente. El rayo de luz se envolvió sobre sí mismo y volvió al espejo, de donde había salido.

Tthor trató de ver a su doble pero éste ya no aparecía allí. Se incorporó y amagó con entrar en el espejo pero un grito de Noel lo alertó y se agachó justo a tiempo para evitar una mano que pretendía atraparlo.

Equs trató de tomarlo de la camisa pero un nuevo movimiento rápido de Tthor lo hizo perder el equilibrio y cayó al suelo. En la caída soltó la paila, accidentalmente. Ésta salió volando hacia arriba. Tthor saltó intempestivamente. Equs trató de hacer lo mismo pero el jovencito fue más rápido y logró tomar la paila antes que él. 

Pero cuando comenzaba a sentir que el peligro había pasado, buscó a Noel con la mirada y sintió que el corazón se le salía del pecho.

- ¡Dejémonos de juegos, niño! Dame la paila o tu querida amiga se perderá en el mundo especular para siempre. No creo que quieras eso.

- ¡Tthor! Es casi imposible retornar del mundo del espejo. Por favor, Tthor- rogó la niña- dale la paila y dale también la piedra  que traes en el bolsillo.

- ¿Piedra? ¿No será la piedra rúnica? ¿La de tu nacimiento? ¿La tienes aquí? ¡Muéstramela!- ordenó Equs, avanzando unos pasos hacia el muchacho, arrastrando con fuerza a Noel.

Tthor metió lentamente la mano en su bolsillo del pantalón y luego de un momento de indecisión, la sacó con el puño cerrado.

- Aquí está la piedra. Tómala ,si quieres pero no le hagas daño a Noel.- dijo Tthor deseando que Lileproof no se diera cuenta de que su mano estaba vacía.

Equs sonrió, mostrando todos sus dientes amarillos. Podía sentir el sabor de la victoria. Ya podía imaginarse frente a su amo, dándole la paila, activada con la sangre del heredero y la piedra rúnica, tan poderosa como la misma paila. Estiró su mano arrugada hacia Tthor.

- Dame la piedra y la paila, ¡ahora!

Tthor estiró un poco más el brazo, con el puño cerrado. Temblaba un poco y sentía la mano caliente y sudorosa.

Equs dio un paso más, ansioso y justo cuando alcanzó a rozar la mano del niño, Tthor gritó:

- ¡¡¡Ahora!!!- y se arrojó a un costado.

Asmodeus, quien había reaccionado, empujó a Equs con una fuerza bestial hacia el marco del espejo, golpeando otra vez su cabeza contra él y cayendo violentamente. Noel dio un grito desgarrador, al ser empujada también hacia el espejo en medio del arrebato. Cuando ya había desaparecido la mitad de su rostro en el interior del espejo, una mano la jaló hacia atrás. Tthor la soltó cuando vio que el peligro había pasado. Se incorporó con la paila aún en su mano y miró fijamente la niebla negra que ahora se reflejaba en el espejo.