SANDRA
Otro día que todo iba bien, excepto porque mi abuelo está en el hospital; amaneció muy mal y me lo traje, los chicos se quedaron en la finca para que todo siga su curso normal.
-. Familiares de Segundo Dávila – me puse de pie cuando el doctor llamó.
-. Soy su nieta – dije llegando a su costado.
-. Está un poco baja su hemoglobina y tiene que comer más fruta y verdura porque sus triglicéridos están muy elevados – asentía a todo lo que me dijo – y debe evitar las cóleras o estrés.
-. Gracias doctor- regresamos a la finca y lo mande a su cama porque desde hoy empezaba la dieta.
-. Aquí está tu almuerzo – una sopa de verduras con cuy que es excelente para la nutrición un poquito de arroz con menestra y huevo.
-. Yo no quiero eso – lo mire mal – pero es que buscas que baje de peso.
-. El doctor dijo que debías estar a dieta y vas a comer sí o sí – me miro mal y se cruzó de brazos – entonces te daré de comer como a un niño pequeño, viene el avioncitooo, abra la boquita – así estuve por casi una hora, pero lo buen fue que se terminó todo.
-. ¿Se lo comió? – Lupe me miraba incrédula.
-. Te lo dije – y nos soltamos a reír.
-. Sandra – Jorge llegó agitado – tenemos que separar los cuyes porque los grandes van a pisar a los que recién han nacido – me encamine y empezamos a coger para separar por tamaño ya que había espacio de los 100 que vendí fueron 4 horas, pero lo logramos.
-. Muy bien Jorge ahora los dejaremos junto a sus madres por 20 días y de ahí los separamos – asintió – lo anotas por favor – habían cerca de 20 chiquitos era increíble como aumentaban.
-. Tenemos muchos para pela – me informo.
-. A parte de los que demos entregar este fin de semana – asintió – los llevaré el domingo al pueblo.
-. La finca si se va a salvar – me dijo con miedo.
-. Por supuesto ya nos queda muy poco para terminar de pagarle a ese señor y de ahí solo queda levantar la finca; pero no debemos perder los contratos.
6 MESES
Esta era mi rutina de todos los días excepto domingo.
A parte de tener que estar pendiente de que mi abuelo haga algo de ejercicio.
-. Iré al río – avise porque necesitaba relajarme, nade unos minutos y después los recuerdos de Ricardo golpearon mi mente sin piedad.
“No estoy segura si debo esperarte o de una vez te olvido”
Tú le dijiste que se vaya
“Porque no lo iba a atar junto a mí, sabiendo que tenía otras responsabilidades”
Lo peor que nos vamos quedar a vestir santos, porque al paso que vas
“No me digas”
Si lo hubieras hecho con él, de seguro regresaba
“Para mí no se trataba de eso, así que ya déjame en paz”
-. Tienes ganas de ir al baño – se rio Rosita
-. ¿Por qué lo dices?
-. Por las muecas que hacías con tu cara – intentó imitarme y reí.
-. Solo pensaba – ella se quedó indecisa.
-. Por lo visto no era lindo – reflexionó y me acerque a la orilla.
-. Digamos que no es fácil tomar una decisión y peleaba conmigo misma acerca de ello – asintió.
-. Espero que encuentres la respuesta – me dijo - o mejor espera un poco más de tiempo y la respuesta legará sola – la miré confundida porque parecía una niña, pero decía cosas muy sabias.
-. Creo que esperaré un poco más – caminamos a la casa.
Durante este tiempo ya solo nos quedaba pagar 20 mil soles de toda la deuda y eso me hacía inmensamente feliz. Hubiera deseado ya terminar de pagar, sin embargo, hubo que hacer algunas inversiones en la finca debido al aumento de algunos de nuestros animales.
RICARDO
“Por fin estoy de regreso en Perú”
Había llegado en la madrugada, peor lo que me importaba era que estaba más cerca de ella y ya no la dejaría nunca más, palmee el bolsillo de mi casaca en donde tenía el anillo para poder comprometerme con mi amada.
-. Hijo – mi padre me abrazo en cuanto abrió la puerta.
-. ¿Qué tal hice mi trabajo? – levanté las cejas.
-. Excelente – nos reímos - ¿Desayunarás? – negué.
-. Voy a buscar a Sandra – dije emocionado.
-. Pero ella ya no está aquí – había olvidado que se fue de Chiclayo hace ya casi un año.
-. No importa averiguaré en donde está y la encontraré – mi papá palmeo mi hombro y yo estaba esperanzado, desayune porque ni modo que me fuera y despertará a sus hermanos tan temprano.
Cuando llegué a su puerta estaba nervioso y toque salió su hermano menor.
-. ¿Qué desea? - estaba molesto.
-. Soy Ricardo y busco a Sandra – él me miro de pies a cabeza.
-. Ella y ano vive aquí – me dijo frío.
-. Podrías decirme en donde esta e iré a buscarla de inmediato.
-. Déjalo subir – dijo la voz de otro varón, justo cuando él iba a responder y fui al segundo piso. Salude a su hermana y el otro hermano.
-. ¿No te parece que te demoraste mucho son cinco años? – lo sabía.
-. Lo sé y yo no veía la hora de regresar por ella – me sentía en un interrogatorio con ellos tres enfrente de mí.
-. ¿Cuáles son tus intenciones con ella? – me preguntó el mayor.
-. Yo quiero – saqué el anillo de mi bolsillo – tener una vida junto a ella.
-. Si te atreves a hacerla sufrir de nuevo – su hermana fue quien hablo – no te lo perdonaré jamás – asentí, porque de verdad daba miedo.
-. Ella está en Lajas en una finca de mi abuelo – me quedé de piedra como llegaría.
-. Vas a tu casa alistas una maleta y dinero, obvio – dijo su hermana n- colocas en google maps el nombre y tomas la ruta que te dice – dijo como si fuera lo más simple del mundo.
-. Cuando llegues a Lajas preguntas por don Segundo Dávila y de ahí te van a guiar – dijo su hermano mayor.