No te separaste de Sofía.
En finales salían con su nuevo grupo de amigas.
Podía verlas en el centro comercial comiendo juntas o vagando por las tiendas de ropa.
Cuando volví a pedirle a Sofía que no te hablara se burló de mí llamándome paranoico.
—¿Por qué te preocupas tanto? ¿Te gusto o qué?
Todo lo había dicho entre risas hasta que vio que yo no me estaba riendo, y que tampoco era capaz de articular palabras.
Sí.
Sofía me gustaba desde hace mucho y nunca había sido capaz de decírselo en voz alta.
Ahora ella lo sabía y una mirada de repele fue lo único que conseguí.
Se alejó sin decir ni una palabra, ¿y adivina qué? Esa misma tarde la vi caminando a tu lado por los pasillos del centro comercial.
Se estaban riendo a carcajadas con burla.
Tal vez no me habían visto pero estaba seguro de que estaban hablando de mí.
Cómo te gusta dar razones para que te odien.
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Editado: 02.09.2019