Tu eres mi arte

Capitulo 4

Despierto gracias a una estúpida pesadilla, mi madre siempre solía decirme que los sueños se basaban en cosas que queremos hacer pero no nos atrevemos entonces nuestro sistema reproduce la escena y se crea en forma de sueño o pesadilla. Dirijo mi vista a mi celular y con ello a la hora que es, tal como lo pensé son las siete de la mañana y por eso no ha sonado la alarma, por lo regular soy de utilizarla mucho por el hecho de que siempre mantengo en control mi día cuando tengo deberes por hacer pero con mis problemas últimamente ni siquiera he tenido que usar una alarma.

Ayer por la tarde termine durmiendome inmediatamente así que el vómito nocturno no se hizo presente pero de alguna manera me siento tensa de pensar que no me desperté a vomitar y puedo hacerlo en cualquier momento, es como una cruz que tengo que cargar sobre mi espalda hasta que se termine todo esto.

Me levanto de la cama para ir a darme un buen baño, mi cuerpo se eriza cuando mi piel entra en contacto con el agua fresca que sale por la regadera pues aún no se termina de calentar por completo. Una vez que salgo me coloco el uniforme pero opto por no usar el saco esta vez y solo colocarme la camisa con el logotipo escolar. Camino hacia el tocador para peinar mi cabello pero mi cuerpo se desliza hacia la puerta luego de oír algunos toques abrumando el silencio que reinaba mi espacio personal.

La puerta se abre y una vez más es Liam, su cabello está ligeramente desordenado como si fuera a propósito, sus ojos están de un color verde que no había notado antes ya que siempre supuse que sus ojos eran color miel, su cuerpo está envuelto en el uniforme y su mirada está puesta en mi tanto como la mía en el.

- ¿Que necesitas?.

- Más que nada viene a ver si tengo que decirle a mis padres que me pasen el número de tu madre o vine a ver si tengo que llamar a un amigo para que venga por tus cosas.

Su sonrisa está tan agrandada que quisiera golpearlo con lo primero que tenga enfrente, aunque sería un desperdicio de cara hacerle eso.

- Lo he pensado y voy a aceptar Liam.

Si su sonrisa antes estaba amplia, ahora está peor; está claro que ayer no lo había pensado mucho pues no tenía de otra, pero el sueño que me hizo despertar me había dejado las cosas más claras de que tal vez no sería tan malo y a ambos nos convenía ese trato.

- Genial, te espero en la universidad, tengo cosas que hacer antes de ir a clase. - dice antes de irse.

Cierro la puerta sin miedo a que su azote retumbe, no podía negar que mi humor tan agradable de está mañana se había esfumado por completo, luego de meses no había vomitado y me sentía feliz, más sin embargo la felicidad no duró mucho como lo pensé ya que Liam lo arruinó en diez minutos.

En mi sueño todo era simple, pasaba un mes en casa de Liam y nada más pasaba, sus padres me conocían y mi madre estaba feliz de verme recuperada, su sonrisa fue lo que mas me motivo a dar la respuesta, ver su felicidad al verme tan mejorada me dio ganas de vivir para mejorarme.

....
 


 

Entro a la cafetería escolar por primera vez en mi vida, todos parecían disfrutar de su almuerzo acompañados de mis amistades, yo por el contrario no iba a comer y mucho menos a ver a mis amigos ya que estos no existían aún. Prosigo mis pasos a una dispensadora de refrescos, ensartó un billete y pido un agua embotellada, mi sed estaba aumentando y si no tomaba agua seguro terminaría tirada por ahí a la hora de regresar a casa.
 


 

Trato de regresar a los pasillos pero una mano me detiene, a este punto ya estaba reconociendo de quién se trataba gracias a la colonia varonil que traía consigo. 
 


 

- ¿Ahora que quieres?. - ríe.
 


 

-  Vine a ver cómo estaba mi novia ¿Que acaso no puedo?. 
 


 

- ¿Sabías que eres un pesado? Déjame tranquila por lo menos un momento, dije que aceptaba tu trato pero jamás mencionaste que había que fingir con los de la escuela.
 


 

- Era broma princesa  puedes hacer lo que se te de la gana, solo venía a decirte que tus medicamentos están en mi casa igual que tus cosas.
 


 

- ¡Oh genial!. 
 


 

Mi mente divaga su respuesta hasta que reaccionó el valor de sus palabras .
 


 

- ¿Cómo es que mis cosas están en tu casa? ¡No te dije que te metieras o que  husmearas en mi habitación!. ¡Eres imposible!.
 


 

- Te dije que iba a hablar con alguien para que trasladarán tus cosas a mi casa, además no son todas tus cosas, solo un poco de ropa y tus cosas de Arte.
 


 

Decido no discutir, cosa terriblemente imposible teniendo a Liam cerca. Para no caer en la tentación de pelear me alejo de el ha manera que logro salir a los pasillos, mi boca va tarareando una canción de un amigo de mi madre  que escuche por la radio hace unas semanas atrás, mi madre es una cantante de opera reconocida y eso me da el privilegio de conocer a las estrellas con voz angelical, aunque le doy el mérito a su manager, solo le pido conocer a alguien y para complacer a la princesa de su mina de oro hace lo que sea, palabras de el mismo.
 


 

Las siguientes clases continuaron con normalidad, lo que restaba del día tenía historia materia que me agrada mucho, la historia del arte siempre es mi lectura favorita. 
 


 

Luego de un rato el profesor entra con un porte imponente que estoy viendo en todos los profesores, sonrió al ver qué comienza a escribir los el nombre del tema “como inicio el arte”.
 


 

....
 


 

Al finalizar las clases el profesor nos había formado en parejas para hacer un trabajo en casa, aunque no era necesario reunirse pues solo teníamos que leer un extenso libro acerca de cómo se crearon las primeras pinturas y contestar una guía algo extensa con al menos cincuenta preguntas. 
 




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