Después de ese dolor en el cuerpo, del ataque de Thanos y de sentir que moriría, solo vi oscuridad frente a mí, sentí un poco de paz, quizás estaba muriendo después de todo, y eso no sería algo tan malo, ya no tendría que pelear, no me dolería perder a nadie, podría volver a nacer en un cuerpo que no deba sufrir demasiado la vida, no necesitaría una esperanza, si perdíamos o ganábamos ya no sería de mi incumbencia, confiaba en ellos y en qué podrían detener a Thanos, caminé por el vacío de la oscuridad lo que parecían unos segundos, hasta encontrar luces, unas luces familiares, rojo, amarillo, azul, naranja, lila y verde, eran esas malditas gemas de nuevo, pero esta vez estaban en las manos de una mujer a la que no podía ver bien.
-Ahora son tuyas – dijo la mujer mientras me las entregaba – a mí su poder me destruyó, pero a ti te darán poder infinito, tú darás o quitarás vida, toma decisiones correctas.
No pude entender por qué decía eso, pero antes de poder preguntar ella había desaparecido y las gemas entraban en mi cuerpo y pude ver un planeta conocido por su decadencia, Titán, dije el nombre en voz alta por alguna razón y la imagen desapareció, no podía sentir nada siendo sincera, sabía que ese cuerpo era algo mental, no físico, y en este momento no me encontraba unida a mi cuerpo físico, solo pasaron unos minutos para mí, hasta escuchar la voz de Thor suplicando que despierte sana, en ese momento una fuerza invisible me arrastro hacia atrás, hasta llevarme a la luz más brillante que había visto en mi vida, ya podía sentir mejor algunas cosas, escuchar unos pajaritos a lo lejos, saborear la sequedad de mi boca, mover los ojos y las manos, e incluso sentir olores, como la hierba cortada, el café caliente, el sudor de alguien cerca, hasta sentir el calor de alguien cerca de mi rostro seguido de un contacto suave en mis labios, un beso delicado pero húmedo, no por los labios, sino gotas que caían en mi rostro mientras besaban mis labios, abrí los ojos lentamente y poco a poco mi vista captó a Thor, él tenía los ojos cerrados, hasta que los abrió y pude notar su sorpresa y felicidad al mismo tiempo.
-Ouch mi cuerpo me duele como si me hubiera pisado un tren – dije bromeando y sentándome con ayuda del rubio – creí que habíamos dejado atrás los besos.
-Lo siento, es que te creí muerta Zafiro – respondió Thor con lágrimas de felicidad en los ojos – no puedo perderte a ti también.
-¿Y qué pasó? Supongo que si estoy viva, logramos ganarle a ese maldito idiota.
-Bueno… Zafiro, lo siento, la verdad es que perdimos y la mitad del universo ya no existe.
Sus palabras me dieron una punzada en la cabeza, medio universo era más de lo que creíamos nosotros, miré a mi alrededor y me di cuenta que estábamos en la mansión de los Vengadores, yo me había desmayado en Wakanda y ahora estaba ahí, pensé en lo rápido que era el jet de mi padre.
-¿Cómo llegamos aquí tan rápido? – pregunté – solo me desmayé unas horas supongo.
-Zafiro lo de Thanos fue hace un mes – respondió Thor.
-Estuve inconsciente demasiado tiempo, pero al menos no estoy muerta – mi optimismo parecía asustar a Thor – bueno quiero ver a Loki, tráelo conmigo por favor Thor.
-Pero Zafiro, él también desapareció con la mitad del universo.
-Esas bromas no me gustan Thor, por favor entrégame a Loki y me iré tranquila lejos – dije riendo – debemos planear la boda.
El dios del trueno solo me miró con pena y sentí como si alguien me apuñalara en el pecho, la desesperanza y dolor me invadieron, salí de la cama desesperada, corrí por toda la mansión sin mirar a o hablar con nadie, con Thor y una mujer rubia detrás de mí, pero no estaba por ningún lado, el miedo ahora cobraba fuerza en mí, salí al jardín, era de noche y ahora todos estaban afuera conmigo, las voces de ellos hablándome se oían lejos hasta desaparecer, sentía la cabeza como si fuera a explotar, y el poder de las gemas que corría ahora por todo mi cuerpo también estaba soltando toda su fuerza, no podía escuchar o sentir nada que no fuera dolor, ya no tenía esperanza alguna “si él muere, yo lo destruiré todo” era la frase que rondaba por mi cabeza, me arrodille y puse las manos en el suelo, todo empezó a marchitarse, el pasto se secó y los animales en los árboles cayeron muertos al suelo, y el suelo empezó a partirse lentamente, desplegué mis alas y empecé a volar mientras observaba la naturaleza muriendo poco a poco.
-¡Zafiro ya basta por favor! – era la voz de Thor – esta no es la forma de enfrentar el dolor.
-¡Recuerdo haberte dicho una vez que si perdía al único hombre que he amado en toda mi vida lo destruiría todo! – respondí mientras trataba de llegar al núcleo de la Tierra.
-¡Zafiro es mejor que te detengas ahora mismo! – la mujer rubia flotaba delante de mí.
-¿Quién eres tú? – pregunté mirándola fijamente.
-Soy la protectora del universo, la capitana Marvel – respondió ella – y no puedo dejar que destruyas la única mitad que queda.
-Eres tan dulce capitana, ¿crees en serio que puedes detenerme solo porque tienes una parte del poder de la gema del espacio?
En ese momento deje de concentrarme en partir la Tierra y me gire hacia ella, dándole a entender que ahora tenía toda mi atención, la capitana me lanzó un rayo que simplemente desapareció al tocar mi cuerpo, ella me miró incrédula de lo que acababa de ver, y en ese momento yo levanté la mano hacia ella absorbiendo sus poderes y logrando que cayera al suelo.
-Zafiro, hija por favor detente – era la voz de mi padre – no estás sola, me tienes a mí, a Pepper y a Thor también.
-No lo tengo a él papá – respondí bajando al suelo y dejando a la capitana ahí perpleja sin poderes – sin él me volveré loca, él era mi equilibrio, ya no tengo al único que podía controlarme.
-Sí tienes hija, tienes a alguien que te necesita y lo hará siempre – dijo mi padre mientras me entregaba una hoja de papel – Bruce te saco unos análisis para ver que todo esté bien y no te pase nada, pero descubrió algo mucho mejor, estás embarazada pequeña.
Esas palabras me llegaron como si me hubieran lanzado agua helada, eso era imposible, yo no podía quedar embarazada al ser inmortal y tener tanto poder en mi cuerpo, sin embargo, los papeles si decían eso, positivo en prueba de embarazo hecha con sangre, y la única explicación se daba que fue al momento de perder mis poderes, la noche antes que estuve con Loki y ya había pasado casi un mes sin poderes y siendo solo una vanir normal, no podía creerlo, en ese momento mis poderes se detuvieron y todo regreso a la normalidad, le regrese sus poderes a la capitana Marvel y guarde mis alas, Thor me abrazó dibujando una triste sonrisa.
-Puedes venir conmigo al nuevo Asgard y lo criare junto a ti, puedes casarte conmigo si deseas – dijo Thor – yo te cuidare y así nunca estará lejos de su tierra, será el heredero.
-Estas yendo muy lejos y muy rápido Beachboy – interrumpió Tony – es mi hija y puedo cuidarla yo.
-Tiene razón Thor, iré con mi padre si no te molesta – respondí finalmente – sabes que no podemos casarnos porque siempre estaría la sombra de Loki cerca de mi corazón y mi cabeza, la única forma que yo esté cuerda es irme a un lugar tranquilo.
Han pasado cinco años desde el maldito chasquido de Thanos, el tiempo no ha curado nada en mí, incluso he olvidado cosas con el tiempo, únicamente tengo a Loki en mi cabeza, caí en un psiquiátrico por todo un año y debo tomar pastillas psicotrópicas y para dormir cada día y noche, las dosis para mí eran muy altas, como para tres o cuatro pacientes, pero al menos así no tenía pesadillas o soñaba con recuerdos que antes eran felices y ahora dolorosos. Desperté como cada día desde hace tres años que había regresado del psiquiátrico, me miraba al espejo y no podía ver nada más que el reflejo de alguien acabada, mi piel y mis labios estaban secos, mis ojos inflamados por dormir demasiado cada día de tanto sedante que consumía, mi cabello estaba alborotado, los rizos negros estaban desordenados y tapando a veces mi cara, cada rizo cortado de manera errónea, pues en un ataque de ansiedad hace dos años había cortado mi cabello a la altura de mis hombros, aunque ahora llegaba a la cintura, lo cepillada sin ningún cuidado, ya nada me importaba siendo sincera.
Salí de mi habitación y ahí estaba Pepper, a quien llamaba mamá desde hace cinco años, ya que por fin se casó con mi padre en una boda pequeña y alejada, de repente un jalón delicado en mi blusa me saco de mis pensamientos, bajé la mirada y la figura pequeña de una niña de cuatro años estaba ahí de pie, con su cabello castaño hasta los hombros, hermosos ojos marrones me miraban y piel trigueña adornaba la belleza de su inocencia, seguida de otra niña de la misma edad, pero diferente, a ella la adornaba su piel pálida, ojos azules y cabello rizado y completamente negro.
-¿Puedes jugar con nosotras hermana? – pregunto la niña castaña – las mariposas juegan solo si tú estás con nosotras.
-Claro que sí Morgan, vamos afuera pequeñas – respondí tomando a cada una de las niñas de cada mano – saben que a mamá no le gusta que los animales entren a la casa por mis poderes, no quiero un problema.
Salimos de la casa y la pequeña Morgan se fue corriendo al jardín, siempre con la pequeña pelinegra detrás de ella, ambas se veían encantadoras buscando a las mariposas.
-Qué extraño, no hay mariposas aquí – dije mirando a los lados.
-Papá dice que ellas emigraron a otro lado y no las veremos en un tiempo – respondió la pelinegra.
-Tienes razón Esmeralda, papá es muy inteligente – le acaricie el cabello – pues no necesitamos de mariposas de aquí, podemos crearlas.
Me senté en el pasto y las dos niñas me miraban emocionadas, listas para jugar con las mariposas, cerré las manos en forma de oración frente a mí cara y al abrirlas salieron muchas mariposas de varios colores, ambas niñas corrieron detrás de ellas, riendo y gritando, yo me puse de pie y me senté en una banca del pórtico de la casa en el campo, yo podía manipular a las mariposas, por lo que tenía mucho tiempo para jugar con las dos.
-Parece que mis dos pequeñas dormirán muy bien esta noche – era la voz de Tony acercándose – Morgan y Esmeralda son las dos… hermanas menores más afortunadas del mundo ¿no crees Zafiro?
-Yo soy la más afortunada de ser su hermana – respondí haciendo que las mariposas vuelen alrededor de las dos niñas – si hubiera tenido hijos me habría gustado una niña como ellas, aunque no sé cuál me gustaría más, Morgan es dulce y muy despierta al mundo, se parece a ti papá, nada se le pasa, mientras Esmeralda es más tímida y calmada, siempre leyendo libros, se parece más a…
-A ti Zafiro, su maravillosa… hermana mayor – siempre tenía un tono de lástima cuando decía algo sobre Esmeralda – incluso físicamente se parece demasiado a ti.
En ese momento un auto apareció frente a nuestra puerta, en este campo junto al lago era imposible que algo pase desapercibido frente a nuestra casa, Morgan y Esmeralda dejaron de jugar con las mariposas y corrieron hacia mí, yo tomé a ambas de la mano, siempre hacían eso con las visitas, Tony me rodeó con un brazo mientras observábamos el auto acercarse poco a poco, hasta que se detuvo frente a nosotros, y salieron del auto tres viejos amigos, Steve, Natasha y Scott.
-¿Qué tal Zafiro y Tony? Qué hermoso ver a sus pequeñas, ella debe ser tu hija – dijo señalando a Esmeralda y dirigiéndose a mí – se nota mucho el parecido con su padre…
-Te voy a detener justo aquí Steve por favor hablemos a solas – interrumpió Tony fulminando a Steve con la mirada – Zafiro deberían entrar a la casa y ayudar a mamá con la comida o lo que necesite, llévate a Morgan y Esmeralda.
Asentí con la cabeza y me llevé a las dos pequeñas, confundida por lo que Steve acababa de decir, Pepper se acercó y le pidió a las dos niñas que fueran a lavarse las manos para comer, yo me quedé observando desde la ventana a mi padre hablando con nuestros amigos los Vengadores, sin embargo, no podía escuchar la conversación ya que las ventanas eran a prueba de ruido y disparos.
-Tu padre parece estar un poco alterado – bromeó Pepper – una de ustedes debería ir a salvarlo, ellos le pedirán algo seguramente.
-Steve dijo algo muy extraño hace un momento – mi voz era algo dudosa – dijo que Esmeralda era mi hija, ya enloqueció, yo recordaría a mi bebé, y sin duda sería muy feliz de tener algo de él.
Pepper me miró con tristeza y llamo a Morgan para que rescate a Tony del agobio que estaba sufriendo por parte de Steve, Natasha y Scott, mi pequeña hermana obedeció y corrió hacia Tony, los vi despedirse al verla y se fueron, luego Tony entro a la casa junto a Morgan, y Esmeralda apareció pidiéndome que la cargué en mis brazos, lo cual hice obedientemente. El resto de la tarde paso de manera aburrida hasta la noche, y los fuimos a dormir, pero esta vez Tony se quedó, sabía que algo tenía en mente, pero las pastillas no me dejaban estar alerta, así que tuve que ir a dormir.