Nosotros, los seres humanos, creamos tendencias que son realmente poco enorgullecedoras, y esto que cuestionas, es una de tantas.
Desde luego, llevando casi ya treinta años observando el comportamiento humano, he dado por comprobado que esto sólo sucede en situaciones puntuales en las que buscas cuatro cosas según lo que estén hablando. En primer lugar, la razón, cosa que siempre queremos tener, pues para la persona que desea a toda costa poseerla, no le importará crear una mentira para adueñarse de ésta, pues la realidad es que le entrega una sensación de superioridad que, a su vez, le hace sentir que tiene el control de la situación como sobre la persona. Esto por lo general, se da mucho con los manipuladores, como lo son los psicópatas o narcisistas, e incluso, sociópatas.
En segundo lugar, por venganza; la gente sin saberlo, tiende a recordarle cosas a sus allegados que hicieron en el pasado, para hacerles caer en la cuenta, de lo monstruosos que son. Esta malévola forma de obrar, se da especialmente cuando la persona hace algo que enoja a su contrario, y como el sujeto, se niega a dejar a ese individuo debido a la esperanza de que éste cambie (que en muchos casos no pasa), les queda la opción de plantar todo su odio en sus palabras siempre y cuando surja una oportunidad, puesto que ellos al mismo tiempo creen que les deben algo, lo cual es mentira.
En tercer lugar, la escusa; algunas veces entramos en esas discusiones absurdas, en las que sólo basta haberlo hecho una vez, para que tu contrario se aferre a eso y, se tome la libertad de hacer lo mismo, aunque esté mal. Si bien, no estoy justificando a nadie, pero más adelante explicaré esto, por ahora, vamos al último punto.
Y, por último, por comprensión. A veces nos mostramos ignorantes de lo que sucede y no tenemos noción de que nuestras acciones afectan también a los que nos rodean, aun así, repetimos las cosas como si hubiéramos sido creados para esa finalidad, hasta que la amistad o pareja cercana se cansa y termina diciéndonos el cumulo de su enojo, pues, aunque no lo reconozcamos al momento, esto se desata cuando ya hemos desgastado la paciencia del otro.
Ya viendo los cuatro motivos del por qué suceden este tipo de cosas, debo decir que hasta yo me he visto envuelta en estas situaciones descorazonadas, sin embargo, no significa que sea algo que no puede cambiarse, al contrario, todos podemos cambiar si lo deseamos.
El tema de tener la razón, no siempre nos llevará por el camino que deseamos, y algunas veces, es mejor perder estas batallas, para evitar bajas en términos de relaciones. Aun así, siempre hay que tener en mente, el contexto en donde cedemos la palabra, puesto que, a veces, sin darnos cuenta, permitimos cosas que nos faltan el respeto. ¿Y cómo nos damos cuenta de cuando intentan pasarnos por arriba?, pues cuando algo en particular nos duele, y entendemos perfectamente el porqué, aunque, si no lo encontramos en el momento, basta con meditarlo, y luego hablarlo con el implicado; esa sería la mejor forma de proceder.
Escalando un peldaño más, recordemos que la venganza sólo crea más dolor, ya que abre una brecha que no puede ser sellada de ninguna manera, y eso te hará repetir un sinfín de veces el comportamiento que yo antes he descrito como una solución, cosa que tú mismo sabes que no es porque el hecho de presionar a alguien sólo incita a esa persona a que siga haciendo lo mismo.
Verás… toda base de cambio requiere libertad, y para que algo sea genuino, necesitas darle espacio a esa persona, aunque no siempre van a salir las cosas como tú lo deseas, así que, en tal caso, te sugiero que busques en otra parte, porque si esa persona no desea darte lo que quieres, que podría ser: respeto, media hora de su tiempo, o alguna otra cosa que sea especial para ti, entonces creo que es mejor que cambies de rumbo.
Después de platicar sobre la razón y la venganza, viene ahora la excusa. Si hay algo que hacer cuando nos salen con estas cosas, es dar el ejemplo, es decir, dejar de hacer cuestiones que sabemos que están mal, y que, además, dañan nuestra reputación. Con el simple hecho de haber abandonado un mal hábito, ya dejarás de escuchar semejante repeticiones, y si no eres afortunado en ese ámbito, entonces te invito a decirle a esa persona, que ya no estás realizando tales actividades. A veces, el simple hecho de decir que ya no lo llevas a cabo, es suficiente, y de no de serlo, hay que repetir las palabras con gran orgullo, pues es un avance en tu vida porque eso demuestra que has mejorado como ser humano.
Cuando tendemos a excusarnos para realizar comportamientos que dañan a otros, también puede considerarse un acto de venganza, como cuando engañas a tu pareja sólo por el hecho de que él también lo hizo; una acción no justifica a la otra, sólo nos denigra a su mismo nivel, así que, hay que tener la consciencia suficiente como para saber cuándo hay que retirarnos con honor, y dejar a esa persona atrás.
Yo sé que muchas veces es tentador regresar la piedra que nos arrojan, pero yo sé que es más que suficiente con algunas palabras de reproche, y el simple hecho de darle la espalda a aquellos que no te valoran, eso habla más de ti, que los mismos actos impuros que nos tientan a realizar, pues, cuando eliges no devolver la piedra de esa manera, significa que has ascendido a un nivel de sabiduría mayor que el de ellos.
Por último, deseo aclarar que no hay una intención de hacer sentir a mi público superior a nadie, en sí, mi idea es aclarar que hay comportamientos aceptables y otros que no, como todo, siempre debemos cargar con una moral, así que no voy a negar que hay actores perversos, los cuales hay que juzgar con sabiduría de manera que éstos aprendan de sus acciones lastimaras.