Tu mano - mi mano

Capítulo 17: "¿Por qué cuando un miembro de la familia fallece o se aleja, termina por desintegrar el grupo familiar?"

Si hubiera una forma de describir al ser humano, es como alguien romántico en todos los sentidos, pues, tendemos a idealizar a las personas y, muchas veces no nos damos cuenta de ciertos detalles hasta que sucede lo inevitable.

En algunas circunstancias, la muerte tiene que ver con esto, pero no es porque seamos idealistas que este tipo de problemas se genere, sino que es mas bien, por el hecho de que se ama tanto, que al final la culpa termina por recaer sobre otros o sobre uno mismo, así que, al final llegamos a un ciclo de lo que parece ser la destrucción del ser.

Todos tenemos diferentes maneras de afrontar el dolor, sin embargo, no todos pueden con él, así que, algunos de estos resultados llegan a ser, como dije, la destrucción del ser o, la de tus seres cercanos; hay que reconocer que, de alguna forma, estas personas son víctimas de sus propias cadenas, aunque en el fondo, por lo que se observa, son inconscientes de sus propios actos, y aunque lo sean, eso no significa (por lo menos en algunas ocasiones) que carezcan de sentimientos hacia el resto de su familia, a la cual dañan o desdeñan día con día.

Introduciéndome más en este aspecto, esto me recuerda a lo que dijo Mario Alonso Puig sobre que, todos debemos ser amables con la persona que te cruces en tu camino, porque cada uno está librando su propia batalla, no obstante, aunque busquemos ser lo más comprensibles posibles en algunos casos, es una realidad que las personas que no quieren ser salvadas, no van a cambiar por mano ajena, de modo, que eso nos lleva a la siguiente conclusión.

En muchos casos no es nuestra responsabilidad quitar la venda de los ojos a esa persona, ya que es ella misma la responsable de ello, pues a veces la respuesta que buscamos no está en los demás, sino que dentro de uno.

Ahora, si me adentro un poco más profundo en otros motivos, tal vez tenga también que ver en el tema de la dependencia. Algunos nos apegamos a otros como si nuestra vida dependiera de ello, y cuando perdemos esa luz, ya nada importa. Lo que quiero decir es que, si bien es bueno encontrar a alguien que sea una compañía en este viaje, no hay que intentar depender por completo de esa persona; a veces nuestro mayor error es dejarle la responsabilidad de muchas cosas a ese ser amado, lo cual puede luego hundirnos en un profundo mar de sufrimiento a la hora en que ya no esté, por consiguiente, hay que tener en cuenta que nuestro reloj biológico algún día se apagará. Sin embargo, aun así, eso no significa que hay que dejar de disfrutar la vida.

Es sabido que tendremos un destino del cual nadie puede escapar, pero la diferencia está en el cómo vivimos. Mirar hacia atrás, y observar todo lo que hemos logrado; todo lo que hemos hecho, sea con nuestros seres queridos o con nosotros mismos, es lo que da motivos para sentir orgullo, a lo cual ahora te preguntarás… ¿de qué me sirve eso? Sirve porque esto tiene que ver con el dolor que nos genera la persona que nos desdeña.

He hablado por el lado del cómo debe de sentirse el individuo que termina por descontrolarse y, en consecuencia, se autodestruye o, va en contra de los demás a los que dice también amar; ahora me pondré del lado de la otra moneda.

Por lo general, cuando suceden esta clase de cosas, nos invade una culpa… Un dolor que tiene que ver con la creencia de que todo ha sido en parte nuestra responsabilidad, y no es así. Cuando alguien está destrozado, no podemos exigirle un cambio, porque esa gente a veces está tan cegada, que necesita encontrar culpables para desechar sus males, aunque eso no justifica sus acciones.

Lo único que me queda por decir, es que todos somos responsables de lo que sentimos, decimos y también de lo que hacemos o dejamos de hacer, pero nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a decidir por ti o a denigrarte; nadie tiene ese derecho, y déjame decirte que si eras tú una víctima del dolor de otros, entonces, puedes sentirte aliviado, porque ahora que ya entiendes un poco más tu situación, ya puedes desechar esas culpas; no has hecho nada mal, simple y llanamente, hubo alguien que no supo manejar su propio dolor.



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En el texto hay: vida, autoayuda, espiritualidad

Editado: 08.12.2021

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