El trabajo es lo único que mantiene mi mente ocupada, no pensé que cuando le comunicaría a mi padre la decisión que había tomado me diera a elegir entre él y Alex. Tampoco que reaccionara golpeándome de esa manera.
Reconozco que estaba retrasando mi decisión y, al decirlo en voz alta ese día, se volvió más real de lo que ya había decidido. Ahora solo falta comunicárselo a Alex.
Mi siguiente paso fue con el dolor de mi alma decirle a Leonard que voy a dejar el trabajo, decidí decírselo de antemano para darle tiempo de buscar a alguien más, sinceramente me hubiera gustado conservar mi empleo, pero no es posible. Él se entristeció ante la noticia, pero se alegró porque me dijo que de seguro había tomado la mejor decisión. En el fondo, espero que tenga razón. Prometí que trabajaría con él hasta cuando llegue el tiempo de marcharme.
—¡Caro! —Llama mi atención sacándome de mis pensamientos.
—Dime. —Me acerco hacia él.
—Sé lo mucho que te gusta trabajar en mi tienda así que me tomé el atrevimiento de llamar a una amiga que tiene casi la misma línea de ropa en Bogotá. Como esperaba, ha accedido a darte un empleo en sus tiendas si deseas trabajar con ella.
—¿De verdad? —pregunto asombrada y corro a él para abrazarlo.
—Sí, preciosa. Le he dado muy buenas recomendaciones de ti. Así que cuando quieras, te acercas donde ella y “boom” tendrás un trabajo como por arte de magia. ¿A qué soy un amor?
—Eres el mejor jefe del mundo mundial, Leonard. Me has dado la mejor noticia de los últimos días. Te lo agradezco mucho.
—Sé que soy el mejor, guapa —dice guiñándome el ojo.
Sonrío y es de forma sincera. Leonard se ha convertido en un gran amigo, y en este momento es como mi ángel guardián. Un trabajo allá en Bogotá al llegar va a ser de mucha utilidad para mí.
Aunque nuestra relación con Alex está muy bien, aún no le he comunicado mi decisión, quiero tomarme el tiempo necesario para organizar mis ideas y mis cosas poco a poco. Sé que, si le digo que he tomado la decisión de irme con él, me presionará para que me vaya lo antes posible.
También estoy dando tiempo para que Leonard encuentre a alguna chica para que me reemplace, pero en el fondo sé que quiero darle tiempo a papá para que me hable y me permita irme con su aprobación, pero día tras día parece imposible aquello.
Sin aguantarme más, les cuento a los chicos. Se sorprenden mucho, pero al final me felicitan. Me causó gracia cuando Roy le exigió a Tere que también se fueran a vivir juntos, y no solo a ella sino que le dijo a Bryan para que también lo hiciera y coincidir en la misma fecha para celebrar juntos los aniversarios. Lo dijo tan serio que, al final, no supe si era de broma o si había una verdad solapada.
En la noche, a punto de meterme a la cama escucho, mi celular timbrar y noto que es una llamada de Alex.
—Hola —contesto.
—Buenas noches mi amor. Perdón por llamarte a estar hora, ¿ya estabas dormida?
—Buenas noches. No, estaba a punto de hacerlo. ¿Cómo estás?
—Pues un poco cansado, hoy tuvimos mucho trabajo, salí tarde y recién terminé de completarlo.
—Quisiera estar allí para darte un masaje mi amor —ofrezco al escucharlo cansado.
—Pues lo necesito de urgencia. Deberías de estar consintiéndome, ¿no crees?
—Pues sí. —Sonrío—. Algún rato iré por allí.
—Lo sé mi amor. El otro lado de la cama está muy frío sin ti. Por cierto, ¿tienes que decirme algo?
—Mmm, no lo creo.
—¿Segura? —pregunta insistente
No sé porque sospecho que Bryan o Roy no se han contenido y le han dicho a Alex de mi decisión.
—¿Se puede saber cómo es que te vienes a vivir conmigo y yo no lo sé?
Sonrío porque se le nota la emoción en su voz.
—No hay problema, si te molesta tanto me quedo acá. —le sigo el juego.
—¡No! —grita desesperado—. Por supuesto que quiero que vengas. No sabes lo mucho que he esperado esa noticia. ¿Cuándo te tendré acá mi amor?
—En un mes.
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Editado: 27.02.2019