Me despierto debido a la luz que entra de la ventana, me remuevo en esta y siento algo, una persona abro los ojos rápidamente debido al susto pero veo que tan solo es Livie a mi derecha y a mi izquierda estaba Ale. En estos momentos agradezco tener una cama grande; me paro silenciosamente sin mover a ninguna. Agarro mis lentes de la mesa de noche y voy al baño, me lavo la cara y hago mis necesidades. Después pasó por el cuarto de mi hermano y veo que están todos los chicos…. Ja normal esto sucede cada vez que ellos toman o se quedan a hacer algo juntos, a veces pienso que nuestra casa tiene algún tipo de imán debido a que nuestros amigos siempre quedan en nuestra casa. Bajo a buscar algo de comer o preparar algo… Me rio por el pensamiento, ja claro yo cocinando neh.
Entró a la cocina y en la nevera había una nota de nuestra madre:
“ Se que salieron, no se salvarán de esta ehh… Ahi en las vasijas deje cena y como siempre deje demas asi que pueden dar a sus amigos. Hay pastillas en el baño de abajo para el dolor de cabeza. Por favor comportense y no hagan nada. Llegaré un poco tarde debido al trabajo. Os amo chicos. De: Mama”
Ja comportarnos… por dios mamá ni que fueramos unos críos…
— Ahhh… que dolor… — Escuché un quejido y me sobresalte.
— Madre mía, me quieres matar Tyron. — Respondí un poco asustada.
— Lo siento, no sabía que alguien estaba despierto — Dijo.
— ¿Quieres alguna pastilla para el dolor? — Le pregunté.
— Si, por favor — Me sonrió de lado.
— Vale, voy por unas — Fui al baño y recibí el botiquín y saqué unas pastillas. — Ten — Le extendí un vaso con agua y unas pastillas.
— Gracias Meg — Le sonreí en respuesta.
— De nada, y ¿Cómo has estado? — Le pregunté
— Estoy bien Meg… Sabes ya van a ser cuatro años, es increible lo rapido que pasa el tiempo. Pero… de alguna forma sigue doliendo… ¿Será que algún día superaré lo que pasó y me refiero a todo? — Dios porque a veces a las personas mas buenas les toca vivir lo peor.
— Aprenderás a vivir con todo lo que paso y llegará un día que mires para atrás y te sientas bien con los que pasó… — Ahh esto es difícil no soy buena dando consejos y sé por mi misma que a veces el decir que todo estará bien no sirve…. Así que solo fui y lo abrace, quise transmitirle muchas cosas pero sobretodo que estaría para él. Acepto mi abrazo.
— Gra… Grac… Gracias — Tartamudeó.
— No te preocupes, aquí estoy — Le recordé. A veces tan solo las personas queremos que alguien esté ahí con nosotros cuando sentimos que todo va mal, cuando sentimos que no vamos a romper… tristemente hay algunas personas que no tienen a nadie y pasan sus dolores solo y tal vez…
— Lo siento… — Escuche que dijo.
— Hey no te preocupes — Quite su rostro de mi cuello y lo agarré entre mis manos. — Para eso estoy para apoyarte — Vi que se formó una pequeña sonrisa en sus labios. Lo volví a abrazar fugazmente. — Siéntate, veré que hago para comer — Le dije.
— Espera… ¿Desde cuando cocinas? — pregunto.
— Ehhhh… sabes que no cocino me refiere que voy a ver que hay en la nevera si no pedimos algo — Respondí
— Claro, ya se me hacía… — No termino porque alguien lo interrumpió.
— No, si quieren yo puedo cocinar — Propuso Shon entrando a la cocina.
— Pues si eres tú el que va a cocinar pues así si quiero — Le respondió Ty.
— Que fácil te vendes eh Ty — Le dije yo fingiendo que me había ofendido.
— Gafitas hay prioridades y una de ellas en estos momentos es comer algo. — Exclamó sentado en el pequeño taburete entre la cocina y la sala.
— Ok vale, ¿Que quieren? — Pregunto Shon ya preparado para cocinar, en posición jarra al lado de la estufa.
— Quiero pan tostado de la manera que siempre lo haces y queda delicioso — Exclamó Ty como un niño pequeño con una gran sonrisa.
— Ok, haremos eso pues — Respondió Shon.
— Espera, espera haremos — señaló Ty, encerrandonos en un círculo a los tres con su dedo.
— Si vale yo, YO haré ¿Ya? — Respondió Shon resaltando el yo.
— Ok — Dijimos Ty y yo al unísono.
— Buenos días — esbozo medio bostezando Nick apareciendo por las escaleras. Y se sentó con Ty en el taburete y agacho la cabeza y puso sus brazos a los lados.
— Ok … — Dijo Shon.
Vimos a Shon cocinar felizmente los panes tostados, agradezco que mi madre sepa que los chicos se reúnen en nuestra casa así que siempre compra de más. Después se levantaron Abdiel y Esteban.
— Voy a levantar a los bellos durmientes — Dijo Esteban. Pero lo pare antes.
— ¡NO!, Yo lo voy a hacer. — Busque un cubo y también agarre un megáfono de la lavandería. La cubeta la llene con un poco de agua y le eche bastante hielo.
— Ehhh… ¿Qué se supone que vas a hacer? — pregunto inocente Shon.