Tu mirada sobre mi

9. El filipino

Me encuentro en la sala de mi casa desayunando, ya que con los chicos quedamos en la casa de Livie. Mi madre se quedará aquí con la señora Johnson - La madre de Shon- y los mellizos a hablar de cosas que hablan las señoras. Mi hermano, Abdiel y Estaban salieron por ahí.

 

Termino de desayunar y escucho a alguien tocar la puerta. Me encamino a esta y la abro me encuentro con la señora Johnson y Shon, Lucia y Mateo.

— Buenas, pasen. — Abro la puerta completamente y me hago a un lado para que pasen adelante. — Hola Luci y Mat. — Le digo a los chicos y les chocó los cinco. — Hola señora Laura. — La abrazo y doy un beso en su mejilla.

 

Cierro la puerta y los guió a la sala. — Hola Meg. — Dicen todos ellos al unísono. Les sonrío. — ¿cómo estás? — Me pregunta la señora Laura. 

— Bien ¿y usted? — Le pregunto con amabilidad.

— Muy bien. ¿Y tu madre? — Me responde sentándose en unos de los sofás.

— Ya baja. — Le respondo con una sonrisa. 

— Oh, tienes otro perrito. — Escucho que grita Luci desde la cocina. 

Me dirijo a donde están ellos y les respondo. — Pues sí. ¿Por qué no? — Y le hago un ademán de restarle importancia.

— Yo quisiera uno. — Me dice mientras les da carias a Max. 

— Pero no sabrías cuidarlo. — Le responde su mellizo sacándole la lengua. 

— ¿Quieren algo? — Les pregunto a los tres chicos. 

— Nop. — Me responden.

 

Camino a la parte trasera de la casa y abro la puerta llamó a Axel y a Max para que salgan a hacer sus necesidades. Mientras ellos hacen eso les cambio el agua y les hecho comida en sus respectivos platos.

 

— Ew, esta cagando. — Escucho decir a Luci. 

— Ves por eso no podrías cuidar un perro no soportarias limpiar eso. — Le responde su hermano. 

Agarró la pala y camino a donde está la popo. — ¿La recogerás? — Escucho decir a Luci. 

— Pues si el otro dia sali de pelea con la vecina solo por que uno de ellos había cagado allá. — Digo y es verdad. — Creo que ahora me odia más.

— ¿La señora Lopez? — Pregunta Shon.

— ¿No es la señora que nos da galletas? — Preguntan los mellizos. Ambos al unísono.

— Si… ¿Y les da galletas? — Les pregunto a los mellizos.

— Pues sí. — Yo y Shon nos miramos con cara de no saber si verdaderamente hablamos de la misma persona.

 

Recojo la popo y la dejo para tirarla luego. — ¿Cuando nos vamos? — Me pregunta Shon.

— Tengo que bañarme. — Le respondo irónicamente. — Aparte nose como llegaremos, estaba pensando en avisarle a mi padre para que nos lleve. —Le digo.

— Podemos ir en bus. — Me responde obvio. 

— Si, pero demoramos más. — Le respondo yo también obvia.

— Ok como quieras. — Me dice.

— ¿Solo seríamos nosotros? — Le pregunto entrando viendo como los mellizos juegan con los perros.

— Podemos decirles a los demás que nos esperen en la central. — Me dice siguiéndome desde atrás. 

— Ok me parece bien. Voy a bañarme. — Le digo y antes de subir a mi habitación voy a la sala a agarrar mi celular.

 

Busco el contacto de mi padre y le marco.

— Hola pa. — Le hablo cuando escucho que me contesta.

— Hola Meg. ¿Cómo estás? — Me pregunta.

— Bien ¿y tú? — Le pregunto.

— Bien ¿y a que se debe que me llames? — Me vuelve a preguntar. 

— Por dios papá. — Me quejo.

— Que es la verdad. — Suspiro.

— Ok si pero era para ver si me llevabas con los chicos a casa de Livie. Claro, si no estás ocupado. — Le digo.

— Eh, ok paso en 20 minutos por tu casa. — Me responde.

— Ok y gracias. — Le digo.

— Si si ya. — Me cuelga.

 

Voy rápidamente a la bañera pero terminé regresando a mi cuarto porque no había llevado ropa. Cogí un pantalón jean corto y un suéter verde agua grande y claro ropa interior. Y salgo corriendo al baño. Me baño a tiempo normal y me visto. Ah, odio mi cabello. Lo agarró en una coleta alta y humedezco algunos rizos para tratar de mejorar la situación con este. Salgo del baño y vuelvo a mi habitación tirando la toalla en su lugar me hecho perfume, agarro unas vans y agarro mis cascos y los coloco en mi cuello. Bajo a la primera planta y busco a Shon para avisarle, lo encuentro en la puerta de la cocina que da con la parte trasera de la casa observando dónde están sus hermanos. 

 

— ¿Todo bien? — Le pregunto. Y me coloco a su lado.

— Si, todo bien. — Me responde.

— ¿Seguro? — Le insisto.

— Si es solo que ellos no pasaron mucho tiempo con él y se que para ellos yo represento esa figura de seguridad, pues y nose aveces tengo miedo a fallarles a ellos y … a ella. — Me dice, el padre de Shon murió cuando los mellizos estaban apenas naciendo. Y desde ahí Shon se ha propuesto sacar a su familia adelante y que sus hermanos no vivan lo que él vivió, el casi se pierde en el mundo de la calle.

 

Flashbacks

 

Una yo de 7 años y caminando por los pasillos de la escuela acompañada de su primo, hermano y el rubio de ojos azules. Su hermano y su primo estaban acompañándome a mí y a Nicko a clases pero cuando estábamos a punto de llegar un chico un poco más grande que nosotros estaba molestando a un pequeño niño de cabello café el cual se veía asustado.

 

— Eh, ¿qué haces? — Le pregunto al pelinegro. Este era el que estaba molestando al niño de cabello cafe. 

— No molesten y sigan caminando bobos. — Dice.

— Ah es Erick. — Escucho decir a Abdiel.

— ¿Y qué vas a hacer huerfanito? ¡AH! — Veo que le gritó el pelinegro.

— Deja de gritarle. — Le digo acercándome. 

— Te dije que no te meterias tonta. — Me responde.

— Eh, deja a mi hermana. — Le responde Cesar. Poco a poco varios niños se juntaban a ver lo que pasaba. ¿Dónde están los maestros cuando se les necesita?



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En el texto hay: adolescentes, superacion, amorimposibe

Editado: 14.03.2021

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