"Somos la mierda mas egoísta que pisara este mundo, y lo extraño es que...el maldito miedo aún nos gobierna"
No todos somos perfectos
–¿Y, porque te acercaste?, no es que me moleste pero ...–pregunte, nerviosa, no estoy acostumbrada.
Dylan me miró, extrañamente parecía completamente pensativo.
–Solo te vi –respondió seco, deduje que no había mas que contar –, ¿quieres ir por algo de comer?.
Asentí entusiasmada, amaba la comida.
–Conozco un restaurante por aquí cerca –dije, ambos nos paramos de aquella banca.
El chico era raro, y eso de cierta forma me emocionaba.
–Parecías pensativa hace unos minutos, puedo saber en qué pensabas, claro si no es molestia.
Por razones obvias no podía decirle toda la mierda que está pensando, no quería que me considerara una loca antes de tiempo, así que no se me ocurre mejor tema que la desastrosa y estresante decisión de elegir universidad.
–La universidad –revele, con incomodidad — es estresante, ¿no lo crees?.
No sabía si Dylan iba o ya había terminado la universidad, aunque no lo creo, pues no lo veía como un universitario.
–bueno, yo acabo de llegar a la manada y realmente no pienso irme, ya recorrí lo que tenia que recorrer –sonrió, y juró por un momento, su sonrisa me pareció la cosa mas maravillosa del mundo.
–Eso es increíble –le devolví la sonrisa, mientras de reojo veía a mi alrededor –, tú puedes quedarte en la manada.
–Si, una ventaja de ser el hijo del alfa, ¿no?
Lo mire devuelta, atónita.
–Supongo –Antes de que pudiera preguntar, me interrumpió.
–¿Y tu?, no te quedaras
Dude visiblemente en decirle, realemnte lo acaba de conocer, sin embargo era la primera persona que me lo preguntaba y no podía evitar querer decírselo a alguien.
–No, solo hice solicitudes a universidades exteriores –confesé, no sin antes notar que todas las personas nos miraban extrañados.
–¿Qué?, ¿porque? –preguntó alarmado, lo mire nuevamente extrañada–, digo, las universidades de aquí no están nada mal.
–Pues realmente fue idea de mis padres
–¿Te obligaron?
–Pues en realidad, no.
Nuevamente mire a mi alrededor, y absolutamente todos nos miraban bastante sorprendidos, quise realmente quise, saber la razón pero sabía que por mi propio bien debía de quedarme con la duda, no tenia un buen presentimiento.
Y eso me ponía los nervios de punta.
–¿Entonces?
–Pues me pareció una idea, para iniciar de cero –dije, mientras por fin llegábamos al restaurante.
Ese fue el recorrido mas largo que había dado, para un restaurante que estaba cerca.
–¿Iniciar de cero?.
–Si ya sabes, para dejar todo atrás y iniciar desde cero.
Cuando el iba a volver a hablar un mesero se acercó a nosotros y interrumpió nuestra muy interesante conversación, mire al mesero, y luego mire a Dylan, ambos eran guapos, pero acá entre mi mente y yo, realmente prefería al mesero.
Era serio, pero ala vez completamente misterioso.
–Completamente sacado de Wattpad –murmure en voz baja, mientras seguíamos al mesero.
–Esta es su mesa, en un momento les traigo el menú –informo, antes de dejarnos solos.
Admire el restaurante.
Era hogareño, plantas por todos lados, manteles con decoraciones bordadas, mesas de madera, cuadros de paisajes hermosos colgados por las paredes acompañando fotografías de lo que parecen ser personas de años atrás en este mismo restaurante, las paredes eran blanca y los suelos era de manera, y sin olvidar que tenia un agradable y realmente envolvente olor a café.
Muy vintage.
–¿Y cómo se sintió volver a la manada? –pregunte una vez di por satisfecho mi análisis del lugar.
–Fue bastante increíble –Por su forma de hablar sabía que eso era sarcasmo puro y duro.
–Entiendo –asentí incomoda.
–No me malentiendas –se apresuró a explicar –es bueno, solo que hubieron imprevistos.
–Es lo que pasa, pero así es la vida, caótica –suspire, eso lo entendía mas que claro.
La vida era un puto desastre aún cuando la tormenta ya hubiera pasado
–Si, tienes toda la razón –contestó Dylan.
El chico wattpad volvió con dos cartas en la mano.
–En un momento vengo a tomarles la orden –aviso antes de dirigiese a otra mesa.
Vale, no podía negar que disimuladamente lo seguí con la mirada.
–¿Que vas a ordenar?
Mire el menu, indecisa.
–Una hamburguesa, nada extravagante.
El me miro, y extrañamente me sentí muy incomoda, tenia la leve sensación de que algo no cuadraba.
Me trague mis preguntas.
–Si, y dijiste que eras el hijo del alfa.
Hizo un sonido de afirmación, confirmándome que me escuchaba, mirando el menú.
–Vas hacer el próximo alfa –volvió a hacer ese sonidito, me fastidiaba –. Como te sientes con eso.
Mi pregunta pareció pegarle de una manera sorprendente, pareciera como si nunca le hubieran preguntado eso, sentí lastima.
Se mantuvo callado, casi pensé que me iba a dejar con la pregunta al aire, sin embargo el contesto.
–No lo se –murmuro con un aire perdido.
Apreté nuevamente los labios, me sentí algo identificada con el.
Se veía tan perdido como yo.
–Solo...–estuve apunto de echarme para atrás y quedarme callada, pero no pude contenerme–, no dejes que todo te afecte, serás un buen alfa, no te conozco, pero espero que todo te vaya bien, se que es difícil, enfrentar aquello que tanto te atormenta, pero todo estará bien.
De repente de manera casi sorprendente, una irritante pero, muy irritante voz rechino en mis oídos de manera casi desgarradora, evidentemente no pude evitar colocar una mueca de dolor.
Por inercia mire hacia esa dirección, y de inmediato una mueca de terror puro y duro, se apodero de mi rostro.