Han pasado ...
Han pasado seis días desde que te marchaste.
Duele demasiado.
Mamá dice que el dolor pronto tendrá que alejarse.
Pero yo no lo veo cercano.
Han pasado cinco semanas desde que me abandonaste.
Arde tanto que creo que las quemaduras nunca podrán curarse.
Papá dice que tengo que empezar a soltarte.
Pero de mi necesidad por ti él no es consciente.
No sabe del fuego constante que me consume internamente.
No sabe que necesito del agua de tus labios para cálida mantenerme.
Han pasado cuatro meses desde que respirar ya no me es fácil.
Asfixia también a mi alma que ahora se ha vuelto tan frágil.
Hace unos días mi hermana me gritó que no podía seguir así.
Dice que me estoy dejando morir.
Nadie comprende que para enfrentarme a la vida necesito de tu refuerzo.
No quiero salir de esta habitación y encontrarme solo con tu recuerdo.
Mi nariz busca todas la noches el olor de tu cuello.
Cuando me pediste un tiempo para encontrarte a ti mismo.
Te ofrecí mantenerme calllada cuando tu mente se volviera un lío.
No más presiones para obtener respuestas de tu pasado.
Todo menos dejar de dormir a tu lado.
Aun así te fuiste dejándome vacía.
Pero ya han pasado tres años desde que me prometiste que volverías.
Mi corazón ha intentado suicidarse tantas veces como no tienes una idea.
Me reclama que yo no soy su verdadera dueña.
Prefiere matarse antes que en mi pecho quedarse incompleta.
Hoy quiso intentarlo de nuevo, pero algo la dejó perpleja.
Fue entonces que escuché a alguien suplicarme acabar con la espera.
La voz provenía detrás de la puerta de mi habitación.
El reconocimiento de aquella voz casi me hace perder la razón.
Habías regresado a por este corazón suicida tuyo.
Creí que finalmente había llegado la hora de escribir juntos un futuro.
Sin dudas me aferré a ti.
Tus brazos parecían no querer separarse de mí.
Ya no te vería solo en los recuerdos, tu aroma sería real.
Pero entonces me percaté de quiénes te esperaban detrás.
Una mujer pacientemente nos veía.
Un hermoso niño nos sonreía.
Tenía esos ojos color café que tanto amaba.
Y él con emoción te llamaba.
Pero no por tu nombre...
Es así como la razón de tu súplica entendí.
La verdad es que nunca regresaste por mí.
Solo buscabas liberarte de aquello que no te dejaba seguir.
Hola, espero les guste. Por favor, no duden en comentar o dejar su voto, de hecho se los agradecería un montón. Eso me animaría a seguir escribiendo. Espero hayan tenido un gran día. Bye...