Tu Sabor Amargo

Capítulo siete

Hoy tengo que hablarte de él 


Mis mejillas han permanecido mojadas desde el día en el que ascendiste 
Odio mirar al cielo porque de ahí nunca volviste
 

No he olvidado nada
No he enterrado nada 
 

Mi piel aún busca la tuya cada noche
Mis labios aún sienten los tuyos cada noche
 

¿Entonces por qué siento que cometo traición?
¿Por qué me asusta tanto esa brisa fresca en el corazón?
 

Me temo que algo extraño está pasando
Me avergüenza confesarte que hay algo que te he estado ocultando
 

Tengo que hablarte sobre su presencia en nuestro lugar
Y es que día a día pacientemente ha comenzado a esperar
 

Detrás de la puerta o parado bajo la nieve busca hacerme sonreír
Le grito mil maldiciones, pero no deja de insistir
 

Ayer se sentó a mi lado mientras te lloraba
Y de sus labios no salieron las palabras que esperaba
 

No dijo eso que es solo tuyo y mío
No intentó ser tú y respetó mi corazón dolido
 

Me observó mientras mis ojos solo te veían a ti
Miró en silencio lo poco que dejaste de mí
 

Un antes y un después
Todo el mundo lo puede ver
 

Descubre la diferencia de inmediato
Para saber lo que fuimos juntos no es necesario investigar demasiado
 

Mas esta vez, con él fue diferente
Yo misma quise mostrarle más allá de lo que veía la gente 
 

Poco a poco le fui revelando mucho más de nosotros
Orgullosa le advertí sobre ese par de locos
 

Le declaré con firmeza que este cuerpo ya estaba tomado
Que este ser ya había sido reclamado
 

Le dije que mi alma ya tenía un compañero
Le dije que solo a ti te esperaba en el sendero
 

Sin embargo, aun así no protestó 
Dice que él ama todo lo que soy
 

Mi cuerpo, alma y ser ya conquistados
De todo ello está enamorado
 

Jura que no desea un espacio en nuestro lugar
Promete que con una pequeña vista a mi corazón se conformorá.




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