Siento como Mário se me tira encima y comienza a besarme el cuello y a manosear mis pechos, y no puedo hacer nada ya que los otros dos me tienen agarrada de pies y manos, intento gritar pero seguido recibo un cachetada, lo único que puedo es llorar en silencio.
- Por favor no me hagan, nada déjenme ir - digo débilmente.
No me escuchan y siguen haciendo lo que quieren, siento como rasgan mi vestido y solo me deja con ropa interior la cual las retiran de un solo jalón, estoy completamente desnuda. Una de sus asquerosas manos se queda en uno de mis pechos y la otra viaja hacia mi parte intima, y esta vez comienzo a forcejear y gritar puedo sentir como mi garganta se desgarra lentamente.
-Callate estúpida zorra, si bien que te gusta lo que te hago esta noche vas a ser mía - dice Mário dándome un puñetazo.
Veo como se baja el pantalón y su ropa interior, Un dolor agudo me atraviesa mi cuerpo, no puedo moverme, el maldito sigue penetrando con fuerza, haciéndome gritar y llorar desconsoladamente, me besa a la fuerza y muerde mis pechos, y así termina.
Pensando que mi martirio acabó, intento alejarme pero mi cabello es jalado hacia atrás y vuelven a agarrarme otra vez de pies y manos, ya no grito ni hago el menor esfuerzo de soltarme, Ya acabaron con mi inocencia ya no queda nada de mi, me siento sucia y vacía, en este preciso instante quiero morir y no saber nada de nada ni de nadie.
Los tres tipejos terminan de acabar conmigo y al momento de irse se detienen y me miran con cara de asco y burla y se marchan.
Yo no puedo moverme ni hacer ningún tipo de ruido solo deseo cerrar mis ojos y nunca despertar.
Intento enderezarme y lentamente me siento en el frío suelo y me pego a una pared, con sumo cuidado me levanto y camino hacia la calle donde transitaba antes de lo ocurrido.
Veo que viene un auto y hago el intento de levantar mi mano pero en ese instante todo se vuelve negro y no se si alcance a que me vieran.