Tú, yo, y la cuerda; un plan perfecto, ¿no?

Capítulo 13: "Foto para la posteridad"

Los días pasaron como si de estaciones se trataran, pero es de tener en cuenta que no transitó más que una semana con todo lo ocurrido y, de hecho, como si todos se hubieran puesto de acuerdo para llevar a cabo esto, tuvieron su significativo reencuentro en la universidad.

—¡Hey! ¡Por fin los veo! —Lucas se había unido a ellos justo hoy, ya que el alta se lo dieron, además, al mismo tiempo que Sheila, lo que les permitió ayudarse mutuamente para regresar a casa e ir a clases.

—Me alegra que estén bien chicos. ¿Qué tal tienes el pecho Sheila? ¿Te sale jugo ahora por el tórax? —se burló Kevin de ella mientras estaba justo al lado de Fran, quien hizo una mueca de desagrado por su mala broma.

—No, pero podríamos hacer el experimento contigo —le contestó con desprecio.

—Ya deberías de dejar de bromear así Kevin; no traes nada bueno —aseguró Lucas al realizar el mismo gesto que su familiar.

—No digas eso, mi hermana es la que trae la desgracia, no yo —dio por sentado llevándose una mano al pecho.

—Hablando de ella, ¿qué le pasó? —curioseó Fran.

—Ah, Candela se fue a vivir con su novio tiempo después porque decía que no aguantaba verme en la casa —explicó Kevin, y luego se llevó una mano a la barbilla—. No tengo idea de porque mi familia es tan envidiosa si lo único que hago es pasar el tiempo con ustedes y trabajar —reveló extrañado.

—He visto en más de una ocasión eso —dio a entender Sheila—. La gente suele envidiarte solo porque cree que tienes la vida más fácil que ellos, pero desconocen el verdadero sufrimiento de los demás, así que no les queda de otra que intentar derrocar a otros solo porque no pueden caminar al lado de ellos.

—Qué triste… —comentó Lucas llevándose las manos detrás de la nuca, mientras que Kevin bajó la mirada.

—Hablando de cosas deprimentes… ¿has pensado tener una relación con alguien más Sheila? —consultó Fran, quien entraba con los demás a la institución.

—No, no necesito remplazar a Atsushi —dio a entender ella a secas; le había caído fatal esa consulta.

—Pero… —soltó preocupada su amiga, no obstante, Kevin le puso una mano a Fran sobre el hombro para detenerla y le dijo.

—Déjala, porque al final, todos tenemos nuestros procesos —comentó con una sonrisa.

—Eso sonaría muy sabio de tu parte, de no ser porque sigues usando el cosplay de Dazai… —dio a entender Lucas—. ¿Al menos lo has lavado? Hasta en el hospital te vimos con eso puesto.

—Eso mismo le pregunté, pero se sigue riendo a lo tonto y no declara nada en concreto —de hecho, después de decir esto Fran, Kevin se puso a reír a lo idiota; lo cierto, era que seguía vistiéndose así solo por petición en secreto de Sheila.

—Déjenlo, seguro que es una etapa —aseguró Sheila para mantener las apariencias, quien usó casi el mismo argumento que el falso Dazai, hasta que, de entre los cuatro sintieron que algo se agitó en el ambiente, de modo que voltearon a ver hacia todas partes, en especial cuando escucharon una voz que era inconfundible.

—¡Sheila! ¡SHEILA! —unos pasos presurosos se empezaron a acercar a ellos, y entonces cuando voltearon, se dieron cuenta de que el que venía corriendo era un perfecto cosplay de Atsushi, lo que dejó pálidos a todos los involucrados, menos a Sheila, quien en un acto reflejo abrió los brazos para recibirlo, en consecuencia, el nuevo individuo, aceptó la invitación sin siquiera preguntar.

Lazos que alguna vez fueron quebrantados, ahora volvían a estar vigentes, pero… ¿cómo? Las circunstancias de dicha separación abrupta eran claras, entonces… ¿cuál fue el verdadero motivo por el cual sus caminos volvían a entablar un significado dual?

—¿Otro cosplayer? —exclamó Kevin al ver el calco que era ese chico de Atsushi.

—¡Cómo va a ser un cosplayer si se lanzó a los brazos de Sheila sin siquiera conocerla! —señaló Fran alterada.

—Y mucho menos ella lo recibiría con los brazos abiertos… —especificó Lucas observando cómo el chico de pelo blanco estaba llorando, y entonces, notó la atrevida mano de Kevin entrar en escena para tironearle el pelo al no tan nuevo personaje.

—¡Ay! —se quejó el jovencito, y entonces, Sheila, quien vio esta acción tan desvergonzada de su parte, golpeó la mano de su amigo para que lo dejara en paz.

—¡Auch! ¡Tranquila! ¡Solo estaba comprobando que era real! —chasqueó la lengua enfurruñado, e instintivamente se acarició la misma.

—Eso fue realmente innecesario, Kevin —se quejó Fran.

—Muy mal educado diría yo —aseguró Sheila.

—¡Hey! ¡Hey! ¡No deberían tratarme así! ¡Cómo iba a saberlo! —levantó las manos como si estuviera siendo asaltado.

—Bueno, puedo comprender su sorpresa —dio a entender Atsushi entre sollozos, es aquí que Sheila le ofreció su pañuelo para limpiarse—. Muchas gracias —ahora que ese hombre tigre lo decía… no se habían fijado mucho en ese detalle más que Kevin.

—¿Cómo es que llegaste aquí? —consultó Fran poniéndose a su altura, y por si no se había notado hasta ahora, ella era mucho más alta que Kevin, por eso si tuviera la necesidad de hacer el cosplay de Oda, le quedaría muy bien.

—Bueno… estaba reflexionando en el parque sobre cómo encontrar a Sheila y usar las cosas que me dio —después de limpiarse las lágrimas, guardó el pañuelo en su bolsillo, y sacó del otro un papel con anotaciones, más tarde siguió explicándose—. En ese momento encontré un extraño portal entre dos árboles.

—Mmm… —este dato le llamó notablemente la atención a Kevin, quien se quedó pensando al estilo Osamu—. ¿Podría ser que la estabilidad entre ambos mundos se vio afectada o…?

—O tal vez simplemente sea un hecho aislado —aclaró Fran enderezándose.



#2091 en Fanfic
#8146 en Otros
#1186 en Humor

En el texto hay: romance y humor, anime fanfiction, bungou stray dogs

Editado: 13.08.2023

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.