Se ha colado el Sol en lo más oscuro de mis cavernas, y sus rayos me han arropado de tal forma, que se me ha vuelto imposible no des-adherirme de la seguridad de las rocas...
He visto la luz y tienes razón, ¡es hermosa!
Sin embargo, en los días en los que el Sol parece alcanzarme con más fuerza, junto con sus rayos se agranda mi sombra:
Estoy solo...
¿Dónde estás...?
A mi sombra, le hace falta tu sombra...
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Dedicatoria:
Esta historia es para mí, y para los niños del hogar 1 de la casa de niños sin amparo filial de Holguín, Cuba.
Espero que, como Mateo, ustedes también puedan reescribir su historia...