Tus ojos

Regreso

¡Mamá, mamá!

Me acerco a la cocina donde encuentre una nota pequeña en papel de color  “Preciosa, papi y yo salimos, tu comida está en el horno, la nevera está llena para que quemes antojos y no sufras de hambre, haz las tareas mi pequeña y ve temprano a la cama, papi y yo te mandamos un beso de buenas noches” acompañado de dos muñecas dibujadas a crayón.

 

“Los gritos se colaban en todo el espacio de la habitación, la sangre aún caliente decoraban el salón, su vestido manchado y viejo declaraban una situación la cual ni ella misma podía salir de la complicación”

Las miradas de los espectadores causaban una sola explicación: Asesinato.

-Yo- Jadeó un poco llevándose las manos al pecho- No he sido yo- Es lo único que pudo responder.

- Los hechos dicen otra cosa- Dijo la madre de Sam- Llévensela y enciérrenla- Se arrastraba una lágrima del ojo de Claudia y ella pasaba su mano para limpiarse de mala gana- Cuando se ponga la mañana, la matarán junto a los otros lobos**

-Entiendo...- Se oyó un silencio en la otra línea del teléfono- ¡Son pistas!- Grito Jane desde la línea- Al tocar a Ara supiste quien era.

-Sí, algo así he referido a todo esto- Mi voz se oye insegura.

-Duerme de nuevo, quizás averigües más cosas amiga- Jane lanza un gran bostezo- Te quiero, adiós- La línea se corta.

-¿Averiguaste más cosas?- La mirada de Jane se llena de intensidad.

-Nada- Le respondo firme- Se repitió el sueño es todo.

-Nos vemos a la salida niñas- En ese momento Seb se nos acerca, me echa una vista rápida, mientras su brazo toma a Jane por el abdomen arrastrándola hacia a él- Te amo linda- Y le dedica una suave sonrisa.

 

-Amiga, te fui a buscar al baño ¿Dónde estás? Seb y yo esperamos- Jane dice entre jadeos en la línea del teléfono.

-Vayan sin mí- Le digo con una gran sonrisa al teléfono- Me quedaré un rato en Narnia.

-Vale linda, adiós.

 

“-Hay demasiado...-

Sé notaba en sus ojos todo lo que tenía por decir pero sus labios cerrados no dejaban descubrir todo lo delicioso que necesitaba escuchar en ese entonces.

-Demasiado... ¿Qué?- Mi ansiedad quería matarme.

Era una noche fría como él, como todo él, pero cuando nuestros pechos se rozaban, una pequeña llama en nuestro interior vibraba.

Aún de noche, se escuchaba el cantar de unas bellas aves que nos rodeaban y hacían de esto una noche intensa y calurosa. Yo aún le temía a las alturas, pues era todo lo contrario a un gato, pero él... Él me daba la seguridad que yo nunca tuve.

-Demasiada seguridad en ti- Parpadeé atontada.

-Te equivocas, de eso no hay en mí.

Él se acercó un poco y nuestra pequeña llama se hacía intensa, mi rostro se puso de un colorete rojizo y vivo.

-Tienes colores, estás llena de ellos, eres tan buena, cuando sonríes la mañana se alegra y...-Sam me dio un corto beso- Yo solté una pequeña risa- Allí encuentro la paz, tu sonrisa se abre a gran paso entre tus labios, eres diferente- Él sonríe- Y compleja- Me da un largo beso que desborda un mar de emociones y una noche entrega de pasión”

 

Dejo la carta de nuevo sobre el libro y al cerrarlo se impregna un olor que no podría descifrar, era como un perfume de mujer...Fuerte, con olor a flores creo...Pero también podía oler algo caliente que no terminaba de describir, mi vista se mareaba y se tornaba a un amarillo brillante.

 

“-Lo vas a lamentar- En un tono amenazante y frío, esas fueron las palabras de Graf... Mi ex pareja quien estaba sediento de venganza.

-Por favor no- Le suplique mientras se iba a grandes zancadas, mi cuerpo inmóvil se tensaba y yo miraba la luna- Perdón Sam, yo te amo, te amo- Balbuceaba hasta quedarme sin palabras.

 

Al abrir mis ojos, estoy sobre un montón de libros viejos e intento levantarme- Graf mató a Sam, y la mamá de Ara fue vista como culpable- Es lo que noto decirme sola en la gran habitación.

 

De camino a casa veo un cuervo que al parecer está herido, al acercarme, este me espanta con su vuelo y yo caigo al suelo de un susto.

-Princesa Rose...- Esa voz de nuevo.

-Princesa Rose...- El frío de la noche me invade tan de repente, que no logró pararme del suelo.

Caen dos hombres de los edificios del callejón e intentan acorralarme, yo me levanto despacio, mis piernas tiemblan y puedo notar la frialdad en sus ojos, doy un paso atrás, dos y tres pasos, hasta sentir la pared, hago un golpe fuerte improvisado con ambas manos hacía la pared y estos hombres caen al suelo.

-Lo es...- Uno de ellos susurra en una noche silenciosa que llega a mí.

Se sonríen entre ellos y se acercan, me tienen acorralada y sueltan una risa delicada entre ambos que se nota ver sus grandes colmillos.

- Hay que quemarla- Dice uno -Tengo todo listo- Pronuncia otro.

El calor sube a mis mejillas y pienso en cómo salir de esta.

-¡Es mía!- Dice una tercera voz -Aléjense hermanos, de la pequeña bruja me encargo yo- Dice él a paso seguro.

-Pero...- Susurra uno- Vámonos hermano- El otro le da unas suaves palmadas en su hombro y desaparecen en la tiniebla.

-¿Quién eres?- Hubiese proferido un grito pero mi garganta no podía aclararse, estaba estupefacta.

-Las preguntas las hago yo- Bajó la vista a sus manos extendidas, la noche era muy oscura, mi cuerpo estaba paralizado, el salir a correr era una opción pero algo me decía que debía quedarme.

-¿Eres la princesa?- Esa fue la pregunta que acabó con el silencio.

Yo bajé la mirada hasta el piso, vi sus zapatos y detalle el vestuario de quien tenía en frente, tenía una gran capa, como los hombres anteriores y la oscura noche era el mejor traje para ellos, un traje que no se podía reconocer un rostro.

-¿Lo eres?- Yo levanté la vista e intente acercarme a él, él tomó mi muñeca y me empujó hacia la pared.



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En el texto hay: vampiros, lobos, brujas

Editado: 28.07.2020

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